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Me he sentado delante del espejo a hablar con mi reflejo

19.06.2017 11:12

Me he sentado delante del espejo a hablar con mi reflejo

 

Mujer mirándose al espejo

Hoy me he sentado delante del espejo a hablar con mi reflejoa aceptar que no soy perfecta, pero es así como me quiero. A mirarme por primera vez más allá de mi simple aspecto y entender que lo que soy y cómo soy refleja todas y cada una de las experiencias que he vivido.

Hoy he aprendido que la vida se refleja en la piel y las esperanzas en los ojos, y aunque dicen que los ojos son el espejo del alma, también son la puerta de la esperanza. Quizás resulta complicado mirar al espejo y ver no solo nuestro aspecto, sino ver más allá de nuestro propio reflejo, ver que realmente no solo estamos hechos de carne y hueso, sino que estamos hechos de experiencias, esperanzas y sueños.

No somos solo carne y huesos, somos lo que hemos sido, y a la vez, lo que seremos.
 

Las arrugas son el reflejo de las preocupaciones en los ojos y las carcajadas en la boca. Son el reflejo de las palabras que no hemos dicho y de las que se nos escaparon con fuerza y después nos arrepentimos. Son una parte de nosotros, una parte que nos ayuda a construirnos, una parte que dice al mundo cómo somos.

Quizás mirar directamente a tu alma en lugar de tu aspecto, cuando te miras al espejo, resulte una tarea muy complicada. Suele suceder cuando nos reprochamos el pasado en lugar de mirar al futuro, cuando nos enganchamos a lo perdido en lugar de valorar todo aquello que hemos obtenido. Cuando pretendemos que nuestra piel y nuestro físico sean perfectos, de porcelana, como si muñecas sin vida fuéramos y experiencias no hubiéramos vivido.

El pasado sirve para aprender

Pero resulta que somos más de lo que se puede ver, somos pasado, y su reflejo recorre nuestra piel. Porque el pasado nos ha enseñado de dónde venimos, pero no determina a dónde vamos. Porque somos nosotros las que dirigimos a nuestros pies.

Aunque hay que tener en cuenta que el pasado sirve para aprender, no para engancharnos a él. El pasado forma parte de lo que somos, pero no define lo que podemos ser. El pasado, al fin y al cabo, es la estructura, los ladrillos que nos han construido, pero no nuestro interior.

Recuerda que no somos el reflejo de lo que determinó el pasado, somos lo que luchemos por ser mañana. Y aunque tengamos presente nuestro propio pasado, aprendamos de los errores y no hagamos que determinen todos y cada uno de nuestros pasos.

Si decides rendirte y dejar que tu pasado sea tu presente, serás un mero espectador de tu vida y dejarás de vivirla.

 

mujer pensando en los malos momentos

 

El futuro es un reflejo de lo que puede ser

Escuchando a mi reflejo, hablando sin miedo del futuro que quería ver a través del espejo, he entendido que las ganas de luchar por lo que realmente quiero tienen más valor que los tropiezos del pasado del que provengo. Porque muchas veces no hay que centrarse en la realidad tal y como es, sino en la que podemos conseguir si hacemos lo que nos proponemos.

Quizás tardemos en obtener el futuro que deseamos, pero solo el que es paciente y no se rinde obtiene aquello que desea, por muy lejanas que sean sus metas. No rendirse ante las dificultades siempre es una virtud, aprender de los errores una habilidad y no encariñarse con la piedra que nos hizo tropezar un signo de inteligencia.

Hoy me he sentado delante del espejo a hablar con mi reflejo y he comprendido que soy todo lo que he vivido y seré todo lo que quiera ser. En mis manos está luchar por mis sueños y aprender de mis errores. En definitiva, los sueños están al alcance del que se conoce más allá de la imagen que proyecta, porque nadie es perfecto, pero sí sabiamente imperfecto.

 

 

Sana Tu Ser ... CAPB

 

 

La Flecha Envenenada

30.05.2017 16:46

 

La flecha envenenada: La parábola budista que nos pone frente a frente con nuestro mayor error

 

Buda, en la búsqueda de la iluminación, también intentaba descubrir cómo liberarnos de la ignorancia y el sufrimiento. Al igual que otros grandes sabios del pasado, propuso una filosofía práctica que nos anima a centrarnos en las cosas más sencillas como una vía para alcanzar metas mayores. El taoísmo lo resumió perfectamente en una frase: un camino de mil kilómetros empieza por un solo paso. Sin embargo, en la vida cotidiana nos resulta difícil aplicar estas enseñanzas.
 

La parábola de la flecha envenenada

 
En el Majjhima Nikaya, una colección de textos atribuidos a Buda que forman parte del Canon Pali, podemos encontrar la “parábola de la flecha envenenada”. Gautama Buda le contó esta historia a un discípulo que se mostraba impaciente por escuchar del maestro las respuestas a las “14 preguntas sin respuesta” relacionadas con cuestiones metafísicas como la vida después de la muerte.
 
"Hubo una vez un hombre que fue herido por una flecha envenenada. 
 
Sus familiares y amigos querían procurarle un médico, pero el enfermo se negaba, diciendo que antes quería saber el nombre del hombre que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de origen. 
 
Quería saber también si ese hombre era alto, fuerte, tenía la tez clara u oscura y también deseba conocer con qué tipo de arco le había disparado, y si la cuerda del arco estaba hecha de bambú, de cáñamo o de seda. 
 
Decía que quería saber si la pluma de la flecha provenía de un halcón, de un buitre o de un pavo real... 
 
Y preguntándose si el arco que había sido usado para dispararle era un arco común, uno curvo o uno de adelfa y todo tipo de información similar, el hombre murió sin saber las respuestas".
 
Al leer la parábola la primera idea que nos viene a la mente es que la actitud del hombre herido es absurda y necia. Sin embargo, Buda nos está diciendo que todos nos comportamos de la misma manera sin darnos cuenta.
 
De cierta forma, todos estamos heridos con esa flecha envenenada ya que, antes o después, moriremos. Sin embargo, vivimos sin ser plenamente conscientes de nuestra mortalidad, por lo que a menudo le damos una importancia excesiva a cosas intrascendentes que nos impiden disfrutar del presente sumiéndonos en un estado de preocupación innecesario.

 

Grandes enseñanzas para toda la vida

 
- Céntrate en lo que realmente te ocurre
 
En muchas ocasiones, para resolver un problema es importante no perderse en divagaciones, necesitamos actuar. Lo más usual es que detrás de esas cavilaciones se esconda el miedo y la incertidumbre. Cuando nos enfrentamos a un problema y nos vamos por las ramas, aunque sabemos cuál es la solución definitiva, es porque tememos a algo. Sin embargo, considera que a largo plazo las soluciones tibias solo sirven para generar más problemas, además de crear un estado de insatisfacción interior. 
 
En otros casos activamos mecanismos de defensa como la proyección o el desplazamiento mediante los cuales trasladamos el problema fuera de nosotros mismos, o intentamos esconderlo. Generalmente esto se debe a que no deseamos aceptar que formamos parte del problema, por lo que para solucionarlo primero debemos trabajar sobre nosotros mismos. En cualquier caso, la estrategia nunca es mirar hacia otro lado, es importante comprender qué nos ocurre realmente y aprender a priorizar aquí y ahora.
 
- Da un paso a la vez
 
La mente puede convertirse en nuestra mejor aliada o nuestra peor enemiga. Podemos usarla en positivo para solucionar problemas o podemos usarla en negativo encontrando un problema para cada solución. Para vivir con menos agobio y estrés la clave consiste en ir paso a paso. Eso no significa que no podamos anticiparnos a los problemas, pero debemos asegurarnos de que no estamos alimentando un pensamiento catastrofista. 
 
Céntrate en el presente, valora cuidadosamente la situación en la que estás y da un paso a la vez, ese paso no te llevará directamente a tu destino, pero al menos te sacará de donde estás. Vive día a día, como si cada jornada fuera la primera y la última de tu vida.
 
- Deja que todo fluya y que nada influya
 
A veces nos quedamos cautivos de los problemas, aunque estos ya se hayan solucionado o formen parte del pasado, ya que siguen rondando nuestra mente, provocando desazón, ira, frustración y rencor. Cuando nos aferramos a lo sucedido, cuando no dejamos ir esas emociones y sentimientos, nos convertirmos en sus esclavos. 
 
En este sentido, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Harvard reveló que pasamos el 47% de las horas que permanecemos despiertos pensando en lo que nos ha ocurrido o lo que nos podría ocurrir. Esa “mente errática” es la causa de que nos preocupemos excesivamente y de nuestra infelicidad. El mejor antídoto es centrarse en el presente y experimentar gratitud por lo que tenemos y lo que somos. Así lograremos restarles impacto a las experiencias negativas y alcanzar el equilibrio.
 
- Elimina todo lo innecesario
 
Leonardo da Vinci dijo “la simplicidad es la máxima satisfacción”, y no andaba desacertado. A lo largo de nuestra vida cargamos con muchas cosas, que solo sirven para generar caos y abrumarnos. Cuando te das cuenta de que puedes vivir sin ellas y ser aún más feliz, logras valorar más lo que tienes y te liberas de un gran peso. 
 
Eliminar todo lo innecesario también se refiere a los sentimientos, creencias, estereotipos o sueños que no te pertenecen y que solo son un obstáculo. Cuando mires dentro de ti, te asombrará descubrir que muchas de las frases de tu diálogo interior realmente no son tuyas sino que ta las han inculcado. Haz una limpieza mental y deshazte de las emociones que te dañan, como el resentimiento por un viejo suceso, la angustia por algo que probablemente nunca ocurrirá y el miedo a perder lo que tienes. Si vamos más ligeros de equipaje no solo podremos llegar más lejos sino que también disfrutaremos más del viaje.

 

 

 

 

Padres tóxicos. Te contamos cómo son y por qué hacen daño

30.05.2017 16:28


Padres tóxicos. Te contamos cómo son y por qué hacen daño

 

padres toxicosLos padres tóxicos (referido a padre o madre de manera indistinta) son esas personas que, debido a las características de su personalidad y vivencias pasadas, dañan la vida de los demás y, en este caso, tienen hijos que educan pero de manera poco o nada aconsejable.

Seguro que todos hemos conocido o, incluso, padecido a alguien así. Alguien que nos ha hecho sentir mal sin razón y de forma sutil. Esto es lo más peligroso, pues se hace aparentemente sin ninguna intención y claro, aún es más confusa la sensación. Porque cuando alguien te daña de frente te defiendes, pero cuando ese alguien es tu madre o tu padre y se supone que te quiere sobre todas las cosas pero te hace sentir mal… ¿qué pasa entonces?

Básicamente, que de niño no te das cuenta de ese maltrato. Cuando creces comienzas a sentirlo de forma consciente y suele ser habitual poner tierra de por medio para estar lo más lejos de esa persona que nos anula. Un día, de repente, nos damos cuenta de que podemos vivir sin ella y que somos adultos para irnos donde queramos.  Aunque si la personalidad del progenitor es lo suficientemente dominante para mantener anulado al pequeño, también se da el caso contrario: no abandonar jamás el nido por haber perdido toda la autoestima en los primeros años de vida. Es lo que tiene ser niño, que eres manipulable y como te eduquen, serás.

Ojalá no se vean reflejados en estas características de personas tóxicas, y si se ven, rectifiquen, reflexionen y cambien el destino. Si reconocen a alguien así que tenga niños a su cargo y pueden hacer algo para aliviar esa situación y hacer que ese pequeño se sienta mejor consigo mismo, háganlo sin dudar. Es posible que estén “salvando” a un próximo adulto.

 

Tipos de madres y padres tóxicos, éstos los principales

 

  1. 1.-Absorbentes

El niño debe poco a poco ir haciendo su vida y descubriendo el mundo, pero esto los padres tóxicos no lo entienden. Los quieren muy cerca y para ello impiden cualquier atisbo de independencia haciéndoles sentir culpables simplemente por querer convivir con otras personas. En la adolescencia esta situación se agrava cuando aparecen amigos, novios, actividades en grupo fuera de casa…

  1. 2.-Perfectos

“Nadie te va a querer como yo” es la frase que puede resumir este punto que esconde una autoestima inexistente en el padre o la madre, que pretende llenar su propia vida siendo el eje principal de la vida del hijo. Nadie te amará, cocinará, cuidará, vestirá como yo. Nadie te conoce igual ni te entiende ni sabe lo que necesitas. Y si no hay una persona cerca que neutralice esto, ese niño o niña crecerá aislado de la gente porque, según su progenitor, el resto del mundo en su totalidad no le querrá bien.

  1. 3.-Competitivos

Sí, porque es posible competir con tus hijos aunque nos parezca una aberración. Hay madres que ven en sus hijas rivales y hay padres que ridiculizan a sus hijos para sobresalir. Si has tenido hijos sin ser muy consciente de lo que estabas haciendo, es posible que descargues tu frustración en ellos y que te niegues a darles cariño y comprensión, a la vez que les culpas de todo lo malo que te pasa.

  1. 4.-Indiferentes

Hay veces que no es el control excesivo lo que hace mal, sino la falta absoluta de él. Por desgana o desinterés, se acaba dejando que el niño haga y decida su vida sin estar capacitado del todo para ello, lo que da como resultado niños con poca o ninguna tolerancia a la frustración, caprichosos y egoístas.

  1. 5.-Manipuladores

Cambian la realidad a su antojo, se inventan lo que ha pasado. Estos padres son realmente dañinos pues les “venden” a sus hijos una realidad que no existe más que en su cabeza. La que a ellos les viene mejor. Y claro, son tus padres y eres pequeño: ¿a quién vas a creer?

  1. 6.-Distantes

No brindan afecto ni valoran el que reciben de sus hijos. Probablemente así crecieron y repiten este triste comportamiento con sus pequeños. Éstos crecen sin recibir amor y acaban por no darlo tampoco, ya que son rechazados. Cualquier muestra de atención que tengan hacia sus padres puede ser recibida con un “es lo que debes hacer, es tu obligación”. Este vacío emocional es muy perjudicial para el niño pues en la etapa adulta desembocará en dificultades para relacionarse y en una sensación de culpa en los momentos que se sienta feliz, ya que lo han criado haciéndole creer que no tiene derecho a serlo.

  1. 7.-Limitadores

Perpetúan los roles de género hasta el extremo, educando niñas sumisas, delicadas, femeninas e híper responsables, así como varones que no deben mostrar sus sentimientos y sí ser agresivos y despreocupados. Lo malo no es ser así por tu propia naturaleza, lo nefasto es que tu sexo defina tu forma de ser desde que naces limitando tu vida y tus deseos. Estamos en el 2017, por favor, dejemos que cada niño sea persona ante todo y desarrolle su personalidad de forma natural.

  1. 8.-Víctimas

Su afán por llamar la atención no tiene límite: llegan incluso a “enfermarse” si se les lleva la contraria. Para conseguir que los niños hagan lo que ellos quieren aún cuando no sea sano, usan el chantaje emocional de forma deliberada, siendo peligrosísimo, pues la culpa que les hacen sentir anula el carácter y la voluntad del niño, convirtiéndole en una marioneta sin decisión.

 

Hay muchos más tipos de padres tóxicos, por desgracia. Ojalá entendiéramos todos que es una responsabilidad muy grande tener hijos y educarlos. Que nuestra influencia es brutal en su desarrollo como personas y que si no podemos con ello o nos desborda, debemos pedir ayuda familiar o profesional.

 

 

 

Recuerda, acoge y sana tu niño interior

08.07.2016 16:25

Recuerda, acoge y sana tu niño interior

Recuerda, acoge y sana tu niño interior

Mi niño interior sigue en mí, no se ha ido, es la voz que escucho cuando me permito ser libre e ilusionarme por las cosas. Él, quien me pide que sane las heridas emocionales del pasado…

Es habitual que oigamos a menudo expresiones como “la necesidad de curar nuestro niño interior“. Lejos de ser una corriente espiritual o nutrida de enfoques como el new age, este concepto tiene su origen en el psicoanálisis.

La importancia de los primeros años de nuestra vida y sus respectivas experiencias previas, van a moldear gran parte de nuestra personalidad, nuestros valores, equilibrio emocional, autoestima

Además, muchos de esos recuerdos iniciales pueden convertirse en sombras de miedos o ansiedades, o en recuerdos de una infancia plena y feliz que nos acompañarán mientras nos convertimos en adultos.

Cada uno de nosotros disponemos de nuestro propio “arcón existencial”, ahí donde los 8 primeros años de vida, son sin duda la llave de gran parte de lo que somos ahora.

Es ahí, en un rincón muy oculto de nuestro ser donde se esconde el niño interior. Todos aparentamos ser adultos maduros y seguros, bien protegidos con nuestras armaduras de grandes guerreros aptos para hacer frente a ese complejo mundo.

Ahora bien, son muchas las veces en que cerramos los ojos y sabemos que nos falta algo. Que nos duele algo que no tiene herida exterior, sino interior.

Hay un niño en todos nosotros que se quedó en una edad donde apareció un determinado tipo decarencia, de necesidad no cubierta. Hablemos hoy sobre ello.

Mi niño interior y su pasado emocional

Es posible que más de uno se sonría o vea algo irónico en el término de “niño interior”. Para muchos, esta expresión denota debilidad, inocencia y la mirada de alguien que aún no sabe demasiado qué es y cómo va el mundo.

“Los adultos lo saben todo y los niños no saben nada” -piensan-. Y aún más, “la infancia es esa etapa que todos hemos vivido con despreocupación y una felicidad absoluta” -valoran algunos de forma equívoca-.

La niñez es el despertar a la vida, ahí donde aparecen las primeras preguntas y donde recibimos las primeras respuestas. Si lo que nos rodea es el desapego, la carencia, la tristeza o el abandono, nos costará mucho convertirnos en adultosseguros emocionalmente.

 

 

 

 

 

sana tu niño interior (2)

Para crecer con madurez y felicidad, todo niño necesita desarrollar un apego saludable donde exista un amor sincero que le ofrezca seguridad en cada paso, en cada caída, aliento en cada una de sus experiencias previas.

Si el vínculo desarrollado con nuestros progenitores no es el adecuado, todas esas primeras vivencias nos van a marcar de una forma u otra.

La infancia no siempre es sinónimo de felicidad o despreocupación. Nadie tiene garantizado su bienestar físico y emocional solo con llegar al mundo.

 

 

 

 

Ser niño nunca es fácil, porque todos necesitamos el apoyo de alguien para empezar a andar, para pronunciar las primeras sílabas, y saber que los temores, las angustias, se apagan con abrazos y palabras adecuadas.

Las demandas de nuestro niño interior

Aclarada ya la necesidad de aceptar que todos tenemos un niño interior, es importante que sepamos ahora qué es lo que nos puede pedir.

Reflexiona unos instantes sobre estas dimensiones:

 Tu niño interior te puede pedir que resuelvas ciertos aspectos del pasado.

 Es posible que necesites alguna explicación sobre un hecho de tu infancia, que demandes un perdón o que incluso tú mismo necesites ofrecerlo.

 Puede también que en tu caso, no tengas ninguna carencia emocional del pasado que resolver. Ahora bien, nuestro niño interior nos demanda también ser más libres en el día a día.

 Es necesario que te permitas relativizar un poco más tu realidad, que dejes a un lado tuspreocupaciones, el estrés

 Sé más espontáneo, permítete reír un poco más, recuperar un poco de tu inocencia perdida y con ella, tu ilusión.

 Nuestro niño interior también demanda amor. Querer y ser amado. Vence tus reparos, tus vergüenzas o tu apariencia de adulto gris, y permítete un poco de libertad emocional

Cómo sanar nuestro niño interior

Todo proceso de sanación emocional, requiere un convencimiento pleno y auténticopor nuestra parte. Nadie puede ser libre a la fuerza si primero, no existe la necesidad de serlo

Debe quedar claro que no podremos resolver un determinado problema si primero, no nos convencemos de que lo tenemos. Piensa por ejemplo en tu día a día…

¿Sufres mucho estrés? ¿Has perdido la ilusión? ¿Sientes que tu pareja por mucho que se esfuerce, no te hace feliz? ¿Hay un tipo de amor que falta en tu interior y que no puedes definir?

niño interior

Este pequeño ejercicio de visualización y de reconstrucción emocional, puede ayudarnos en muchos aspectos.

1- Coge una fotografía de cuando eras pequeño, cuando tenías 7 u 8 años.

2- Deja que los recuerdos vuelvan a ti, con tranquilidad, evoca aquellos años y siéntete libre para que las emociones y las imágenes vengan hasta ti.

3- Ahora visualízate a ti mismo con ese niño. Estáis los dos, el “yo adulto” y el “yo de tu infancia” frente a frente.

4- Pregúntale qué necesita, qué quiere, qué echa en falta. Pregúntale qué carencia tiene y que desearía para sentirse libre y completo.

Reflexiona sobre ello, seguro que te sirve de ayuda.

¿Qué puede ayudarte cuando te sientes vacío?

08.07.2016 16:20

¿Qué puede ayudarte
cuando te sientes vacío?

¿Qué puede ayudarte cuando te sientes vacío?

Es un sentimiento difícil de explicar, que se aferra a nuestra alma con fuerza. Una persona puede tenerlo todo y, sin embargo, sentir un profundo hueco en su interior. Sentirse vacío es pensar que nuestra existencia no tiene sentido, a pesar de que nuestro alrededor demuestre todo lo contrario. El vacío es una emoción que hiere nuestra arquitectura emocional, heridas que si no curamos a tiempo, puede complicarnos la existencia.

Hay personas que intentan llenar ese vacío con amor, con comida, con alcohol, cargando su agenda social, dedicándole más tiempo a sus aficiones o machacándose más de la cuenta en el gimnasio. Se sienten derrotadas, no quieren pensar, sus fuerzas flaquean y recordar ese “vacío” les hace daño. Si tuviera que elegir un objetivo para definir el vacío, el más adecuado sería insoportable. El vacío es insoportable porque es incomprensible, porque todo recuerda a que sentimos una necesidad de algo que no conseguimos determinar.

Manifestar esta carencia es tan difícil para quien la siente, como para quien es informado de ella. Es un sentimiento complicado de explicar y de entender. Los estudios científicos lo vinculan a causas asociadas a la depresión, una desconexión del sistema pre-frontal con el sistema límbico se presenta como la hipótesis neurobiológica.

LLENAR EL VACÍO

Cuando una persona se siente vacía, parece como si una serie de emociones negativas decidieran aliarse, coger fuerza y complicar nuestra vida. Aparece la desmotivación, la desilusión, la insatisfacción, la angustia, el hastío o la tristeza para adueñarse de nosotros. La lucha contra el vacío no es fácil. Caer atrapado en sus garras es tener la sensación de que estamos a la deriva, inmersos en un mar de dudas e inseguridades.

Uno puede decidir dejarse vencer por este sentimiento o coger las riendas y luchar contra él. Para ello hay que comenzar la tarea de conocer y aceptarnos a nosotros mismos. Hay que bucear en nuestro interior, identificar los factores que provocan ese cúmulo de emociones negativas para ponerles remedio.

 

Exteriorizar lo que sentimos y hablar de lo que nos atormenta suele ser una buena manera de comenzar a sanar nuestras heridas emocionales. Pide ayuda, no siempre tenemos todas las herramientas que necesitamos para solucionar nuestros problemas. Pedir ayuda no significa ser débil, sino tener la capacidad de darse cuenta que necesitamos a alguien para afrontar nuestro problema.

Valora lo que tienes, no se trata de ser conformista, sino de aceptar la realidad tal y como es. Céntrate en aquello que te hace sentir bien, potencia tus virtudes y trata de no dejarte dominar por tus defectos. Sé consciente de que la perfección no existe y que cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles.

Catarsis Emocional

08.07.2016 16:17

Catarsis Emocional

Catarsis Emocional

Cuando las emociones nos bloquean y nos saturan, intentamos poner auto-control.

Nos han enseñado que no está bien llorar, ni que nos vean mal. Y por eso, procuramos presentarnos ante los otros, enteros, felices, fuertes, aunque por dentro estemos a punto de estallar, y nos sintamos vulnerables, débiles, emocionados…

Así, procuramos esconder lo que sentimos, reprimirlo, vivir como si no me sintiera como me siento, es decir, negándome a mí mismo/a.

Y llega el día, en el que no puedo más, me siento cansado/a, agotado/a, con ganas de dejarlo todo, y ese día, me desbordo, mis emociones se desatan, no puedo controlarlas, afloran sin permiso, y me siento muy mal…

A la misma vez, mi cuerpo responde físicamente dolorido, con enfermedad, reacciones físicas, molestias…

Eso es la Catarsis Emocional, cuando sufro un colapso emocional, mis emociones me bloquean, me paralizan, ya no puedo ser fuerte y contenerlas, me siento vencido, pequeño, como si el mundo fuese un lugar peligroso para mí, todo me daña, y me causa dolor, nadie me comprende…

Es precisamente éste momento catártico, el que he querido evitar durante mucho tiempo, durante el cual me he mostrado fuerte, impasible, valiente y por ello había conseguido el “auto-control”, tan necesario para sentirme equilibrado/a.

Sin embargo, todo recipiente acaba llenándose, y tenía que ocurrir.

Si analizamos y observamos la “explosión emocional”, nos daremos cuenta de que no surgió de la nada, sino que durante un tiempo impredecible, he estado “aguantando” y no permitiendo que aflorasen mis sentimientos más profundos, algunos, inconscientes. Por tanto, podríamos decir, que si los negaba, no les permitía salir, en realidad, no los aceptaba.

Y si seguimos buceando, quizás descubramos pensamientos de “auto-exigencia”, como por ejemplo, “tengo que estar bien”, y por ello, me reponía, ocultaba mis emociones más profundas, y “gracias a ello”, podía seguir viviendo, con la sensación “falsa” de control y equilibrio.

Es necesaria ésta explosión catártica, para la “salud emocional”, si llegamos a éste nivel de negación emocional.

Sin embargo, es más saludable no llegar hasta aquí. Para ello, desde la primera emoción o sentimiento, me permitiré vivirla en toda su expresión, aceptando que “soy humano/a, y tengo emociones”, valorando éstas como parte de un proceso de aprendizaje, crecimiento, cambio y maduración.

De ahí, que es necesario encontrar vías sanas de expresión de las emociones, no dañinas para la propia persona, ni para los demás, y donde sacarlas, expresarlas, gritarlas, contarlas, llorarlas…Y liberarse de ellas.Toda represión es negativa, hace crecer las emociones en nuestro interior con más intensidad y dolor. Pues están sin resolver.

Toda expresión “controlada” es terapéutica, liberadora. Y esto supone aceptar las emociones, hablar de ellas y no ocultarlas. A esto le llamamos Inteligencia emocional.

Para ello, es indispensable, perder el miedo a sufrir, a sentirse vulnerable ante los demás, ya que el mayor dolor es el que no se expresa, y la mayor vulnerabilidad es la presión de ocultarse, y no ser uno/a mismo/a.

Foto cortesía de Ekaterina Rainbow

5 pasos para sanar nuestras heridas emocionales

08.07.2016 16:11

5 pasos para sanar nuestras heridas emocionales

5 pasos para sanar nuestras heridas emocionales

Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales. Estas heridas pueden ser múltiples y podemos llamarlas de muchas formas: traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia…

No obstante, debemos de hacernos conscientes de nuestras heridas emocionales y evitar maquillarlas, pues cuanto más tiempo esperemos a sanarlas más se agravarán. Además, cuando estamos heridos, vivimos de forma constante situaciones que tocan nuestro dolor y hacen que nos pongamos múltiples máscaras por el miedo a revivir nuestro dolor.

Así es que, a continuación, os mostramos 5 etapas que necesitamos experimentar para sanar nuestras heridas emocionales:

1- Acepta la herida como parte de ti mismo

La herida existe, puedes estar o no de acuerdo con el hecho de que existe pero el primer paso es aceptar esa posibilidad.  Según Lisa Bourbeauraceptar una herida significa mirarla, observarla detenidamente y saber que tener situaciones que resolver forma parte de la experiencia del ser humano.

No somos mejores o peores solo porque algo nos haga daño. Haberte construido tu coraza de protección es un acto heroico, un acto de amor propio que tiene mucho mérito pero que ya ha cumplido su función.

Mujer con un corazón

 

Es decir, te protegió de los ambientes que te dañaron pero, una vez que la herida está abierta y la puedes ver es momento de pensar en sanarla. Aceptar nuestras heridas resulta muy beneficioso entre otras cosas porque nos ayudará a no querer cambiarnos a nosotros mismos.

2-Acepta el hecho de que lo que temes o reprochas, te lo haces a ti mismo y a los demás

La voluntad y la decisión de sobreponernos a nuestras heridas es el primer paso hacia la paciencia, la compasión y la comprensión con nosotros mismos. Estas cualidades que desarrollarás para ti mismo, irás desarrollándolas para con los demás, lo que alimentará tu bienestar.

A veces no nos damos cuenta de que ponemos nuestras expectativas vitales en los demás, esperando que suplan nuestras carencias y que colmen nuestras esperanzas. Lo cierto es que nuestro comportamiento lleva a anular nuestras relaciones y gran parte de nuestra vida, generando gran malestar porque los demás no responden como esperamos.

3-Darte el permiso para enfadarte con aquellas personas que alimentaron esa herida

 

 

 

Cuanto más nos dañen y más profundas sean nuestras heridas, más normal y humano resultará culpar y sentir enfado hacia quien nos perjudicó. Date permiso para enfadarte con ellos y perdónate a ti mismo.

De lo contrario, desahogarás todo ese rencor contigo mismo y con los demás, pues si lo haces es como si estuvieras arañando tus heridas de forma constante. Sentirse culpable dificulta el perdónpero liberarnos de esa culpa y el rencor es la única forma de sanar nuestras heridas.

También es necesario perdonar, pues debemos aceptar que las personas que hieren es probable que lleven dentro un profundo dolor. Nosotros mismos dañamos a los demás con las máscaras que nos ponemos para proteger nuestras heridas.

Mujer abrazando a un gato

4-Ninguna transformación es posible si no se acepta previamente la herida

Estas heridas emocionales te van a enseñar algo, aunque es probable que te cueste aceptarlo porque nuestro ego crea una barrera de protección bastante eficaz para ocultar nuestros problemas.

 

Lo cierto es que, normalmente, el ego quiere y cree tomar el camino más fácil pero en realidad nos complica la vida. Son nuestros pensamientos, reflexiones y actuaciones los que nos la simplifican, aunque nos parezca demasiado complicado por el esfuerzo que requiere.

Intentamos esconder la herida que más nos hace sufrir porque tememos mirar de frente a nuestra herida y revivirla. Esto nos hace portar máscaras y agravar las consecuencias del problema que tenemos; pues, entre otras cosas, dejamos de ser nosotros mismos.

5-Darte tiempo para observar cómo te has apegado a tu herida en todos estos años. 

 

 

 

Lo ideal es deshacernos de estas máscaras cuanto antessin juzgarnos ni criticarnos, pues esto nos permitirá identificar cómo debemos tratar nuestras heridas para sanarlas.

Mujer con una máscara azul en la cabeza

Es posible cambiar de máscara en un mismo día o llevar la misma durante meses o días. Lo ideal es que seas capaz de decirte a ti mismo: Vale,  me he colocado esta máscara y la razón ha sido esta. Entonces sabrás que estás en camino y que en el resto del viaje, tu guía será la inercia que te permita sentirte bien sin ocultarte.

 

By: Raquel Aldana

Rechazo, aceptación y tratamiento emocional

08.07.2016 16:00

Rechazo, aceptación y tratamiento emocional

Rechazo, aceptación y tratamiento emocional

 

La vida nos puede enseñar muchas cosas, pero en ocasiones, también nos causa dolor. El rechazo está determinado como uno de los mayores daños emocionales que pueden experimentar las personas,siendo por ejemplo el que más consecuencias deriva en caso de que lo suframos en la infancia.

Un ejemplo de ello pueden ser esos niños que, por la razón que sea, han de vivir con la visión de un padre o una madre que los abandona, que los rechaza en un momento dado de su infancia. Pueden crecer y convertirse en personas de éxito, ser brillantes intelectualmente, sin embargo, no han podido alcanzar la madurez emocional.

Tampoco podemos olvidar el sufrimiento emocional al que uno debe enfrentarse en esos momentos en los que somos rechazados por esas personas que nos atraen.

Está claro que en nuestra vida, no todo van a ser triunfos y logros, pero hay personas a quien les cuesta más que a otras afrontar el rechazo. Personalidades para las que el tiempo parece detenerse en ese momento en que recibieron un “No”, o lo que es peor, un desprecio que no pudieron olvidar.

Establece un muro de protección

 

 

Hemos de tenerlo claro. Una cosa es lo que los demás pueden pensar de nosotros, y otra muy distinta, es lo que somos en realidad. Nos pueden rechazar en algunos ámbitos de nuestra vida: en el trabajo, nuestra pareja… pero un rechazo no ha de ser una demostración de nuestras limitaciones.

No debemos racionalizar lo ocurrido como un argumento para vernos a nosotros mismos, como alguien que merece estar solo, como una persona con escasas estrategias, poco atractivo o cualquier otra dimensión negativa. En absoluto.

No es lo mismo decir “He fracasado” que “Soy un fracasado”. Debemos evitar las atribuciones personales. Debemos auto- protegernos. La vida sin duda nos traerá muchas más posibilidades, muchas otras opciones de logro, de conquista, de oportunidades para ser más felices. Por eso,tenemos que construir un muro de protección para proporcionarnos seguridad.

Mujer atrapada entre las ramas de un árbol

Rechazo como instante de crisis a superar

Tenemos todo el derecho a experimentar nuestros instantes de rechazo como un instante de crisis personal. Ser rechazados o abandonados por nuestra pareja requerirá tener que atravesar un periodo de duelo emocional. El ser despedidos de un trabajo, el ser apartados por parte de algún amigo o familiar, constituye sin duda un instante de dolor que como tal, hemos de experimentarlo como lo que es: una pérdida, un instante de sufrimiento.

Pero este sufrimiento proveniente del rechazo ha de ser momentáneo y temporal. Un instante de tiempo en el que revalorizar lo ocurrido, en el que estar con nosotros mismos pensando en lo ocurrido para aprender del mismo.

De toda experiencia se debe obtener un aprendizaje. Bien es cierto que en ocasiones no existe un por qué. Alguien nos rechaza y no hay más vuelta de hoja. Pero lo que hay que evitar ante todo es evitar construir atribuciones personales: “Me ha rechazado porque no soy lo bastante atractivo, porque no soy simpático, brillante, interesante…etc”. Es un error muy doloroso.

Lo necesario sería sin duda sacar conclusiones de lo experimentado: “He de fijarme en otro tipo de personas menos orgullosas, más humildes y sencillas”, “He de buscar un trabajo en el que puedan reconocer todas mis capacidades y méritos”.

Es decir, está bien que durante un tiempo determinado, experimentemos el dolor de dicho rechazo, un instante de introspección del cual, salir fortalecido y con los ánimos suficientes para volver a “andar” por la vida con optimismo.

 

Evita interiorizar o personalizar

 

 

El Mindfulness nos explica que no debemos huir de lo que sentimos, que hemos de dar forma a estas emociones y saber describirlas. Hablar de ellas. Esto es necesario, para después, simplemente, dejarlas ir. Hemos sido rechazados, lo sabemos. Pero no dejes que ese fracaso se convierta en una herida interior que te impida respirar, que te impida seguir avanzando.

Esa persona que un momento de tu vida te dijo que “no”, es simplemente “pasado”. Tienes todo el derecho –y el deber- a seguir adelante con nuevas fuerzas, nuevos proyectos y nuevas esperanzas. No debemos convertirnos en víctimas de quienes nos hicieron daño queriendo o sin querer.

Mujer observando desde una puerta

Debemos ser héroes para nosotros mismos, personas capaces de aprender del sufrimiento propio,personas que han sabido transformar el dolor en guía, en aprendizaje, en vistas a un horizonte en el cual, recuperar la ilusión.

No permitas que el dolor emocional propiciado por el rechazo, te deje suspendido en un instante del pasado. La vida avanza y nosotros debemos hacerlo con ella. La felicidad puede volver a envolvernos en cualquier momento.

Cómo curar la herida del rechazo

08.07.2016 15:55

Cómo curar la herida del rechazo

Cómo curar la herida del rechazo

¿Quién no tiene miedo al rechazo? Probablemente, ese temor viva contigo todos los días, pero no eres consciente de ello. El problema es que solo nosotros tenemos la autoridad para rechazarnos o aceptarnos. No permitas que nadie te rechace, ¡eso es cosa tuya!

A pesar de ser conscientes de esto, no podemos evitar que nuestra autoestima se vea afectada cuando alguien nos rechaza. Nos volvemos más susceptibles, nos aislamos de los demás e incluso dejamos de cuidarnos.

“Me tomo el rechazo como alguien que sopla una trompeta en mi oído que me despierta para ponerme en marcha, en lugar de retirarme”
-Sylvester Stallone-

 

 

 

 

 

Hoy aprenderás cómo curar la herida del rechazo. Una herida que suele provocar que demos aquello que hemos recibido, es decir, haremos todo lo posible por ser rechazados porque es lo que conocemos.

Cuídate a ti mismo

hombre paseando

No puedes evitar ser rechazado, aunque sí puedes aceptar o no ese rechazo. Debes ser capaz de apreciarte, de valorarte y de invertir en ti mismo. Puedes seguir como estás, pues cambiar es difícil y quizás te encuentres bastante inseguro. Pero, ¿prefieres rechazar el rechazo o seguir aceptándolo? Solo en ti reside esta opción, nadie la va a poder tomar por ti.

El rechazo te hace débil, susceptible y puede sumirte en la depresión. Debes mirarte a ti mismo y saber bien quién eres. ¡Perdónate! Todos cometemos errores, pero eso no justifica que los demás puedan rechazarnos. ¿Quién eres tú para rechazarme? ¿Acaso yo rechazo a otros?

Nunca permitas que el hecho de que te rechacen te convierta a ti en el primero que pague con la misma moneda. Tú vales mucho. Descúbrete, valórate y date el aprecio que te mereces…

“La aceptación, el valor, no puede dártelo la gente, tú mismo tienes que dártelo. No permitas que nadie marque tu corazón”
-Bernardo Stamateas-

 

 

 

 

 

Habla bien de ti

mujer con lobo emergiendo del pecho

Es difícil hablar bien de los demás muchas veces, ¿o es al revés? En ocasiones, sabemos apreciar los puntos fuertes de las otras personas, aquello en lo que destacan. Es más fácil ver las cosas en otras personas, tanto las buenas como las malas. Pero, ¿qué pasa en cuanto a nosotros mismos? Ahí nos encontramos con una barrera. Empieza a hablar hoy bien de ti con estos sencillos consejos:

  •   Nombra tus puntos fuertes
  •   Determina que el día de hoy ¡es tu mejor día!
  •   Piensa que lo que salga de tu boca te curará o te dañará
  •   Transforma tu diálogo interno en algo positivo

Hoy es el día y el momento en el que debes empezar a hablar bien de ti mismo para recuperarte y encontrarte cada día mejor. El rechazo provoca malestar, angustia y nos hace sentir que no valemos nada. Pero lo que los demás puedan decir de ti o cómo puedan responderte ¡no te define! Estar seguro de ti mismo es el primer paso para ir con la cabeza bien alta ante la cantidad de rechazos a los que te tendrás que enfrentar.

Regálate lo mejor

Para empezar a valorarte debes brindarte lo mejor. Si comes, come lo mejor; si te vistes, viste lo mejor. Valórate, regálate y prémiate continuamente. Debes mimarte a ti mismo, pues nadie más lo hará. Para que esto sea mucho más sencillo, regálate también la posibilidad de rodearte con gente que realmente sea positiva para ti.

Busca la compañía de aquellas personas que le añadan valor a tu vida y no te lo arrebate, que aumenten tu autoestima y no la pisoteen. Estas personas positivas de las que te rodearás permitirán que saques lo mejor de ti, que explotes todo lo que tienes dentro y aún no ha salido al exterior, por miedo.

“La felicitación es agradable y la aprobación útil, pero no trabajes buscando la aprobación de los demás, el hacerlo te hará desviarte del objetivo y de la meta”
-Bernardo Stamateas-

 

 

 

 

 

Pero en tu búsqueda de la liberación de todo rechazo y la curación de tus heridas, no caigas en la tentadora búsqueda de aprobación que te puede hacer caer en otras redes aún peores.

mujer con flores en la cabeza

Busca solo tu aprobación, apóyate en los demás para impulsarte, pero no para acomodarte. Invertir en ti y valorarte como persona será el primer paso importante para empezar a cuidar de ti, para empezar a vivir sin miedo al rechazo.

El arte de enamorar

08.07.2016 15:49

El arte de enamorar

El arte de enamorar

Seguro que en alguna ocasión te lo has preguntado ¿Existe quizá el llamado “Arte de enamorar”? Bien, en primer lugar debemos tener claro que en el amor no vale todo, y no todos somos iguales.Cada uno de nosotros tenemos unas necesidades y aspiraciones que se ajustarán o no, a esas personas de las cuales nos sintamos atraídos.

Con esto queremos decir que es difícil redactar una especie de manual de uso del buen amor o del arte del enamoramiento. A este mundo llegamos sin libro de instrucciones, lo sabemos, y es ahí, en este largo proceso de aprendizaje, experiencias, errores y aciertos, donde reside el mejor modo de ir escribiendo nuestra propia tesina de las relaciones humanas.

Ahora bien, a la hora de hablar de estrategias de seducción podemos determinar unas dimensiones básicas que nos pueden orientar. Debemos indicar en primer lugar, que la seducción no se limita únicamente al plano romántico y sentimental. Seducir, es potenciar lo mejor de nosotros mismos al exterior. Así pues, estas sencillas estrategias podemos aplicarlas también a nuestro trabajo y a otros ámbitos de nuestra vida.

Porque al fin y al cabo, una persona seductora es aquella que conoce sus puntos fuertes, aquella que utiliza sus virtudes para mostrar lo mejor de sí misma, para cautivar y conseguir cercanía con aquellos que le rodean. Veámoslo.

1. SÉ TU PROPIA MARCA

No, no estamos hablando de marketing… pero casi. Ser tu propia marca significa asumir en todo momento que somos únicos. Disponer de un auto-concepto propio que nos diferencie de los demás. Lo esencial es no estar determinados por los demás, disponer de una personalidad única y auténtica, libre de convencionalismos y determinismos.

Piensa por ti mismo, actúa según tus proyectos y necesidades, elige qué quieres que te influencie y qué no. Las personalidades únicas siempre son seductoras. Para enamorar, la autenticidad y su demostración son fundamentales. Crea tu propia marca, sé tú mismo.

2. LOS ROLES HAN CAMBIADO

Puede que haya personas que aún crean que lo habitual, es que los hombres sean siempre los que inician el arte de conquista mientras que las mujeres, asumen un papel más pasivo. En las últimas décadas los usos y costumbres han cambiado bastante, sin contar con los canales de comunicación: redes sociales, nuevas tecnologías… La mujer no espera a que sean ellos los que den el primer paso, y ellos, pueden adoptar una actitud más pasiva para permitir que se les conquiste. Los roles ahora son más semejantes.

Entonces ¿Dónde está la clave? Sencillamente en hacer sentir bien a la persona que nos interesa y que tenemos enfrente, de igual a igual. Siendo genuinos y evitando cualquier tipo de manipulación. Jamás demuestres aquello que no eres, algo imprescindible dados los canales que por ejemplo nos permiten las redes sociales de hoy en día, donde mucha gente finge lo que no es.

Los roles han cambiado y la seducción, puede darse por nuevos canales. Pero para enamorar a una persona debes ser  tú mismo en cada momento, genera siempre que puedas sentimientos positivos, transmite apertura, sinceridad, sentido del humor…

Trata a la otra persona de igual a igual. No importa quién inicie el proceso de conquista, lo importante confiar siempre en ti mismo manteniendo una buena autoestima y un buen auto-concepto.Tú eres tu propia marca, eres único y especial, y todos somos capaces de cautivar.

3. PSICOLOGÍA DE LA ATRACCIÓN

La psicología de la atracción nos dice que a la hora de enamorar a una persona, podemos hacerlo mediante tres dimensiones: conseguir una conexión emocional, demostrar a la otra persona que somos lo que necesita, y desarrollar una atracción física.
Bien es cierto que en un primer momento, el aspecto físico sea importante. Pero debemos tenerlo claro, sin una conexión emocional el enamoramiento no será real. “Ligar” es sencillo, pero enamorar a la persona que de verdad nos interesa ya no es tan fácil.

Demúestrale a esa persona que eres lo que necesita, indaga en sus necesidades, sus miedos, sus aspiraciones… hazte necesario para él/ ella, muéstrale apoyo, practica una escucha activa, desarrolla la empatía, establece una buena comunicación… todo ello forjará unos vínculos fuertes. Hazte imprescindible, y habrás averiguado en qué consiste el arte de enamorar.

 

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