Si no hay fuego, no le eches leña a las cenizas
Si no hay fuego, no le eches leña a las cenizas
Sabes de sobra, sin que nadie te lo diga, que para que una relación funcione necesita fluir sin un esfuerzo desorbitado e, incluso, eres consciente de que te mereces a esas personas que te hacen arder de ganas y no a las que te las quitan. Y ahora que ya lo sabes, solo tienes que tener el valor de repetírtelo hasta que te lo creas: no es adecuado que me desgaste con una hoguera que ya no tiene fuego, tengo que dejar paso para que arda de nuevo.
Es posible que sientas la esperanza de que, tanto incendio vivido al lado de alguien, haya dejado alguna pequeño fuego o al menos una pequeña llama. Sin embargo, es bueno entender que si no hay forma de volver a compartir tu vida con esa persona quizá es porque lo único que ha quedado del incendio hayan sido las cenizas.
“Ponte a salvo, líbrate del riesgo.
No pierdas tiempo en reanimar, lo que anda muerto.
Ponte a salvo, cuida tu momento.
No pierdas aire en respirar, de lo que está ardiendo”.
-Adriana Moragues, canción «Ponte a salvo»-
Entonces, si tienes la certeza plena de que ya no merece la pena seguir intentándolo, la única alternativa que tenemos es asumirlo y dejar que la llaga cicatrice por completo. Todos precisamos curar nuestras heridas alguna vez, así que date el tiempo conveniente para recuperarte y ser capaz de volver a empezar y que otro fuego arda.
Necesitas espacio y tiempo
Lo cierto es que carece de sentido tratar de prender de nuevo una hoguera con solo dos manos, cuando aquella había sido construida por cuatro. Darte cuenta de que el esfuerzo que estás haciendo no va a dar sus frutos es una fase que va a llevarte tu tiempo y en la que vas a necesitar tambiénespacio para ti.
El vacío sentimental y la tristeza que supone que esa hoguera que tanto había costado ya no tenga fuego puede hacerte sentir abatido y es probable que no veas el modo de seguir adelante, precisamente porque era algo que parecía haberse forjado para ser fuerte y duradero. El vacío al que me he referido es inevitable, sobre todo si continuamente piensas que aquella persona que estaba para todo ya no está y es ahora cuando más la necesitas.
“Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas cosas que se acaban”.
-Marwan, canción «Sueños sencillos»
Sin embargo, si te encuentras en esta situación el mejor regalo que puedes hacerte es aceptar que la mayoría de cosas tienen fecha de caducidad y las relaciones no tienen por qué ser menos: cada cosa tiene su momento, así que coge las cenizas de esa hoguera y conviértelas en lecciones.
Sopla las hendiduras, alíviate
Dice un poeta actual, Pedro Andreu, que «a vivir se aprende a base de pedradas» y se puede convertir casi en una ley universal, dado que, cuando decidas pensar en lo que has vivido, te acordarás perfectamente de aquella piedra tan grande que te tocó esquivar. Además, no olvidarás cómo lo conseguiste, cómo echaste sal en las heridas que te habían hecho las brasas de la hoguera, cómo te sentaste encima de la piedra y saltaste para avanzar.
Tarde o temprano, la herida empezará a picar, las dudas, pero a la vez irá saliendo la cicatriz y, si no te la quitas pasado un tiempo solo quedará una pequeña marca y un recuerdo más cargado de aspectos positivos que de dolor. Volverás a amar a la nueva piel, la volverás a amar de forma distinta- porque ningún amor es igual-, pero igual o más hermosa aún.
Permite que nuevos fuegos iluminen tu vida
Como te has visto en la situación de romper con una relación que además no deseabas que terminara, lo normal es que, al presentarse nuevas oportunidades de volver a compartir tu vida con alguien, rehuyas y no te sientas preparado para ello.
No obstante, si has conseguido volver a donde te rompieron el corazón, has perdonado, no te importa encontrarte con esa persona y que te vea con alguien, ya no buscas a alguien que le sustituya y has comprendido que aquello de que «un clavo saca otro clavo» no es para nada válido. Si has conseguido todo esto, entonces, estás listo para que encontrar el color en una nueva hoguera. Como dice la canción que he querido compartir con vosotros, «lograste sobrevivir, elige sonreír».
“¿Tienes fuego?
Yo pongo un corazón de gasolina.
Y a ver qué pasa”.
-Pedro Andreu, poema «Pensamientos incendiarios»-