Emilio Duró en una de sus conferencias más conocidas llamada “Optimismo e ilusión” dice que el 99% de todo lo que nos preocupa son cosas que nunca han pasado ni pasarán. Si lo pensamos con detenimiento, es cierto, porque gran parte de nuestro sufrimiento y de sus causas están dentro de nuestro cerebro, y lo que realmente ocurre es que tenemos miedo a sufrir.
El miedo es una reacción muy humana, que forma parte de nuestro instinto de supervivencia natural, pero en ocasiones nos traiciona porque se activa ante situaciones en las que no hay un verdadero peligro. Es en esas situaciones en las que tenemos que aprender a controlar nuestros temores.
“Todo lo que siempre has querido está al otro lado del miedo”
Tendemos a sufrir más ante la sola idea del sufrimiento que ante una situación que puede dar lugar a un sufrimiento real. Muchas personas temen amar o enamorarse, por miedo a sufrir después, y se esconden tras una coraza sin darse cuenta de que de esa forma no pueden ser ellas mismas, ni conocer el amor.
Cómo funciona el miedo en nuestro cerebro
Para saber cómo funciona el miedo en el cerebro, se llevó a cabo un experimento por científicos del Centro de Salud Mental de la Universidad de Texas en Dallas (EEUU). Contaron con la participación de 26 adultos (19 mujeres y 7 hombres) con edades comprendidas entre los 19 y los 30 años.
El experimento consistió en mostrar a los participantes 224 imágenes al azar, entre las que había imágenes reales (divididas en imágenes de peligro y situaciones agradables) e imágenes irreales sin ningún indicador que diferenciara a las imágenes de las dos categorías.
Se les pidió a los participantes que apretaran un botón con el dedo índice derecho cuando vieran una foto real y que presionaran otro botón con el dedo medio derecho cuando vieran fotos irreales y se midieron los resultados mediante electroencefalografías.
“Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años solo arrugan la piel, pero el miedo arruga el alma”
Los resultados del electroencefalograma revelaron que las imágenes amenazantes provocaban un aumento precoz de actividad de ondas theta del lóbulo occipital (el área del cerebro donde se procesa la información visual).
A continuación, se producía un aumento de actividad theta en el lóbulo frontal (donde se producen las funciones mentales superiores tales como la toma de decisiones y la planificación). De la misma forma, también se identificó un aumento en las ondas beta relacionadas con el comportamiento motor.
Por lo tanto, en base a todo lo anterior, se llegó a la conclusión de que el cerebro da prioridad a la información amenazante sobre otros procesos cognitivos y el experimento realizado nos muestra cómo sucede este proceso en el cerebro.
Elige dejar de tener miedo a sufrir
Para dejar de tener miedo a sufrir no existen fórmulas mágicas, no hay una forma en la que podamos dejar de sufrir y olvidarnos de todo, pero sí existen determinadas reflexiones que podemos hacer y que nos ayudarán a dejar de lado ese temor, tan irracional a veces.