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De Alejandro Jodorowsky, "Los Recuerdos Dolorosos de la Infancia"

10.05.2016 11:23

De Alejandro Jodorowsky, "Los Recuerdos Dolorosos de la Infancia"

Cada vez que tengas un recuerdo doloroso de tu infancia, viaja por tu memoria y, con la edad que tienes hoy, dile a tu niño: “Pequeño mío, no estés triste, no estás solo . Yo estaba contigo, acompañándote todo el tiempo. Soy tu amigo. Juega conmigo”… Y así agregas a tu infancia cosas que no tenías en tu memoria y la cambias.

Puedes agregar alas invisibles a tu niño y hacerlo volar, darle belleza, darle valores, colorear las calles, llenar su casa de objetos preciosos, hacerlo conversar con los animales y las plantas, mejorar a sus padres, etc… Y si tú, hoy estás triste, puedes invocarte a ti mismo, cuando serás un/una anciano sabio que te diga: “Querido, soy tú con cien años más. Ya lo ves, no estás solo, estoy junto a ti. Tengo una inmensa sabiduría y puedo aconsejarte”.

Si agregas importantes detalles a tu memoria, tal como hace un artista cuando pinta un cuadro o filma una película, puedes cambiarla, agregarle felicidad. Si quieres liberarte del sufrimiento pasado, colorea y enriquece tu memoria. Otórgate lo que no te dieron. Haz lo que no hiciste.

Ahora mismo, elige algún recuerdo doloroso, míralo desde otra edad y dale nuevos aspectos, todos ellos positivos. Por ejemplo, si viste el cadáver de un perro podrido, hazlo integrarse a la tierra, convertirse en abono y dar origen a hermosas flores. Por otra parte, lucha para no pensar que el futuro es terrible e imagina, crea en tu mente un futuro precioso. “Sí, un día moriré, pero muy agradablemente: mi conciencia, gota divina, regresará al océano divino, que es un orgasmo eterno.”

Esta técnica de cambiar el pasado, agregando aspectos agradables a mi memoria la descubrí en la época en que Hollywood comenzó a colorear sus viejas películas filmadas en blanco y negro….

Debemos tratar a nuestra memoria como si fuera un diamante cubierto de carbón. Vamos a pulirla hasta dejar al descubierto su belleza y luego tallarle facetas para enriquecerla.»

Alejandro Jodorowsky

 

 

 

 

 

Fragilidad emocional

05.05.2016 11:46

Fragilidad emocional

Fragilidad emocional. (kashmirmag.com)

Qué difícil es reconocer la diferencia entre el derecho a expresar lo que le pasa y tiranizar a los otros con su fragilidad emocional. Qué complicado es aprender a controlar sus angustias y renunciar a la fantasía de que alguien más se las mitigue. Elegir hablar o callar es señal inequívoca de dominio personal y una cualidad que no ha sabido practicar.

La incapacidad para resolver problemas suele derivar en la búsqueda desesperada de culpables; la fragilidad de las emociones es síntoma de un pasado difícil, pero también puede ser una maniobra para lograr protagonismo. 

Los muy frágiles suelen utilizar la proyección como defensa favorita, de modo que lo que los otros hagan o dejen de hacer se convierte en el centro de sus vidas. 

Usted está convencido de que los demás son responsables de contenerlo, porque es una víctima de sus impulsos, incapaz de regular sus emociones, porque ha sufrido mucho (lo cual puede ser verdad) y, por lo tanto, la vida le debe y mucho.

Cabe preguntarse hasta dónde tiene usted derecho de irrumpir en la vida de los otros exigiendo que dejen lo que están haciendo para que lo miren.

Porque una cosa es la confianza en la solidaridad de quienes le aman y otra dar por hecho que están obligados a decirle siempre que sí. Puede ser que al sentir intimidad con alguien, haya confundido amor con invasión, cariño con control, conversación amorosa con conversación terapéutica.

Asumirse como frágil es sentirse con el derecho a ser comprendido, atendido y satisfecho en sus deseos y necesidades en el momento y en la forma que lo imagina. Y es así como llega la catástrofe que es la frustración de las expectativas, porque nadie nunca está ni estará a la altura de su fantasía sobre el amor incondicional.

No me llamaste cuando yo lo necesitaba. No me dijiste las palabras de aliento que quería escuchar. No eres como yo quisiera. Me abandonaste. Debes cambiar: frases clásicas del infierno de los desencuentros en donde viven los hipersensibles, que se ofenden por todo, que se describen como sentimentales o sentidos, que son frágiles, pero protagónicos, que proyectan sus obsesiones en los otros; sus esquemas rígidos de cómo debe verse el interés y el amor, incapaces de aceptar que cada quien da lo que puede o lo que decide dar y ni una gota más.

A veces por descuido, por falta de tiempo o porque están pasando momentos tan complicados como usted, los que ama no lo miran, no lo abrazan, no le llaman, no lo visitan o no le preguntan cómo está. Interpretar estas omisiones como producto del desinterés o del desamor alimenta el sentimentalismo y el melodrama, y lo aleja de la autonomía emocional que es tan importante como la interdependencia.

No es lo mismo construir reciprocidad que reclamarla. No es igual tratar de entender lo que sentimos antes de comunicarlo, que expulsarlo sin filtro, esperando que quien nos ama sepa comprender, traducir y acomodar algo que es nuestro.

La búsqueda desesperada de la madre fuerte o del padre bueno es un intento inconsciente de reparación y también una detención en el desarrollo, en la etapa de la niñez. Ocurre con frecuencia que los adultos se sienten como si fueran niños que aspiran a la protección incondicional. Un pedazo de todo adulto es un niño desvalido que sólo su parte adulta puede consolar. La incapacidad de autoconsuelo es el origen de la dependencia, que en lugar de favorecer relaciones de colaboración e igualdad, propicia vínculos en los que domina la queja, el reclamo, el desgaste, la asfixia, el resentimiento y, a veces, la necesidad impostergable de que alguien ponga un límite con distancia física y emocional.

Twitter: @valevillag

 

 

 

 

 

El bienestar es una elección

05.05.2016 11:06

El bienestar es una elección

    Bienestar Vale Villa

El término bienestar puede entenderse de formas distintas. Los culturalistas, por ejemplo, dirán que estar bien es inalcanzable en la pobreza y la falta de oportunidades asociada. Los psicoanalistas ortodoxos sostendrán que el bienestar es imposible si no se explora el terreno de lo inconsciente. Algunos defensores de la autoayuda, venden la idea del bienestar como un producto que se consigue rápido con solo desearlo.

En algún punto medio de estas posturas, que radicalizadas constituyen ideologías, se encuentran los hallazgos de la ciencia, que afirman que el bienestar es alcanzable como cualquier otra habilidad. Que es posible estar bien, con disciplina, perseverancia y mucha práctica de 4 habilidades, que al desarrollarse, pueden reconfigurar algunos circuitos neuronales e incidir en una vida más satisfactoria y de modo más estable:

1. Resiliencia: La rapidez con la que nos recuperamos de la adversidad, que es inevitable. Lo que sí puede cambiar es la respuesta frente a lo incontrolable. Algunas evidencias próximas a publicarse, afirman que la práctica de la Meditación de Atención Plena , aumenta la capacidad para sobreponerse a los golpes de la vida. Aprender a estar en el momento presente es una vacuna contra la angustia, la rumiación y los pensamientos catastróficos sobre todas las cosas que probablemente nunca sucedan.


2. Perspectiva positiva: La capacidad de disfrutar las experiencias positivas, de ver la humanidad en los otros y lo que en ellos existe de bondad. 

Una actitud positiva es accesible incluso para las personas que están deprimidas, aunque la duración de la experiencia es más fugaz. 

Puede desarrollarse practicando actos de bondad y de Meditación Compasiva (30 minutos al día durante dos semanasCreada por la Dra. Helen Weng del Center For Healthy Minds en la Universidad de Wisconsin). Los circuitos cerebrales implicados en la perspectiva positiva mejoran rápidamente después de unas cuantas semanas de práctica. Y también aumenta la capacidad para ser amable y dispuesto a ayudar.

3. Atención: Un grupo de psicólogos sociales publicó un artículo que en síntesis afirmaba que “una mente que divaga es un mente infeliz”. Cuando usted está haciendo algo, quizá su mente no está ahí en lo que está haciendo sino en algún otro lugar. La felicidad tiene una correlación positiva con estar mentalmente presente en cada momento. William James, en “Los principios de la psicología” afirmó que la capacidad de regresar voluntariamente la atención una y otra vez a donde queremos, es la base del juicio, del carácter y de la fuerza de voluntad.

4. Generosidad: Numerosos estudios confirman que cuando las personas se involucran en conductas generosas y altruistas, se activan los circuitos del bienestar. Involucrarse en prácticas para cultivar la bondad y la compasión puede ser una forma de vivir, un ideal sobre el mundo en el que preferiríamos vivir. Claramente nadie debería ser bueno y generoso solamente para activar los circuitos cerebrales del bienestar, porque entonces la generosidad sería egoísmo.

Esta propuesta afirma que es posible elegir: dejar que su mente se transforme a partir de las experiencias, sin dirección alguna. O transformarla con más sabiduría, de modo más intencional, asumiéndose como responsable de su bienestar.

No deje que la posmodernidad se lo coma y deje de pensar que estar bien es producto de la casualidad, de la genética, del privilegio o de la buena suerte. Es esfuerzo intencional y una decisión. 

Vale Villa es psicoterapeuta sistémica y narrativa. Se dedica a la consulta privada y a dar conferencias sobre bienestar emocional.

Twitter: @valevillag

 

 

 

Procrastinación ... Un mal nos acecha!!!

05.05.2016 11:01

Procrastinación

    Procrastinación, aprende a detectarla.

La procrastinación es el hábito neurótico que lleva a posponer lo importante, por miedo a fracasar o por una falsa idea de que al darse un respiro o un descanso, se recuperan fuerzas y motivación para continuar con lo pendiente. El momento de retomar y concluir para quien procrastina llega muy tarde, casi siempre obligado por una fecha límite de entrega y con un grado de ansiedad alto.

Una vida de cumplimiento total y puntual quizá no es una aspiración realista, pero sí es posible identificar unos cuantos asuntos relevantes que no deberían posponerse. Otro problema radica en no saber cómo identificar las prioridades y entregar la energía a lo secundario. Por lo general, las personas creen que lo más urgente tiene que ver con el trabajo y el dinero, sin considerar siquiera que el cuidado de la salud física y mental debería ocupar el lugar más alto en la jerarquía de lo importante. Cuántas historias hay de gente que se descuidó dedicándose a trabajar sin pausa, que después de un diagnóstico terrible lamenta no haber atendido a tiempo ese dolor con el que se acostumbró a vivir. 

Hacer una lista de actividades que pueda llevarse a cualquier lado como recordatorio puede ser buena estrategia. El automonitoreo al final del día para evaluar el cumplimiento de las actividades y para planear las del día siguiente, también es útil. 

Varios estudios sobre procrastinación coinciden en la importancia de tener una casa ordenada que dé una sensación de limpieza y claridad. Es mucho más difícil planear en medio del caos: Espacio limpio y ordenado, mente limpia y ordenada. 


La parte complicada es darse cuenta de la tendencia a desviarse de lo importante distrayéndose en actividades intrascendentes como ver televisión, revisar páginas de Internet, leer revistas, hablar por teléfono, mensajear, interactuar o husmear las vidas ajenas en las redes sociales.

Ayuda también tener horarios fijos para las tareas. Sin plan ni estructura, la claridad de en qué momentos y con qué cosas se procrastina difícilmente llegará. La consistencia es la cualidad más importante para combatir el mal hábito de posponer lo importante. En estados emocionales de inestabilidad, es mucho más complicado apegarse a las rutinas y hacer lo que debe hacerse, más allá de la motivación. Pelearse todos los días con lo que su vida le exige, es una actitud agotadora. Todo eso que deja para después se va acumulando en forma de preocupaciones y angustia que se vuelve un lastre que no lo deja avanzar. Usted sabe que le está dando la vuelta a terminar la tesis, a arreglar el coche que lleva 6 meses fallando y dejándolo tirado, a ver a su ginecóloga que le pidió estudios que no se ha hecho, a concretar un proyecto que simboliza en parte sus sueños profesionales, a abrir el fondo de retiro cueste lo que cueste. Y también sabe que en parte, por eso duerme mal, tiene migraña, pesadillas, trastornos digestivos o trastornos de la vida afectiva. No enfrentar ni solucionar lo importante, es una de las causas de enfermedad física y mental.

Procrastinación, aprende a detectarla.

Aquí algunas preguntas que pueden ser de utilidad para saber qué tanto procrastina (basadas en el cuestionario de Bill Knauss): 

1. ¿La procrastinación le es familiar? 
2. ¿Tiene obligaciones que no está cumpliendo? 
3. ¿Deja de lado prioridades porque atenderlas es incómodo?
4. ¿Se dice a sí mismo que después es el mejor momento para empezar algo? 
5. ¿Empieza cosas y no las termina? 
6. ¿Es impuntual? 
7. ¿Se las arregla para extender las fechas de entrega de su trabajo? 
8. ¿Pospone las decisiones difíciles? 
8. ¿Busca excusas para explicar sus retrasos? 
9. ¿ El pesimismo es causa de sus retrasos? 
10. ¿Sus dudas y miedos le impiden actuar?

Es necesario establecer fechas límite para desarrollar el hábito de cumplir. Por ejemplo, programando a un mes el arreglo de los desperfectos más importantes de su casa, o poner en la agenda todas las citas pendientes con doctores, contador, clientes potenciales o amigos que hace siglos no ve. Tampoco puede descartar que su hábito neurótico de posponer lo importante, sea síntoma de una depresión. 


Vale Villa es psicoterapeuta sistémica y narrativa. Se dedica a la consulta privada y a dar conferencias sobre bienestar emocional.

Twitter: @valevillag

 

 

 

 

Me gusta la gente que acepta a los demás tal y como son

23.04.2016 12:19

Me gusta la gente que acepta a los demás tal y como son

Mujer tapándose los ojos

Me gusta la gente que acepta a los demás tal y como son, que no prejuzga, que no critica. Me gustan porque conocen sus límites y saben bien que aunque no es oro todo lo que reluce, siempre hay algo en el interior de las personas que merece una sonrisa.

Esto es lo que verdaderamente tiene sentido en un mundo de imperfectos. Todos somos merecedores de afecto y de aceptación. Por eso, tener esto claro y ponerlo en práctica nos hace mejores personas no solo a los ojos de los demás, sino a los ojos de nuestro propio interior.

Así, nuestra capacidad para relacionarnos con el mundo tendrá mucho que ver con nuestro diálogo interno respecto a los demás. Es decir, que si siempre procuramos comprender la trascendencia de los comportamientos ajenos y buscamos razones y aspectos positivos, entonces la luz que emanamos iluminará nuestro recorrido por la vida.

Pareja abrazada mirando al horizonte

Romper con la idea de las personas tóxicas

 

 

Cada vez hay más voces que se alzan en contra del uso del calificativo “tóxico” para referirnos a personas que nos resultan difícil de tratar. Así, si bien es una forma de hablar que hoy en día resulta clara, atractiva y universal, tenemos que meditar nuestra manera de catalogar a los que nos rodean.

En este sentido debemos pensar que no hay personas tóxicas, sino seres humanos con problemas.Estos problemas pueden afectarnos en mayor o menor medida pero quizás llamando a una persona “tóxica”, sumamos un problema más a su vida y a nuestra manera de convivir con ello.

Es decir, que a la primera persona a la que afecta la idea de las personas tóxicas es a quien lo usa.¿Por qué? Porque una persona tóxica podemos ser nosotros mismos, nuestros familiares, nuestros padres, nuestros hijos o nuestros amigos. Además, alguien que rechaza a las personas tóxicas, no acepta a los demás tal y como son.

O sea que la dualidad “tóxico/no tóxico” puede resultar peligrosa en el sentido de que deja caer que los demás son los malos y que los demás son sus víctimas. Esto nos impide relacionarnos con responsabilidad, firmeza y compasión y nos hace correr huyendo sin ningún destino y a lo loco.

Y esto, por decirlo de una manera metafórica, hará que impactemos contra los mismos muros emocionales que estamos intentando esquivar.

la persona_ideal

 

Todos tenemos conflictos y sombras, todos somos personas

 

 

Las personas no son aceptables o no aceptables. Somos simplemente personas dentro de nuestra propia complejidad. Todos somos aceptables en la medida en la que nos esforcemos por cultivar los aciertos en vez de estigmatizar por los fallos.

Por eso, en lugar de criminalizar los problemas de los demás o los nuestros propios, quizás es importante que empecemos por aprender a detectar los conflictos de los demás y a actuar de manera correcta ante ellos.

 

 

 

Al fin y al cabo, aquel que acepta a los demás tal y como son, es hábil viendo en el interior de las personas y, sobre todo, empatizan y tienden una mano a los demás en vez de mostrar actitudes victimistas y agresivas o defensivas.

Pareja con cabeza de cubo de rubik

 

Todos conocemos lo que es sentir envidia y sabemos lo destructora que puede llegar a ser. ¿Acaso no hay nadie que se compare con los demás o que en algún momento haya sentido cierta alegría o confort con los errores ajenos?

Es humano sentirlo y es humano sentir en contra de nuestros propios valores. La envidia puede ser desorbitada en algunas personas, lo cual resultará una gran fuente de sufrimiento y como compañeros de vida podemos ayudar a sobrellevarla.

Evidentemente no todos sentimos envidia, manipulamos o mentimos todo el rato. Pero sí que todos somos esas “personas tóxicas” tan terribles de vez en cuando o esporádicamente. Todos criticamos, interna o exteriormente, todos somos interesados en alguna ocasión o nos comportamos de manera egocéntrica y victimista en otras.

No nos gustan las personas que no ayudan o no aceptan a los demás. ¿Por qué íbamos a hacerlo nosotros? Nos estaríamos convirtiendo en lo mismo que sentenciamos (¡qué irónico suena esto!).

Mujer acariciando la cara de un caballo mientras lo mira a los ojos

Protégete si es necesario, pero no huyas despavorido de aquellas personas que tienen problemas o que han mostrado su lado menos amable. Acepta a los demás tal y como son e intenta resolver sus sufrimientos sin críticas y sin juicios.

Y es que, si no lo hacemos, nos convertimos en un estilo de persona del que huiríamos. Sé consciente de que todos tenemos sombras, acéptalas y desaparecerá gran parte de la oscuridad que las caracteriza. Entonces (y solo entonces) podrás contemplar la gran belleza que a todos nos acompaña.

 

Quédate con aquellas personas con las que puedes ser tú en toda tu esencia

23.04.2016 12:15

Quédate con aquellas personas con las que puedes ser tú en toda tu esencia

Pareja sentada en un arco iris mirándose a los ojos

Hay personas que sacan lo más sincero, genuino y verdadero de nuestro interior, toda nuestra esencia. Son aquellos que profundizan en nosotros, que exprimen nuestra esencia y que nos hacen disfrutar de lo maravilloso que es sentirse bien siendo uno mismo.

Son esas personas que tienen algo que no sabemos definir, que nos invitan a tener plena confianza y a sentirnos con total libertad para comportarnos como queramos y como nos pide el cuerpo en cada momento…

Poder ser uno mismo se ha convertido en una excepción más que en una regla actualmente, lo que ocasiona que muchas veces nos sintamos desubicados. Esto se debe al miedo a que nos juzguen y nos etiqueten, lo que acarrea que al final ocultemos nuestros verdaderos intereses y nos pongamos una máscara para no lidiar con ciertas situaciones.

“Uno no puede ser uno mismo de manera absoluta cuando se está en público, porque estar en público ya te obliga a cierta autodefensa.”
-John Lennon-

Mujer deja pájaros en libertad

El valor de la autenticidad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



A veces negamos que nos guste cierta música o que estemos interesados en unas aficiones pero no en otras. En otros momentos podemos incluso obviar u omitir información sobre nosotros que nos solicitan o que estaríamos encantados de contar.

De esta manera, poco a poco, vamos dejando de ser nosotros mismos de cara a los demás o incluso en nuestra vida interna, lo que es mucho más grave y más preocupante.

 

 

 

O sea, no comportarnos como nos gustaría acaba mermándonos, esto genera un empobrecimiento emocional que nos deja sumidos en una característica mezcla de tristeza, melancolía y desgana. Esto, por supuesto, tiene sus consecuencias en nuestras relaciones, que a su vez se tornan cada vez más insatisfactorias.

Sin embargo, a veces encontramos personas con las que podemos ser nosotros mismos y con las que nos conseguimos sentir realmente bien sin tapujos. Gracias a ese empuje nos permitimos liberarnos de esas ataduras emocionales y empezar a ilusionarnos de nuevo.

Lo cierto es que este tipo de conexiones no abundan, por lo que tenemos que apreciar cada uno de los momentos que vivimos junto a ellos, ya que nos ayudan a contemplarnos y a trabajarnos en esencia.

 

Naranja con un paraguas protegiendo de la lluvia a otra naranja

“La amistad con uno mismo es de suma importancia, ya que, sin ella uno no puede ser amigo de nadie más en el mundo.”
-Eleanor Roosevelt-

Sé tú con total libertad

 

 

 



Como hemos comentado hasta ahora, ser uno mismo con total libertad es bastante complicado ya que depende en gran medida de lo cómodos que nos sintamos con los demás. Sin embargo, el verdadero trabajo a realizar nos corresponde a nosotros; es decir, que ser uno mismo requiere deautoconocimiento y por supuesto de motivación para ello. En este sentido, vamos a analizar qué podemos hacer:

  • Acéptate, eres una persona única e irrepetible. Es normal que quieras mostrar una versión más deseable de ti a los demás, pero no es necesario. De hecho puede llegar a ser contraproducente ya que nuestra parte más amigable es la natural.
  • No te centres en la imagen que los demás tienen de ti, hazlo en cómo tú te consideras. Esto nos ayuda a ser más auténticos y espontáneos.
  • Tu valía no depende de cómo es con lo que te comparas. Todos tenemos ideales y valores, pero esos no dependen de los demás. Es importante que trabajes para ser cada vez mejor, pero no para parecerte o superar a nadie.
Uno de los retos más difíciles es ser nosotros en un mundo en el que la mayoría está tratando de aparentar ser alguien más. Valorarnos es costoso, pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

 

Querer agradar a todos es un desgaste innecesario

23.04.2016 12:12

Querer agradar a todos es un desgaste innecesario

Haga en una diana

Cuando intentamos agradar a todos acabamos por dejar de agradarnos a nosotros mismos. Porque, ¿cuántas veces hemos dicho sí a los demás diciéndonos NO a nosotros? ¿Cuántas veces hemos sacrificado nuestra voluntad, nuestros deseos y nuestros sentimientos por contentar a alguien?

Probablemente hayamos hecho esto muchas veces a lo largo de nuestra vida, pues la línea entre“ceder” de manera saludable y “ceder” demasiado ante los demás es muy difusa. Sin duda podemos afirmar que esto es tan peligroso como innecesario.

En este sentido a veces nos cuesta mantener el tipo cuando tenemos que decir NO a algo que nos anula. Puede que incluso nos tiemble la voz y evitemos el contacto visual. Sin embargo, aprender a proteger nuestra esencia con asertividad es esencial.

No digas SÍ cuando quieres decir NO

 

 

Una de las definiciones de “asertividad” más cercanas al lenguaje coloquial que podemos encontrar viene de la mano del psicólogo Walter Riso, el cual plantea que:

“La asertividad es una capacidad que tiene una persona para decir NO, expresar desacuerdos, dar con una opinión contraria para oponerse a situaciones conflictivas y hacerlo no como lo hace el sumiso, que es negociando con sus principios ni como lo hace el agresivo, que es violando los principios de los demás.

El asertivo es una persona que es capaz de expresar sus sentimientos negativos sin violar los derechos ajenos o intentando no violarlos”.

En la manipulación a la que sometemos a nuestras voluntades, nos hacemos incapaces de negarnos a algo a pesar de que las consecuencias sean negativas para nosotros.

 

 

 

Hacer esto es tomar veneno, beber agua de la fuente de la eterna infelicidad y convertirnos en personas insatisfechas con un gran enfado ante nosotros mismos y una enorme frustración por no hacer valer nuestras opiniones y creencias.

No pierdas tu esencia cuando alguien te hace mal, solo toma precauciones

 

 

Un maestro del Oriente vio a un escorpión cuando se estaba ahogando y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el escorpión le picó. De la reacción de dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y se estaba ahogando de nuevo. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez el animal le picó. Alguien que estaba viendo al maestro se le acercó y le dijo:

– Disculpe, ¡pero usted es terco! ¿No ve que cada vez que intente sacarlo del agua le va a picar?

El maestro respondió:

– La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.

 

Así que con la ayuda de unas hojas, el maestro sacó al escorpión y le salvó la vida.
“No cambies tu naturaleza si alguien te hace algo malo, sólo toma precauciones”. Lo que otros piensen de ti no es tu problema, es el suyo.

No debemos dejar de ser quienes somos solo porque alguien nos haga mal o nos perjudique en un momento dado. Tenemos que aprender a manejar nuestra voluntad y reevaluar las circunstancias con el fin de amoldar nuestras estrategias ante ellas.

Niña viendo un pulpo salir por la puerta de la habitación

Asimismo, recalificar nuestros sentimientos hacia los demás de manera intuitiva tampoco es la solución. Debemos esforzarnos por ellos y manejar nuestras expectativas de manera que podamos conservar nuestros principios sin sentirnos mal.

Aunque también hay que decir que ser asertivo y protegerse a uno mismo no implica no sentirse mal, pues suele ir acompañado de rechazos indeseados y de pérdidas de personas o de cosas que necesitamos (por ejemplo, negarse a dar información personal que no tiene que ver con el puesto al que se opta en una entrevista laboral).

Así que, como decimos, querer agradar a todo el mundo tiene un gran coste emocional que es evitable, pues merma nuestra autoestima, nuestro amor propio y nuestra determinación. Por eso debemos protegernos y tomar precauciones para envolver nuestra esencia y no sufrir inútilmente, la clave está en decir NO cuando sea necesario.

 
 

 

 

Aprende a regalar tu ausencia a quien no valora tu presencia

23.04.2016 12:09

Aprende a regalar tu ausencia a quien no valora tu presencia

regalar ausencia 1

No solemos valorar lo que tenemos. De hecho, solemos desaprovechar y posponer las oportunidadesque tenemos de relacionarnos con nuestros seres queridos como si la ausencia que vendrá más tarde no nos importara.

Esta dejadez a veces se complica cuando personas que en principio deberían apreciarnos, nos desprecian. Las situaciones de este tipo son muy dolorosas y es por eso que debemos dejar de taparnos los ojos y comenzar a remediar esta situación.

Esto, en ocasiones, pasa de castaño a oscuro y la mejor actitud que podemos tomar es la de protegernos de este tipo de relaciones que acaban deteriorando y mermando nuestra autoestima y nuestra salud emocional.

Mujer con un pájaro con una llave en el pico

 

No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes

 

 

La frase que encabeza este apartado no es solo una frase hecha, sino una realidad. Tenemos esa mala costumbre de no valorar el momento presente y de apreciar lo que lo que no tenemos o lo que ya hemos perdido.

Cuando sufrimos porque alguien nos ignora no nos percatamos de que eso no es reflejo de nuestra valía personal y que lo más probable es que esta persona no lo haga porque está acostumbrada a tenernos a su vera.

A veces, de hecho, las parejas rompen estos círculos viciosos separándose y rompiendo su relación pero el tiempo les hace sentir que se echan de menos.

 

 

 

De todas formas, no vale de nada luchar contra viento y marea por una persona que no mueve ni un dedo por ti. No sirve ayudar constantemente a alguien que no está interesado en atendernos. No nos hace bien dar sin recibir. 

No podemos dedicarnos a los demás y olvidarnos de nosotros. Y es que la única gratitud sin la que no podemos vivir es la gratitud a uno mismo, pues es el pilar del amor propio y el cimiento de nuestro crecimiento personal.

Mujer con un hueco en forma de corazón

El poder de alejarse de lo complicado en nuestra salud

Cuando nos enfrentamos a situaciones complicadas en las que alguien importante nos ignora, podemos hacer uso de la indiferencia.

 

 

 

 

Conseguir que lo que alguien haga o no haga no nos afecte actúa como un bálsamo. Puede que al principio nos cueste, pero vale la pena el esfuerzo cuando se trata de evitar nuestro deterioro emocional. Regala tu ausencia cuando sea necesario.

Quedarse cerca de alguien puede ser ir demasiado lejos para nosotros, por lo que una buena solución es obsequiar a estas personas con nuestra ausencia. Si optamos por esta opción, es posible que iniciemos una lucha interna entre la que nos debatamos entre esperar a que vuelva o reiniciar nuestra vida de manera definitiva.

Ambas actitudes resultan dolorosas a corto plazo pero, sin lugar a dudas, convivir con nosotros mismos es la más deseable.

Mujer triste mirando un ramo flores

 

Es probable que, en estos casos, se nos queden muchísimas cosas por decir. El dolor, los reproches y todas nuestras emociones no pueden quedarse dentro de nosotros mismos, debemos de sacarlas de alguna manera, aunque sea imaginándonos que tenemos a esa persona de frente, aunque sea rasgando papeles o golpeando cojines.

Una buena opción es escribir una carta a esa persona que te lastimó en la que expliques los motivos que te han hecho partir y cómo te has sentido. Una vez que los sentimientos y las emociones del momento queden escritos, lo mejor es deshacerse de la carta y liberarnos de manera simbólica de esas sensaciones.

Libera tu dolor y perdona

 

 

Darle alas al sufrimiento es la única manera de no hacer de nuestro cuerpo la tumba de nuestra alma.Detrás de nuestro coraje, de nuestra rabia y de nuestra ira por la impotencia de sentirnos poco valorados, se esconde una gran tristeza y una sensación de humillación infinita.

Por esta razón, tenemos que trabajar nuestra decepción y dejar de caminar jugándonos la vida. Hay que saber cuándo es conveniente regalar nuestra ausencia. Entonces será el momento de dejar atrás y de no olvidarnos de que son situaciones comunes que encierran en ellas una gran semilla de crecimiento y de liberación.

“Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero. Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad.”
-Catherine Ponder-

 

A partir de hoy soy mi prioridad y dejo de ser tu opción

23.04.2016 12:06

A partir de hoy soy mi prioridad y dejo de ser tu opción

Mujer abrazando a un corazón con una mariposa

Muchas veces sentí que no era prioridad para los demás. Incluso decidí no verlo y me convencí de lo contrario. En ocasiones es más fácil hacer esto último que aceptar que otra persona no nos da suficiente importancia.

Me encontré justificando situaciones en las que era el reemplazo de otra persona. También justifiqué comportamientos negativos como críticas pensando que eran el resultado del estrés o preocupaciones. Al final me di cuenta de que no podía continuar así y decidí que a partir de hoy mi lema será “soy mi prioridad y dejo de ser tu opción”.

Convertirme en mi prioridad no me hace egoísta

 

 

La gran cantidad de veces que he escuchado que mi nueva actitud es negativa me ha convencido de que hago lo correcto. Casualmente las únicas personas que se quejan son aquellas que acudían a mi cada que lo necesitaban para desaparecer después.

Al inicio dudaba y creía que podían tener razón. Luego me di cuenta de que no hay nada más gratificante que quererme, cuidarme, complacerme y hacer lo que deseo. Algunas veces esto implica estar sola, pero no es algo negativo.

De hecho, cuando me convertí en mi prioridad llegaron nuevas personas a mi vida. Descubrirás que atraes personas que realmente se interesan por ti. No estarán todo el día contigo porque tienen vidas y sueños que cumplir, pero estarán cuando deban estar. ¡Es tan gratificante comenzar a vivir por ti mismo y dejar de ser el segundo en tu vida!

Acepté que había personas que solo me usaban

Mujer de espaldas con el pelo suelto

La parte más dura de ser mi prioridad es reconocer que algunas personas solo te usan. Cuando ellos necesitan algo, acuden a ti. Tú sientes que eres importante, pero solo están interesados en lo que pueden obtener.

Algunas veces esto incluye a miembros de la familia y a quienes creías amigos. Duele mucho porque tienen un lugar importante en tu corazón. En el momento en que empecé a pensar en mi como mi prioridad, recibí muchas quejas y críticas de su parte.

Trataban de que siguiera siendo la misma. Cuando comencé a usar la palabra no como respuesta a sus solicitudes más de uno se enojó. No parecían entender mi comportamiento y así me di cuenta que eran una carga en mi vida.

Al final he puesto tierra entre estas personas y yo. Es difícil cuando se trata de la familia porque siempre serán parte de tu vida. La diferencia es que ahora digo “no” cuando lo siento y no presto atención a sus reclamos.

La importancia de reconocer que soy valiosa

 

 

El principal motivo por el que antes era solo una opción más era mi inseguridad. Creía que no tenía tantas cualidades o motivos que me hicieran importante. Todo el tiempo que pasaba criticándome e hiriéndome me hacía más daño que cualquier actitud ajena.

Cuando decidí ser mi prioridad comencé buscando mis cualidades. No fue fácil al inicio pero una vez que me acepté, estas comenzaron a aparecer. Tomé en cuenta cosas que no creía importantes y las fui anotando.

 

Esto tiene un efecto de bola de nieve. Al encontrar una cualidad y aceptarla das pie a que otra aparezca y así sucesivamente. No creas que te faltan cualidades. Lo más probable es que te falte prestar atención a quien eres realmente.

Soy mi prioridad y no daré marcha atrás

Mujer con las manos en el pecho pensando en ser su prioridad

Debo aceptar que es difícil pensar en el pasado y no sentir cierta nostalgia. Extraño a las personas que se han ido de mi vida. A veces quisiera regresar y continuar como era. Pero luego recuerdo cómo me sentía y veo que ahora soy más feliz. Claro que no todo es perfecto. Pero la vida ya es demasiado compleja por sí misma como para sentir que no soy importante para la persona que está a mi lado.

Una vez que me di cuenta que era una opción, muchas personas solo se alejaron. Algunas lo hicieron apenadas y otras enojadas. De todas, no ha habido ninguna que regresara a tratar de solucionar las cosas.

Supongo que cada uno tiene un momento en nuestra vida y el suyo se acabó por completo. Creo que no hay ningún motivo para reiniciar esas “amistades”. En verdad no me gustaría ser la opción de nadie para toda la vida.

Aprende a reencontrarte y a curar tu niño interior

23.04.2016 12:01

Aprende a reencontrarte y a curar tu niño interior

Crecer, convertirnos en adultos, no es únicamente acumular años, ver una arruga en nuestro rostro o conseguir cosas. Crecer es saber madurar con el tiempo conservando todo lo bueno de cada etapa vivida, de cada ciclo de nuestra existencia.

No obstante, no siempre es fácil madurar con armonía y felicidad. Hay veces en que nuestro yo adulto se siente frustrado, lleno de conflictos no resueltos que nos atrapan y que nos ahogan, que nos vuelven criaturas taciturnas que han perdido esa ilusión cotidiana por las cosas, por quienes les rodean y lo que es peor, por ellos mismos.

A la hora de hablar de nuestro “niño interior” es posible que mucha gente se sonría, que no entienda su significado. En ocasiones se asocia a la infancia a ese periodo de “ciega inocencia” donde uno no entiende aún muy bien cómo es eso llamado mundo, o esa entidad llamada vida. Se les permite por ello a los niños cierto toque de  locura, de espontaneidad, porque sencillamente, “aún no saben”.

Sin embargo, es posible que sepan mucho más que nosotros, que dispongan de valores que ya hemos perdido. Se dice también, que todos seguimos teniendo nuestro niño interior muy escondido, pero aún así, sigue siendo él quien nos permite en realidad cierto equilibrio entre la parte racional y esa otra más libre, pura e ilusionada, que sigue reclamando amor.

La voz de nuestro niño interior

 

 

Lo creamos o no, nuestro niño interior no se ha ido para dejar paso al adulto serio que eres ahora. Él, aún reside en ti, aunque permanece la mayoría de las veces oculto y reprimido porque no nos podemos permitir dar salida a lo que fue, a lo que representa.

El niño interior demanda aspectos que no siempre sabemos escuchar:

-Te pide que no le des tanta importancia a las cosas, que relativices problemas, que te quites ese caparazón de tristeza y que dibujes un rostro alegre capaz de salir a pasear con libertad.

-Tu niño interior te pide que lo quieras, que lo cuides. Demanda amor y que a su vez, seas capaz de ofrecer amor. Desea ser abrazado, mimado, cuidado y convertirse en el punto de atención de tu vida. ¿Te suena de algo? Es la autoestima.

-En ocasiones, te demanda también que no seas tan exigente contigo mismo, te pide que te relajes y que te fijes en las cosas sencillas que hay a tu alrededor, que valores lo básico, las alegrías, te pide que juegues y que experimentes. Te clama sobre todo, que no pierdas la ilusión por la vida y por ti mismo. Quiere que seas espontáneo, y que “te atrevas”.

No obstante también hay un aspecto vital que no podemos pasar por alto. Es posible que tu infancia no fuera precisamente feliz, que guardes en tu interior demasiadas heridas, vacíos y lamentos, y que en realidad, jamás llegaras a ser verdaderamente un niño.

Puede que las circunstancias te obligaran a crecer violentamente sin “disfrutar” de esas dimensiones que nutren a toda criatura: el amor, el reconocimiento, el vínculo emocional del cariño, del apoyo…

Todo ello hace que crezcamos con inseguridades, con desconfianzas y con esos miedos que nos trasmite ese niño que nunca pudimos ser, esa figura lastimada que sigue albergada en nuestro interior. ¿Qué podemos hacer en estos casos? Te lo explicamos a continuación.

niño interior (1)

Reencontrarnos y curar nuestro niño interior

Suele decirse que aquel que vive de la creación, del arte, aquel que sabe vivir con lo mínimo y entiende el valor de regalar sonrisas sin razón alguna, jamás ha roto la unión con su niño interior.

Es posible que los etiqueten en ocasiones de loco, por su espontaneidad, por su excentricidad a veces, sin embargo, y aunque no lo creamos, mantener ese cordón umbilical unido aún a ese niño interior sano y feliz, puede ser sin duda una experiencia enriquecedora capaz de curar muchas heridas emocionales. De fortalecer nuestra autoestima.

 

¿De qué modo podemos unirnos y curar a ese “niño interior”? Toma nota.

1. Visualízate a ti mismo de niño, coge una fotografía si lo necesitas. Es un ejercicio sencillo con el que buscamos hacerte reflexionar, un acto de introspección hacia tu esencia del ayer donde se esconde todavía ese niño que fuiste.

2. Piensa en esa imagen, trae un momento cualquiera a tu memoria de cuando tenía 7 u 8 años. ¿Qué es lo que ves? ¿Es una criatura desenfadada, algo ruidosa y sin pelos en la lengua? Pregúntate si sigues siendo la misma pregunta. ¿Ves a un niño que disfruta abrazando a sus padres? Contén ese amor.

¿Observas quizá una pena del pasado, esa herida dolorosa? Entonces acéptala y perdona, te sentirás más libre. Debes aportar calma a ese recuerdo, un equilibrio donde no haya resentimiento y que te permita vivir en paz.

3. Continua en tu visualización personal y establece ahora un diálogo con ese niño. Con ese tú infantil. Debes establecer una unión fuerte con él, pregúntale qué necesita ahora para ser feliz de nuevo, atiende sus palabras, sus ruegos.

Debes convencerlo de que vas a atenderlo mejor a partir de ahora, que le vas a querer más, que lo vas a cuidar, que juntos vais avanzar con nuevas ilusiones, relativizando problemas, riendo, siendo más puros y no reprimiendo esas necesidades tan básicas.

Cógelo bien fuerte de la mano y no lo vuelvas a perder.

 

 

 

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