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Yo quiero ser feliz, no parecer feliz

27.05.2016 16:17

"Yo quiero ser feliz, no parecer feliz"

Yo quiero ser feliz, no parecer feliz

Ser feliz es primordial. Tanto es así que nos movemos en su búsqueda como si fuéramos pequeños y jugáramos con ella al escondite. Pero, ¿es necesario buscarla?, ¿y si ya fuéramos felices? Quizás, entonces, nuestra vida carecería de sentido.

A pesar de que no siempre podemos esbozar una sonrisa, de alguna manera nos obligamos a ello. ¿Te has dado cuenta de que la tristeza no está bien vista? Sin ser conscientes, enmascaramos los sentimientos y las emociones negativas que sentimos.

Deja de buscar razones para ser infeliz. Enfócate en las cosas que sí tienes y en las muchas miles de razones por las que deberías ser muy feliz.

Ser feliz no es lo que te han contado

 

 

 


¿Dónde podemos encontrar la felicidad? Desde que somos pequeños nos inculcan ciertos pasos a seguir para poder lograrla. Uno de ellos es encontrar un buen trabajo que nos permita subsistir y tener cierta tranquilidad económica.

Pero, esta dicha no solo se encuentra en el ámbito laboral, sino también en nuestras relaciones. Tener pareja e hijos será el gran culmen para muchos. Pero, ¿qué ocurre cuando el resultado no es el esperado?, ¿y si continuamos siendo infelices?
mujer con lirios amarillos

Cuando a pesar de realizar todos estos pasos no logramos alcanzar la tan ansiada felicidad, la tristeza nos aborda provocando que nos sintamos terriblemente desdichados. Es entonces cuando empezamos a pensar que, quizás, no merezcamos una vida llena de sonrisas.

Todas las directrices que nos marcan el camino para ser felices no hacen más que convertir esto en una expectativa muy difícil de lograr. Porque por mucho que queramos abarcar, la felicidad no es lo que nos han contado y para eso solo hay que abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor.

“Hay dos maneras de difundir la felicidad, ser la luz que brilla o el espejo que la refleja”
-Edith Wharton-

 

 

 

Cuando lo hagas serás consciente de que no los que más tienen son más felices y de que las personas humildes son las que siempre sonríen. Esto es porque valoran lo poco que poseen y porque saben que la felicidad no se alcanza con las creencias anteriores, sino que ser feliz es una actitud.

Estas personas saben que no necesitan a nadie más para poder sonreír. Igualmente, no se sienten fracasadas porque han aceptado que la vida es dura y que no siempre uno logra lo que quiere. A pesar de todo esto, miran con optimismo al futuro y continúan luchando por aquello que desean.

¿Estoy obligado a ser feliz?

 


En cierta manera estamos obligados a ser felices, a brindar nuestra mejor sonrisa cuando tan solo tenemos ganas de llorar. Para ello, solo hay que fijarse en los libros de autoayuda que nos guían a sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás siempre.

El gran problema es que es imposible ser felices de verdad las 24 horas del día. Más que nada porque las emociones positivas conviven con las negativas. De estas últimas siempre intentamos escapar porque las consideramos muy poco positivas para nuestro bienestar.
mujer de azul

Por todo esto, en la mayoría de las ocasiones mostramos nuestra mejor sonrisa y fingimos ser felices. Parece que así somos más aceptados, que nos integramos fácilmente. El positivismo es lo que prima porque a todos nos hace sentir mejor.

Decidas lo que decidas, asegúrate de que ello te hará feliz





Pero, esto tiene como consecuencia que escondamos nuestras verdaderas emociones cuando realmente nos sentimos mal. Sin darnos cuenta podemos encontrarnos con sonrisas que encierran tristeza, con risas que esconden llantos terribles, con ojos risueños que intentan disimular un terribledolor interior.

Esta situación la podemos vislumbrar en este vídeo que a continuación te presentamos a través de un medio de comunicación que no hace más que mostrar la mejor parte de nuestra realidad. A veces, la más irreal.
Ver Video: https://youtu.be/LiEYYe_fWrU

youtu.be/LiEYYe_fWrU

La decisión de no ser felices




¿Y si decido no ser feliz? Hay muchas personas que pueden desear no ser felices, aunque esto nos parezca extraño. No obstante, no lo es tanto cuando, realmente, hacemos todo lo posible por apartarnos de este estado de ánimo tan buscado.

Queremos ser felices una vez hayamos alcanzado el éxito laboral y familiar, encontrando el bienestar y equilibrio en todos los ámbitos. Metas y más metas que cuando llegamos a ellas no nos hacen sentir eufóricos, al menos no durante el resto de nuestra vida.

Nadie es dueño de tu felicidad, por eso, no dejes tu alegría, tu paz, tu vida, en manos de nadie

 

 


Ser feliz es un estado de ánimo que cohabita con muchos otros. Por eso, al igual que la tristeza o cualquier otra emoción, vive dentro de ti. Si te asomas a tu interior, te darás cuenta de que de ese preciso lugar nacen todas las alternativas que tú puedes controlar para ser feliz.
mujer plantando en su jardín

Valora lo que tienes a tu alrededor y deja de aparentar que siempre estás bien. Sé como eres y nunca permitas que nadie ni nada te obligue a ser aquello que en realidad no eres. Aléjate de todo aquello que te han dicho que te hará feliz y que has comprobado que no es así. La felicidad reside en nosotros mismos. Y tú, ¿ya eres feliz?

By: Raquel Lemos Rodríguez
 

 

 

Los 5 pecados emocionales que causan más sufrimiento

27.05.2016 16:10

Los 5 pecados emocionales que causan más sufrimiento

Los 5 pecados emocionales que causan más sufrimiento

Podemos entender las emociones como estados afectivos que experimentamos y que suelen tener un co-relato cognitivo, conductual y fisiológico bien definido. Además, en su manifestación más saludable podemos decir que juegan un importante papel adaptativo, ayudándonos a vivir en el ambiente que nos rodea. Cuando experimentamos una emoción se involucra un conjunto de conocimientos, actitudes y creencias que tenemos sobre el mundo y que utilizamos para hacer una valoración de una situación concreta. Por este motivo se dice que las emociones tienen una gran influencia en nuestra percepción de las situaciones  que enfrentamos.

Durante mucho tiempo creímos que las emociones no eran importantes pero ahora sabemos que influyen severamente en todos los aspectos de nuestra vida, incluso nos permiten intuir cuáles serán las reacciones futuras de una persona en diversas situaciones.

Los 5 pecados emocionales

1.- La culpaSe define como el sentimiento de culpabilidad por ofensas imaginarias o porque la persona se siente inadecuada en algún lugar o contexto. La culpa se puede presenta cuando comemos demasiado, pedimos ayuda traicionamos a alguien que queremos mucho. El mensaje de la culpa es “He hecho algo muy malo”. Tienes que tener mucho cuidado con esta emoción porque te puede llevar muy fácilmente a la depresión, la vergüenza y la ansiedad.

2.- El miedoGeneralmente se relaciona con un comportamiento de escape. El miedo existe para que las personas se sientan a salvo. Por ejemplo, si ves a un animal que podría significar un peligro real para ti, la reacción más normal es la de correr para ponerte a salvo.

3.- La envidia. Es una emoción que aparece cuando una persona carece de logros o posesiones propias y desea o necesita enfermizamente los que otros tienen. Es la consecuencia de la baja autoestima por la comparación constante con otros. La persona envidiosa no es capaz de ver sus virtudes y talentos por lo que se llena de un gran vacío interno que no logra llenar con nada. Esta emoción provoca un daño constante en la personalidad de quien la sufre, como la gota de agua que cae ininterrumpidamente sobre la piedra.

 

4.- El enojo. Una de las emociones más dañinas que podemos experimentar. Con la rabia y el enojo deseamos lastimar a otra persona de forma consciente. La rabia se basa en el miedo a perder el control y en la frustración. Aunque también puede surgir cuando vemos a alguien haciendo algo que consideramos injusto hacia otra persona.

5- La exigencia. Esta es la emoción que demanda un patrón de conducta rígido que nos obliga a cumplir estrictamente con los planes, sin margen ni flexibilidad con el error. Nuestra sociedad actual es muy competitiva y las exigencias son cada vez mayores por lo que pueden provocar desequilibrio y desgaste en el plano emocional y física.

Estos pecados emocionales nos pueden afectar demasiado si les permitimos tomar el control de nuestra vida y nuestro actuar. Es posible caer en cualquiera de estas emociones de forma inconsciente, si te das cuenta que estás en este punto para un momento y analiza la situación que te está generando el problema.

By: Okairy Zuñiga

El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento

27.05.2016 16:00

"El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento"

El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento

El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento

Emilio Duró en una de sus conferencias más conocidas llamada “Optimismo e ilusión” dice que el 99% de todo lo que nos preocupa son cosas que nunca han pasado ni pasarán. Si lo pensamos con detenimiento, es cierto, porque gran parte de nuestro sufrimiento y de sus causas están dentro de nuestro cerebro, y lo que realmente ocurre es que tenemos miedo a sufrir.

El miedo es una reacción muy humana, que forma parte de nuestro instinto de supervivencia natural, pero en ocasiones nos traiciona porque se activa ante situaciones en las que no hay un verdadero peligro. Es en esas situaciones en las que tenemos que aprender a controlar nuestros temores.

“Todo lo que siempre has querido está al otro lado del miedo”
-George Adair-

 

 

 

Tendemos a sufrir más ante la sola idea del sufrimiento que ante una situación que puede dar lugar a un sufrimiento real. Muchas personas temen amar o enamorarse, por miedo a sufrir después, y se esconden tras una coraza sin darse cuenta de que de esa forma no pueden ser ellas mismas, ni conocer el amor.

 

Cómo funciona el miedo en nuestro cerebro

 

 

Para saber cómo funciona el miedo en el cerebro, se llevó a cabo un experimento por científicos del Centro de Salud Mental de la Universidad de Texas en Dallas (EEUU). Contaron con la participación de 26 adultos (19 mujeres y 7 hombres) con edades comprendidas entre los 19 y los 30 años.

Palabra miedo
 

El experimento consistió en mostrar a los participantes 224 imágenes al azar, entre las que había imágenes reales (divididas en imágenes de peligro y situaciones agradables) e imágenes irreales sin ningún indicador que diferenciara a las imágenes de las dos categorías.

Se les pidió a los participantes que apretaran un botón con el dedo índice derecho cuando vieran una foto real y que presionaran otro botón con el dedo medio derecho cuando vieran fotos irreales y se midieron los resultados mediante electroencefalografías.

“Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años solo arrugan la piel, pero el miedo arruga el alma”
-Facundo Cabral-

 

 

 

Los resultados del electroencefalograma revelaron que las imágenes amenazantes provocaban un aumento precoz de actividad de ondas theta del lóbulo occipital (el área del cerebro donde se procesa la información visual).

A continuación, se producía un aumento de actividad theta en el lóbulo frontal (donde se producen las funciones mentales superiores tales como la toma de decisiones y la planificación). De la misma forma, también se identificó un aumento en las ondas beta relacionadas con el comportamiento motor.

Por lo tanto, en base a todo lo anterior, se llegó a la conclusión de que el cerebro da prioridad a la información amenazante sobre otros procesos cognitivos y el experimento realizado nos muestra cómo sucede este proceso en el cerebro.

Elige dejar de tener miedo a sufrir

 


Para dejar de tener miedo a sufrir no existen fórmulas mágicas, no hay una forma en la que podamos dejar de sufrir y olvidarnos de todo, pero sí existen determinadas reflexiones que podemos hacer y que nos ayudarán a dejar de lado ese temor, tan irracional a veces.

miedo

Elegir no tener miedo significa gestionar nuestras emociones y lograr que no nos dominen, conocernos y elegir estar bien y en paz con nosotros mismos. Para ello es importante pasar por un proceso en el que reflexionemos sobre lo que sentimos y por qué lo sentimos.

Identifica el sufrimiento

 

Para luchar contra el miedo a sufrir, es esencial no caer en la negación y ser conscientes de que sufrimos. En este sentido, para lograr una visión objetiva, podemos observarnos a nosotros mismos y darnos cuenta de qué pensamos, cómo lo pensamos y qué hacemos.

 

Pero además de esa observación interna, es necesaria una observación externa, mira tu cuerpo y observa qué te está intentando transmitir. Se trata de preguntarte: ¿qué te dice tu cuerpo? Escucha a tu cuerpo e identifica ese sufrimiento.

Elige dejar de sufrir

 

Una vez realizado el análisis interno y externo de nosotros mismos, es hora de elegir dejar de sufrir. Para ello, podemos comenzar con dejar de lado pensamientos negativos que solemos tener como: “No puedo superar esto”, “Me lo merezco”, “No tengo tiempo”, “No vale la pena”.

“Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde”
-Miguel Hernández-

 

 

 

 

Mujer sufriendo sentada al lado del mar

Junto con esos pensamientos negativos también es importante superar creencias limitantes que solemos tener arraigadas como que “sufrir por amor es la manera más elevada de mostrar amor verdadero.” Dejar de lado pensamientos negativos y creencias limitantes, es un paso esencial para que el sufrimiento no nos invada y elegir la felicidad.

Expresa lo que sientes

 

Es habitual que sintamos miedo a sufrir y que además tengamos miedo a exteriorizarlo por lo que puedan pensar otras personas, pero expresar nuestros miedos más profundos es lo que nos hace valientes y honestos, con los demás y con nosotros mismos.

Decir lo que sentimos, ponerle palabras al miedo es un acto que requiere un gran coraje pero que nos hará romper las barreras que nos limitan y descargarnos del peso de lo que nos hace sufrir y no nos permite disfrutar de todo lo bonito que hay en la vida.

By: Arantxa Alvaro Fariñas

 

Descubre el secreto para ser más feliz

23.05.2016 15:52

"Descubre el secreto para ser más feliz"

 

 

“La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una conquista”
-Paulo Coelho-

Se puede aprender a ser feliz

 

Descubre el secreto para ser más feliz

Ser felices actualmente es un tema que nos preocupa porque ha aumentado nuestra esperanza de vida y tenemos más tiempo, por ese motivo es importante aprender el secreto de la felicidad.

Se han realizado muchas investigaciones y actualmente se sabe que el cincuenta por ciento de la felicidad depende de factores como creencias y hábitos y por lo tanto se pueden enseñar la felicidad.

Desde el año 2006 existe en la Universidad de Harvard una cátedra para enseñar a ser feliz, que se ha convertido en la más apreciada por los estudiantes.

Las clases son impartidas por Tal Ben-Shahar, un israelí experto en psicología positiva y se basan en una serie de encuestas y estudios de campo sobre las características que permiten vivir feliz.

felicidad

 

El secreto de la felicidad

 

 

El psicólogo y escritor estadounidense Martin Seligman, padre de la psicología positiva, sostiene quepara alcanzar la felicidad es necesario trabajar en tres dimensiones:

  • La vida gratificante. Es decir, cubrir nuestras necesidades básicas.
  • La buena vida. Descubrir nuestro potencial y desarrollarlo para sentirnos realizados.
  • La vida con sentido. Dedicar nuestro potencial a contribuir a la felicidad de los demás.

Por lo tanto, se trata de enfocarse en las emociones positivas.

5 claves para ser feliz

 

 

Seligman, realizó un estudio pormenorizado de la felicidad y de por qué una persona es feliz y llegó establecer cinco claves:

1. Emociones positivas

 

Esta dimensión se refleja en la cantidad de palabras positivas que decimos y emociones positivas que sentimos a lo largo del día. Cuanto mayor sea el número de emociones positivas, mayor será nuestro bienestar.

Nuestro nivel de felicidad depende de la interpretación que hacemos de los eventos externos y no de estos en sí mismos. No se puede controlar lo que sucede (perder un trabajo, la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa), pero sí se puede controlar lo que sentimos y la manera en la que afrontamos esas situaciones.

Tener el control sobre nuestras emociones es una pieza clave de nuestra felicidad.

“El 99% de todo lo que preocupa a la gente son cosas que no han pasado nunca ni pasarán”
-Emilio Duró-

2. Compromiso

 

 

 



Cuanto estamos realizando un trabajo o una tarea con lo que realmente nos sentimos comprometidos, no tenemos noción del tiempo y disfrutamos; por lo que cuanto más nos comprometamos con lo que hacemos, nuestra felicidad será mayor.

3. Relaciones positivas

 

Los seres humanos somos seres sociales y como tales cultivamos relaciones continuamente. Por lo tanto, tener relaciones sanas y constructivas nos ayuda a tener mayor bienestar.

4. Ayudar

 

Pertenecer a algo más grande que uno mismo, es uno de los pasos para desarrollar la felicidad. Seligman sostiene que el ayudar a alguien genera más felicidad que comprar cosas.

5. Logro

 

Tener unos objetivos y alcanzarlos, sentir que tenemos un camino a seguir, que dependemos de nosotros mismos y nos basamos en nuestras creencias y fortalezas, es una parte indiscutible de la felicidad.

alcanzar objetivos para ser feliz

 

13 consejos para ser más feliz

 


Las clases de Tal Ben-Shahar en la universidad de Harvard se llaman “Mayor felicidad” y se entregan13 consejos para ser más felices, que son los siguientes:

1.- Haz ejercicio

Durante la actividad física, el cerebro produce un tipo de hormonas, las endorfinas, que proporcionan sensación de calma y bienestar. No es necesario un ejercicio intenso, basta con caminar rápido durante 20 o 30 minutos al día.

2.- Desayuna

Muchas personas no desayunan porque no tienen tiempo o porque no quieren engordar, perodesayunar ayuda a tener más energía, a pensar y a desarrollar actividades de forma más exitosa.

3.- Da las gracias

Agradecer algo a alguien crea empatía entre las personas. Dar las gracias significa reconocer las cosas que la gente dar por sentadas.

Piensa 10 cosas que te hagan feliz en tu vida y por las que te sientas agradecido y haz una lista con ellas.

Dar las gracias para ser feliz

 

4.- Sé asertivo

Pide lo que quieras y di lo que piensas, con educación y respeto. Sacar de dentro de nosotros lo que pensamos y sentimos nos ayuda a ser más felices. Aguantar todo lo que nos digan y callarnos nos amarga la vida.

5.- Gasta tu dinero en experiencias, no en cosas

Se ha demostrado mediante estudios que el 75% de las personas se sentía más feliz cuando invertía en viajes y cursos, que si invertía en comprar cosas.

6.- Aliméntate bien

Llevamos una vida muy rápida en la que a veces descuidamos nuestra dieta. Es necesario que no nos saltemos ninguna comida y que seamos conscientes de lo que comemos.

Saber cómo nos alimentamos, con qué y la forma en la que los alimentos afectan a nuestro cuerpo, son aspectos fundamentales que es necesario conocer para sentirnos mejor.

 
“Comer es una necesidad, pero comer de forma inteligente es un arte.”
-La Rochefoucauld-

 

 

 

7.- Enfréntate a tus retos

Establece una planificación semanal para ir cumpliendo tus objetivos y de esa forma podrás comprobar lo que tienes que hacer e ir cumpliéndolo, para evitar la ansiedad.

8.- Escucha música

La música despierta nuestros deseos de cantar y bailar y nos hace sentir bien.

9.- Acepta los fracasos

Los fracasos son parte de la vida, es necesario aprender de ellos y seguir adelante.

“A veces se gana, y a veces se aprende”
-Robert Kiyosaki-

 

 

 

10.- Rodéate de buenos recuerdos

Pega frases, recuerdos y fotos agradables de tus seres queridos por todas partes, en la nevera, en tu escritorio. Rodéate de cosas que te traigan a la mente momentos bonitos.

11.- Cuida tu aspecto

El 41% de la gente sostiene que se siente más feliz cuando se ve bien. Mírate a la espejo y atrévete con lo que te apetezca.

12.- Sé amable y sonríe

Saluda siempre y se amable con los demás. Una simple sonrisa cambia el estado de ánimo y la mayoría de la gente lo valorará y te tratará mejor.

13. Cuida tu postura

Caminar derecho, con los hombros hacia atrás y la vista al frente ayuda a mantener un buen estado de ánimo.

“He sospechado alguna vez que la única cosa sin misterio es la felicidad, porque se justifica por sí sola.”
-Jorge Luis Borges-

 

 

 

 

 

By: Arantxa Alvaro Fariñas

El dolor emocional, la angustia de nuestro cerebro

23.05.2016 15:46

"El dolor emocional, la angustia de nuestro cerebro"

 

El dolor emocional, la angustia de nuestro cerebro

Ante una decepción, un amor roto, una traición, una mentira o la pérdida de un ser querido sentimos dolor emocional. Un dolor desgarrador que lleva plasmándose siglos y siglos en poemas y canciones llenas de sufrimiento.

Estas intuiciones poéticas han obtenido apoyo desde los estudios neurofisiológicos, los cuales han encontrado que la metáfora del dolor psicológico generado por algún tipo de pérdida social o emocional se refleja en nuestros circuitos cerebrales.

Concretamente es posible saber esto gracias a la resonancia magnética funcional, una técnica de neuroimagen que nos ayuda a ver qué áreas se encienden cuando nuestro corazón se rompe y se incendian nuestras emociones.

Mariposa entre dos manos

 

El cerebro del dolor emocional

 

 

Curiosamente se encontró que las mismas zonas cerebrales que se activan cuando sufrimos un dolor físico, lo hacen cuando algo se nos rompe por dentro y nos atrapa el desasosiego y el dolor emocional más intenso.

Así, en el experimento de Eysenberg y su equipo, se ideó una situación que fomentase que las personas que participaban en el estudio se sintiesen excluidas, menospreciadas y angustiadas. Esto reflejó cambios en el flujo sanguíneo de dos áreas cerebrales clave:

  • El córtex cingulado anterior es un área implicada en la generación de la experiencia aversiva al dolor físico. Se encontró que cuanto mayor era la angustia, mayor era la actividad en esta zona.
  • La corteza prefrontal se mostraba más inactiva cuanto menor era el dolor emocional.

Como vemos, el córtex cingulado anterior promueve que elaboremos ese tipo de sentimientos de angustia, desazón y miedo al vacío emocional que nos deja la pérdida, el engaño o el rechazo. Por su parte nuestra corteza prefrontal se encarga de regular nuestras emociones y contrarrestar el sentimiento doloroso de ser rechazado, contribuyendo así a calmar el dolor que nos provoca nuestra herida emocional.

burbuja estallando

 

Más datos sobre la geografía de nuestras emociones

 

 

Para ser más específicos y saber cómo es la carretera que dirige nuestras emociones, debemos conocer algunos datos más. Concretamente que la circunvolución del cíngulo tiene tres áreas emocionales diferenciadas:

  • El área anterior, la cual es responsable de la elaboración de sentimientos y emociones negativas (¡¡ojo!! que sean negativas no quiere decir que tengan que ser malas; por ejemplo, la tristeza es buena siempre y cuando no se patologice).
  • El área central, la cual integra nuestras emociones y nuestros pensamientos.
  • El área posterior, la cual genera sentimientos y emociones positivas.

Por ejemplo la zona cingulada central se activa durante la excitación sexual en los hombres y ante aquellas tareas o actividades que resultan estresantes y que requieren mucha atención por nuestra parte.

Sabiendo esto podemos comprender que los neurotransmisores (sustancias que regulan las funciones cerebrales) sufren un gran abatimiento en momentos emocionalmente duros para nosotros.

 

 

 

Es interesante saber que tanto los antidepresivos como otras drogas elevadoras del estado de ánimo actúan sobre nuestro cerebro regulando o reduciendo la activación del área cingulada anterior, la cual dijimos que está implicada en la activación de emociones y sentimientos negativos.

Algo que nos queda muy claro de toda esta información es que el dolor físico y el dolor emocional comparten sendero. Por eso no debemos menospreciar las heridas emocionales y dejar que sanen “de cualquier manera y al aire”.

 

En verdad que nuestro corazón se rompa o que nuestro amigo nos traicione nos duele intensamente a nivel mental y fisiológico. La gran mayoría de nosotros será consciente del desgarro que se siente cuando nos toca acabar la historia con, por ejemplo, nuestro primer amor.

Estamos acostumbrados a enterrar el dolor emocional y a no hacer caso del padecimiento al que nos someten las heridas psicológicas. Sin embargo, como hemos destacado en otras ocasiones, habitualmente no hacemos caso omiso si nos duele la cabeza intensamente o el estómago nos da fuertes punzadas.

Palillos chinos cogiendo una nube de tormenta

 

Actuar sobre nuestro bienestar mental y emocional, trabajar por comprender lo que nos sucede y aliviar nuestras quejas y angustias es una manera de evitar que el sufrimiento no vaya a más.

 

 

 

Al igual que el dolor físico nos avisa de una lesión, no podemos olvidar que el dolor emocional por la separación, el rechazo o el desengaño es adaptativo, pues nos ayuda a comprender que algo no está bien y que debemos atendernos.

Una vez queda esto claro, seguiremos expectantes ante nuevos y rigurosos estudios que nos ayuden a comprender aún mejor no solo la presencia del dolor psicológico, sino también la mejor manera de aliviarnos y aprender de la angustia que este nos genera.

By: Raquel Aldana

 

 

 

Cómo seguir adelante cuando nada te hace feliz

23.05.2016 15:27

"Cómo seguir adelante cuando nada te hace feliz"

Cómo seguir adelante cuando nada te hace feliz

En ocasiones, no logras encontrar tu camino y te resulta complicado que algo te haga feliz. Quizás tu pareja no te hace feliz, tu trabajo no te gusta, quieres cambiar tu forma de ver o de vivir la vida, pero te sientes bloqueado.

La vorágine del día a día te impide parar a pensar si lo que estás haciendo es lo que quieres hacer, a reflexionar sobre el motivo por el que nada te hace feliz. Todas tus actividades diarias te distraen de lo que es también importante: tú mismo.

“La vida está llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado deprisa.”
-Woddy Allen-

5 consejos para seguir adelante

 

 

 

 

Un poco de egoísmo sano, es necesario de vez en cuando para recuperarnos a nosotros mismos, para saber quiénes somos y tener la certeza de que el lugar al que se dirige nuestra vida nos hace felices, y es el lugar que hemos elegido nosotros y no otras personas.

Para seguir adelante cuando nada te hace feliz, se pueden hacer muchas cosas, pero lo fundamental es realizar una reflexión profunda sobre nuestras emociones, sentimientos y deseos.

Mujer con barco en el cabello

Piensa en lo que deseas

 

¿Qué es lo que tú quieres?, ¿qué es lo que te emociona, lo que te hacer vibrar? No te dejes influir por lo que los demás piensan que es lo que deseas, se trata de pensar en lo que tú deseas, en lo que te hace feliz. Todos tenemos sueños y deseos, que nos da miedo hacer realidad, pero la vida no es larga y es hora de caminar hacia lo que realmente anhelamos.

Actúa para ser feliz

 

No basta con pensar, es también el momento de empezar a hacer todo aquello que te pueda dirigir hacia tu sueño. Si siempre quisiste ser actriz, comienza inscribiéndote en un curso de teatro por ejemplo, acude a eventos que tengan que ver con el teatro o con el cine, relaciónate con personas que tengan tú misma inquietud y comenzarás a disfrutar de lo que te hace feliz.

“En un minuto puedo cambiar mi actitud, y en ese minuto puedo cambiar el día entero.”
-Spencer Johnson-

Ralentiza el ritmo de tu vida

 

 

 

 

No es necesario intentar hacer todo en un segundo, detente un poco y piensa en lo que es urgente y lo que puede esperar. Encuentra un tiempo para dedicarlo a ti mismo, para disfrutar de lo que más te gusta, ya sea pasear a la luz de la luna, disfrutar de una comida con tus amigos o familiares, cenar con tu pareja. Siempre es posible encontrar ese momento para nosotros.

Valora lo que sientes

 

Nuestros sentimientos son importantes. ¿Cómo te hace sentir tu vida actualmente? ¿Qué es lo que no te gusta? Si te sientes triste es hora de comenzar a hacer cambios, empieza por ti mismo, cambia tu forma de vestir, de peinarte, de caminar, cambia tu forma de relacionarte con la gente. Piensa que no vas a perder nada, simplemente habrás experimentado y te divertirás.

Cielo con estrellas y luna

Si necesitas llorar hazlo, no importa quién si te miran, deja salir la tristeza, no la retengas, Haz que con cada lágrima se disuelva lo que te inquieta, lo que no te hace feliz. Llorar es necesario, para poder sustituir después esa lágrima con una bonita sonrisa.

 

Disfruta de las personas

 

Aislarnos y no relacionarnos con otras personas nos distancia y nos hunde aún más en nuestra tristeza. Somos seres que necesitamos abrazos, besos, caricias, palabras de ánimo y de consuelo.

Necesitamos estar con otras personas y disfrutar de su alegría, de su sonrisa contagiosa. A lo mejor no te apetece ver a nadie, pero muchas veces cuando nos sentimos así es cuando salimos y disfrutamos, porque no tenemos expectativas.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

 

 

Esa es una pregunta fundamental, que te debes plantear cada día para dejar de lado aquello que te da miedo y hacerlo. Hay muchas formas de hacer las cosas y es importante hacerlas en la forma en que nos sintamos cómodos, pero también muchas veces vencer el miedo y correr un riesgo nos puede hacer sentir que el miedo es algo totalmente superable y creado por nosotros mismos.

Salir de nuestra zona de confort, hacer algo arriesgado, sentir una pizca de inquietud cada día, independientemente de si tenemos éxito o no, eso nos podrá proporcionar la alegría de vivir y de saber que merece la pena disfrutar de nuestra existencia.

“Todo parece imposible, hasta que se hace.”
-Nelson Mandela-

 

 

 

 

 

 

7 tipos de personalidades tóxicas

10.05.2016 12:22

7 tipos de personalidades tóxicas

7 tipos de personalidades tóxicas

Aunque no lo creamos, estamos rodeados de gente con personalidades tóxicas. Personas que nos hacen sentir mal aunque no tengamos la culpa, que nos usan sin que aparentemente podamos evitarlo, que nos tienen a su merced sin que nos demos cuenta. Muchas de estas personalidades las conocemos, pero no somos conscientes de su consecuencia tóxica.

A continuación, os mostramos los siete tipos de personalidades tóxicas más comunes que tenemos cada día, a nuestro alrededor para que podáis identificarlas e intentéis poner algunos límites y estrategias de por medio para no salir malheridos.

“Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos”
-Bernardo Stamatea-

Hombre abriendo puerta

El envidioso

 

 

Una persona envidiosa tratará siempre de buscar aliados. Esto le garantizará envenenar a otros con sus palabras y sus malos pensamientos. Este tipo de persona no es feliz. Siempre desean aquello que los demás tienen o consiguen e intentarán boicotearlo.

Es fácil detectar a los envidiosos. Se ven venir. Lo importante es saber alejarnos de ellos, no dejar que nos influyan con sus pensamientos tóxicos. Si somos los afectados, tenemos que intentar ignorarlos. Si nos convertimos en un probable aliado, no debemos dejar que guíe nuestros pensamientos sobre una persona.

Nadie piensa igual sobre alguien y tenemos que tenerlo claro. Que nadie modifique lo que pensamos ni nos ponga en contra de otra persona por sus pensamientos tóxicos.

 

El autoritario

 

 

La persona autoritaria suele ser un jefe. Alguien que tiene bajo su yugo a otros. Suelen ser personas muy inseguras de sí mismas y, por eso, incitan miedo a sus subordinados para dar fe del control y poder que tienen. Pero esto no acaba aquí. Una persona autoritaria llega a humillar, amenazar y goza imponiendo su voluntad. Juega con la necesidad que tienen las personas por conservar un puesto de trabajo.

Nadie debería tolerar esto, ni siquiera aunque sea tu jefe. Actualmente, hay una ley que contempla el acoso laboral. Si te encuentras en un caso como este no temas tomar medidas. Ir al trabajo puede convertirse en una verdadera tortura.

El manipulador

 

 

Una persona manipuladora es difícil de detectar. El manipulador es una personalidad tóxica que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo sin ser descubierto. Se muestran amables y complacientes. Tienen una gran capacidad para empatizar lo que les viene muy bien. Pero cuando las conoces mejor hay ciertas cosas que tienes que evitar hacia ellas.

Para empezar, nunca seas sincero con una persona manipuladora porque le dará la vuelta. Se sentirá atacada y logrará que te sientas culpable por tu sinceridad. Por lo tanto, tú serás el único culpable y así te hará sentir. Aunque sepas que no tiene razón, acabarás controlando lo que dices para no sentirte mal después.

Los manipuladores juegan sucio y suelen mentir. Si tú tienes un problema el de ellos será peor. Por último, tienen el don de contaminar el entorno. Si están tristes el ambiente se volverá triste.

Mujer quitándole careta a un hombre

 

El pesimista

 

 

Como su propio nombre indica, los pesimistas siempre lo ven todo de forma negativa. Son personas a las que todo les afecta y se rinden con mucha facilidad. Esta negatividad en la que viven atrae más negatividad, por lo tanto, se convierte en un círculo vicioso. Se muestran como víctimas indefensas ante el mundo. Continuamente estarán quejándose por su pasado, su presente y su probable futuro.

Es necesario alejarse de este tipo de personas. Por mucho que intentes hacerles ver que no todo es tan malo como parece, te llevarán la contraria y lograrán alimentarse de tu positivismo para sentirse bien. La consecuencia es que tú no te sentirás tan bien. A estos sujetos también se les denomina “vampiros emocionales“.

 

El sociopsicópata

 

 

Es una de las personalidades tóxicas más peligrosas. Nos encontramos ante personas impulsivas, queno establecen límites afectivos y no sienten remordimientos cuando hacen daño a los demás. Son personas ambiciosas que alcanzan sus objetivos sin importar a quien destruyan por el camino. Son incapaces de decir “lo siento”.

 

Los sociopsicópatas son personas que se presentan encantadoras, pues te dirán todo lo que querrás oír. Suele interesarse mucho por la persona que tiene enfrente haciéndole muchas preguntas para recabar información que almacenará para utilizarla, luego, en su contra. Con esto, mentirá y engañará para lograr lo que quiere. Fingirá sentimientos que no siente ni padece. Es lo opuesto a una persona empática.

¿Cómo podemos reconocer a un sociopsicópata? Debemos ser muy observadores. Dado que no sienten emociones hay que observar en su rostro su mirada y los músculos faciales. Si fijan los ojos en ti y no mueven ni un solo músculo de la cara, ten cuidado, probablemente te estén manipulando.

 

El descalificador

 

 

El descalificador disfruta menospreciando, manipulando y desestabilizando emocionalmente a los demás. Esto provoca que la otra persona se muestre inseguro y dependa de sus opiniones. Se mostrará como un gran amigo, pero utilizará todo lo que le cuentes para, en el momento adecuado, desvalorizarte ante los demás. De esta manera, finge mostrarse interesado en lo que le cuentan. Juega con el factor sorpresa.

Hombre hablando y manipulando

El neurótico

 

 

La persona neurótica suele ser insegura. Por este motivo, intentará conseguir una buena posición social aunque se impondrá objetivos que no podrá cumplir, debido a sus sentimientos de desvalorización que lo bloquean. No soporta que nadie sepa más que él sobre algo, por eso tratará siempre de llamar la atención.

Por este tipo de inseguridades, que sufrió desde niño y no ha podido resolver, el neurótico desarrolla una conducta perfeccionista, conflictiva, egoísta e infantil. Esto le lleva a controlar a la otra persona. Además, sus cambios de humor provocan que sea imposible la convivencia con ellos.

 

Cualquiera de estas personalidades tóxicas contamina a los que tienen a su alrededor, a través de sus energías negativas. Darse cuenta de con quién nos relacionamos también es importante para nuestra salud. El truco está en anticiparse y elegir de quien nos queremos rodear, evitando a aquellas personalidades tóxicas que nos puedan perjudicar.

 

Ansiedad: ¿por qué nos resulta difícil reducirla?

10.05.2016 12:10

 

Ansiedad: ¿por qué nos resulta difícil reducirla?

Ansiedad: ¿por qué nos resulta difícil reducirla?

Las crisis de ansiedad son muy frecuentes hoy en día y muchas veces no sabemos cómo tratarlas o aliviarlas. Aparecen, se instalan pero… ¿cómo las eliminamos?

Los ataques de ansiedad han sido estudiados por muchos psicólogos, quienes han llegado a la conclusión de que no existe una edad “base” para padecerlos, así como tampoco un “máximo”. Esto quiere decir que desde que nacemos hasta que morimos, podemos ser vulnerables a sentirnos ansiosos.

Pero atención, ciertas personas son más vulnerables que otras a la hora de sufrir este problema o hay ciertas etapas de la vida que “ayudan” a echar más leña al fuego. En todo caso, se trata de una reacción del cuerpo hacia un estímulo, en la mayoría de los casos, por un deseo de que algo cambie, mejore, suceda, etc., siempre orientado al futuro.

Podría decirse que para que ocurra una crisis de ansiedad, se deben de cumplir ciertos requisitos, siempre ligados a la vulnerabilidad; tanto física como psicológica. No hace falta que profundicemos demasiado en términos muy técnicos.

Lo que es bueno que sepamos es que cuando percibimos una situación que es amenazante o nos saca de nuestra zona de confort, aparece la ansiedad. Lo mismo cuando estamos muy pendiente del futuro,estamos esperando con ansias la llegada de alguien, terminar una carrera, que nazca nuestro hijo, que sea el día de nuestra boda, etc.

“Miedo a tener miedo”

 

¿Cómo puede entenderse esa frase? Según los investigadores, el 23% de las personas han sufrido, sufren o sufrirán un ataque de ansiedad. Esto no quiere decir que se trate de un trastorno, siempre y cuando, no conlleve a un deterioro general del individuo o el cuadro no se mantenga por mucho tiempo.

La ansiedad es un “miedo al cuadrado”, ya que se puede repetir el mismo proceso de temor una y otra vez. Volviendo a los ejemplos anteriores, miedo a que no podamos graduarnos, temor porque esa persona que esperamos nunca aparezca, miedo por la llegada del bebé, temor porque el día de la boda llueva, etc.

confusion

 

El sentimiento de ansiedad es similar a estar encerrado en una jaula o en un laberinto sin salida.Sabemos que en algún momento encontraremos la forma de escapar, pero no estamos seguros de cuando. Y eso nos provoca aún más miedo y ansiedad. Entonces, se crea una especie de círculo vicioso del que no podemos salir.

 

El siguiente paso es el de somatizar la ansiedad + el temor: nos duele el estómago, tenemos acidez, nos sentimos mareados, nos falta el aire, sudamos a mares, la piel se pone más grasa, puede haber problemas hepáticos, las pupilas se dilatan, el corazón late más rápido… Todos estos síntomas son compartidos por los momentos en que estamos ansiosos como por los que tenemos miedo. Otra razón más para comprender por qué ambos están tan ligados entre sí.

“Estoy a punto de volverme loco”,”me falta el aire”, “no puedo pensar con claridad”, “creo que me voy a desmayar”,  no son sólo frases y pensamientos de quien está atravesando un ataque de pánico, sino de un individuo ansioso y temeroso.

Una vez que hemos determinado el cuadro, resulta complicado salir de él. ¿Por qué nos cuesta tanto bajar las revoluciones y dejar de sentir ansiedad? Porque el miedo es un animal feroz que nos espera agazapados esperando a atacarnos, y cuando eso ocurre, no nos deja escapar.

Pero, ¿qué puedes hacer? Existen diversas opciones, pero lo más importante es aprender a vivir el presente, no pensar tanto en el futuro y disfrutar del ahora. De esta manera, evitarás sentirte tan ansioso.

Otra técnica muy eficaz es aprender a dominar tus emociones y tus pensamientos. En el momento en que la ansiedad y el miedo empiezan a aparecer, tienes que hacerles frente. Ponte tu armadura, toma tu escudo y defiéndete. ¿Cómo? con ideas positivas, prestando atención a lo que estás haciendo en ese momento, no permitiendo que el corazón empiece a latir más rápido, etc.

Es posible vencer la ansiedad y con ella al miedoSólo es cuestión de comprender por qué nos sentimos de esa manera y después analizar de qué manera podemos “dominar al monstruo” que nos asusta.

La depresión y la ansiedad no son signos de debilidad

10.05.2016 11:45

La depresión y la ansiedad no son signos de debilidad

La depresión y la ansiedad no son signos de debilidad

La depresión y la ansiedad no son sinónimos de debilidad. Tampoco son consecuencia de una elección personal, no podemos decidir si queremos o no queremos que nos acompañen.

No. Los problemas emocionales no funcionan así, no se trata de “quiero sentirme mal y me meto en un pozo de tristeza o de ansiedad a ver si me ahogo”.  Estos no son signos de flaqueza ni de fragilidad o pobreza de espíritu. Tampoco lo son de rendición ni de dejadez.

De hecho, podríamos decir que son signos de lucha, de pelea ante las adversidades o ante situaciones personales incómodas y dolorosas, de pérdidas, de malas experiencias y de incertidumbre.

tristeza

La depresión y la ansiedad no son elecciones personales

 

 

A todos nos puede pasar. Un buen día caes en la cuenta de que todo ha perdido el sentido que tenía, que ya no hay nada que te anime ni que te motive, te cuesta levantarte de la cama, te sientes profundamente triste o irritable.

Al mismo tiempo nos puede ocurrir que todo nos agobie y nos agote, que nuestra respiración se acelere de repente y que nos sintamos incapaces de hacer frente a la vida de manera “sencilla y rápida”. De alguna forma nos sentimos vencidos por las circunstancias, sin fuerza y sin ganas. Este estado viene y va o está con nosotros de manera permanente.

Entonces comenzamos a pensar que quizás tendríamos que consultar con un especialista para que nos confirme que estamos “invadidos” por una profunda tristeza o una tremenda inquietud que nos hace sentirnos incapaces de lidiar con nuestro día a día.

Y es que cuando nos enfrentamos a una fuerte pérdida personal puede que nos encontremos con que muchas situaciones han hecho mella en nosotros y, de repente, algo ha colmado el vaso. Esto nos descoloca, pues no acertamos a saber qué pasa ni por qué está sucediendo.

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Como consecuencia de esto nos sumimos en un estado de ánimo ansioso, depresivo o mixto a partir del cual tendemos a evitar o a no sentirnos bien saliendo de casa, realizando tareas o actividades que antes nos resultaban satisfactorias, relacionándonos con las personas que nos rodean, etc.

Entonces todo es tremendo, pero podemos salir de ahí. En este punto necesitamos a un profesional que nos apoye con una explicación que dé coherencia emocional a esta situación y nos ayude a superarlo.

Es principal que demos uno de los pasos más importantes del proceso: pedir apoyo psicológico para equilibrar nuestro estado emocional y “curar” nuestros pensamientos.

 

 

 

 

 

Los comentarios que nos ahogan

 

 

Y en este último punto está el objeto de nuestro artículo de hoy: nuestra relación con nuestro entorno y las personas que nos rodean cambia. Esta no es una situación cómoda para nadie y, de hecho, puede que en este momento comiencen a surgir las críticas y a invadirnos comentarios y actitudes infectados de incomprensión.

“Estás así porque quieres”, “Anda, levántate y haz algo con tu vida”, “Eres un flojo o una floja”, “Tienes una edad para andar con infantilismos”, “No llores, no es para tanto”, “Eres un cobarde”, “Enfréntate a la vida de una vez y déjate de tonterías”…

Pues esto alimenta aún más la tristeza, la apatía y la ansiedad ante el día a día. Digamos que estos comentarios y actitudes se suman a los pensamientos negativos que contaminan nuestra mente y, como consecuencia, la mente y el mundo de la persona afectada se tiñen aún más de negro.

La tristeza que no tiene explicación

Evidentemente esto invita de una manera indirecta a vivir de la inercia y a aislar aún más nuestra vida, así como a fortalecer el círculo vicioso que nos empujado a caer en esta trampa. Es decir, que lejos de aportar claridad a nuestro estado y tener información precisa sobre él, nuestra atmósfera se enrarece y emborrona cada vez más.

 

En nuestra sociedad hay una gran crueldad en torno a los dolores psicológicos y emocionales, los cuales se consideran de segundo, tercer o incluso cuarto rango. De verdad, es tremendamente aterrador el valor que le damos a nuestra salud psicológica.

Del mismo modo que no se nos ocurriría ignorar una herida que se infecta o que no para de brotar sangre, un dolor estomacal continuo y punzante o un gran dolor de cabeza, no podemos obviar el dolor psicológico.

Debemos darle la importancia que se merece a nuestras heridas emocionales, porque el malestar psicológico requiere de una cura, de un trabajo y de un apoyo imprescindibles para sanarse.

Cinco ideas para dejar atrás la tristeza

Dicho de otra manera, no podemos dejar que el tiempo nos cure porque corremos el riesgo de que no lo haga y de que, por el contrario, se abran más nuestras heridas, las infecciones se extiendan y se enquisten nuestros problemas.

Ojalá pudiésemos elegir no tener problemas, disfrutar de cada momento y siempre encontrarnos bien. Sin embargo, no podemos evitarlo y, por supuesto, nadie está libre de peligro.

Cuanto antes entendamos esto, antes aprenderemos a cuidarnos como merecemos y a no echar más leña a nuestro fuego, a no incendiar nuestra mente de un diálogo interno social que desmerece y menosprecia nuestras emociones y los problemas con los que nos encontramos cuando nos damos cuenta de que el mundo, en realidad, no es del color que mejor nos combina a todos.

 

Reprograma tu inconsciente cambiando como hablas

10.05.2016 11:28

Reprograma tu inconsciente cambiando como hablas

 

¿Sabías que el lenguaje influye en cosas como profecías autocumplidas, inhabilidad o éxito para cumplir metas y resolver problemas? Aprende una técnica para alinear lo que dices con lo que quieres lograr y pon a tu inconsciente a tu servicio.

Lo usamos tan naturalmente como respiramos y la mayoría de nosotros no le presta mucha atención. El lenguaje es una poderosa herramienta para comunicar y tiene más influencia sobre nuestras vidas de lo que nos damos cuenta. ¿Te ha pasado lo típico de hacer justo lo contrario de lo que querías? Eso de que cruzas los dedos para que algo no pase, y pasa. “No me quiero caer, no me quiero caer” y te tropiezas; “no puedo fallar, no puedo fallar” y fallas; “no debo decirle eso a esa persona” y, cuando menos lo pensaste, se te escapa. Las causas están arraigadas en aquella misteriosa parte de nuestro cerebro que ha fascinado a los científicospor más de un siglo: el inconsciente

Entendiendo un poco al inconsciente

El inconsciente es aquella parte de nuestra mente de la cual no estamos conscientes. Es la parte que se encarga de hacer funcionar nuestro cuerpo, de interpretar y almacenar la información recibida por nuestros cinco sentidos (que, se estima, es 11 mega bits de información por segundo), organiza y guarda recuerdos, y cumple un sinnúmero de otras funciones relacionadas. Hay estudios que sugieren que nuestras decisiones, acciones, emociones y comportamiento dependen en un 95% del pensamiento que se da de manera inconsciente.

En contraste, la parte consciente de nosotros (que constituiría el 5% restante de nuestro pensamiento) es aquella sobre la que estamos ¡sorpresa! conscientes mientras estamos despiertos. Es la voz dentro de nuestra cabeza y funciona lógica, racional y secuencialmente; ordena la información, busca patrones y la procesa y clasifica de manera que podamos entenderla. Ahora bien, lo que hay que destacar es que cuando decimos algo conscientemente, puede tener efectos en nuestro inconsciente. 

Una característica esencial del inconsciente es que funciona a través de símbolos e imágenes, en vez de texto o letras. Esto implica que, como el mismo Freud lo sostuvo en su tiempo, el inconsciente no procesa negativos. Si te digo: “no pienses en una silla roja”, ¿qué se te viene a la mente? Muy probablemente, una silla roja. 

De la misma manera, si me digo a mí mismo “no puedo fallar”, “no quiero caerme” o “no debo comer papas fritas”, el inconsciente tendría imágenes de fallar, caer y papas fritas (independiente de que sean cosas que te gusten o no). Esto no quiere decir que siempre falle, me caiga o zambulla la cara en una bolsa de papas Lay’s, pero aumenta considerablemente las probabilidades de que estas cosas sucedan. 

¿Qué puedo hacer al respecto? 

Refrasear (esto es, poner lo mismo en palabras distintas o con otro ángulo), y expresar tus deseos afirmativamente. “Quiero triunfar”, “quiero mantener el equilibrio” o “quiero resistir la tentación”, “debo mantener la figura”, para los ejemplos dados arriba. Si todavía no te convence esto, piensa lo siguiente: ¿qué es mejor? ¿Decir “no soy un mentiroso”, o  “soy una persona que dice la verdad”? ¿“Voy a intentar no fallar” o “voy a intentarhacer las cosas bien”?

Esta herramienta (pues sí, es una herramienta) es muy popular entre los políticos y oradores en general, como podrás imaginar, y además puede hacer una gran diferencia en tu día a día. 

Del "no puedo" al "debo mejorar"

Todos tenemos cosas que nos gustan y que no nos gustan. La pregunta es: ¿en qué me quiero enfocar? El poner más atención a las cosas negativas es un aspecto natural de nuestro cerebro.Referido por el neuropsicólogo norteamericano Rick Hanson como el “sesgo negativo”, la información negativa es, instintivamente, más relevante para nuestro cerebro pues activa nuestros mecanismos de supervivencia. En sus palabras, “el cerebro es como velcro para las experiencias negativas y teflón para las positivas.  El resultado natural es un creciente –e injusto- residuo dedolor emocional, pesimismo e inhibición entumecedora en nuestra memoria implícita”. Eso sí, el mismo Hanson dice que con un poco de esfuerzo y consciencia, esto se puede vencer

Si me repito una y otra vez que “no me gustan las clases” o “no me gusta el fútbol” (dos cosas que son perfectamente válidas) claramente no lo voy a pasar bien en ambas, y quizás hasta me angustie pensando al respecto. Pero, si refraseo, puedo encontrar una manera más productiva y hábil de enfrentar estas incomodidades: “me gustaría pasarlo mejor en clases”, “me gustan más los fines de semana” o “quisiera ser mejor para el fútbol” (y mejor aún, ponerse un objetivo "debo entrenar para ser mejor en el fútbol"), el punto de enfoque cambia. Podemos concentrarnos en lo que nos gusta o en maneras para trabajar en aquello que no nos gusta tanto, en vez de sentir aquella vieja impotencia cada vez que nos encontrábamos en clase o en medio de un partido. Para algunas personas esto cuesta en un comienzo, pero con práctica se hace más fácil y más natural. 

Lo mismo corre para la opinión de nosotros mismosSomos muy susceptibles a las "etiquetas" y una vez que las adoptamos ("no soy bueno para las matemáticas") es muy difícil dejarlas de lado, pues las transformamos en nuestra realidad. Por eso, es importante no etiquetarse y buscar formas positivas de expresar lo mismo ("me falta mejorar en matemáticas") de modo que para nuestro inconsciente, pase de ser una característica inmutable, a un estado temporal posible de modificar. 

Refraseando objetivos

Algo similar ocurre a otro nivel, cuando queremos lograr algo. “No quiero ser gordo”, “no quiero seguir endeudándome” o “no quiero procrastinar más”. Vas a sentirte mejor y estar en mejor camino para lograr un cambio efectivo si refraseas esas aseveraciones a “quiero adelgazar”, “quiero ser responsable con mi manejo del dinero” y “quiero aprender a ser productivo”, por dar tres ejemplos. 

En el ámbito del coaching, se dice que la mente consciente es la que fija los objetivos, y el inconsciente es el que se encarga de lograrlos. Con esto en mente, para fijar metas sólidas lo más recomendable es que el objetivo esté fraseado afirmativamente (“quiero perder peso”, “quiero ahorrar dinero”), ser específico (“quiero perder X kilos”, “quiero ahorrar X pesos”) y poner un período de tiempo (“quiero perder X kilos al 30 de diciembre de este 2014”, “quiero ahorrar X pesos al 24 de abril del 2015”). El método más común usado por personas que hacen coaching sonlas metas S.M.A.R.T. (muy recomendado). Puedes echarles una mirada en este link

Obviamente, hay personas que pueden decir “no quiero ser gordo” e ir, ponerse a régimen y bajar la cantidad de peso que quieran sin tener que refrasear al afirmativo el objetivo. Asimismo, puede haber veces donde pensamos “no quiero caerme” y no nos caemos. El punto es que aumentamos considerablemente nuestras probabilidades de éxito, bienestar y felicidad cuando aprovechamos al máximo la ayuda de nuestro inconsciente para lograr nuestros objetivos y resolver nuestros problemas.

Puede que nuestro cerebro esté, por defecto, diseñado para enfocarse en pensamientos y eventos negativos, pero hay varias disciplinas y corrientes de pensamiento que afirman y han comprobado que, con un poco más de esfuerzo y energía, se puede dar vuelta eso y enfocarse en lo positivo. Esto no quiere decir que evitemos el “no” por completo, al contrario; se trata de que estemos conscientes de cómo decimos las cosas, y que sepamos que lo que decimos y cómo lo decimos tiene un efecto sobre nosotros y también sobre los demás.

 

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