Blog

No mendigues la atención de nadie y mucho menos amor

13.06.2016 16:21

No mendigues la atención de nadie y mucho menos amor

No mendigues la atención de nadie y mucho menos amor

No mendigues amor a quien no tiene tiempo para ti, a quien solo piensa en sí mismo. No lo hagas nunca. No te merece quien te hace sentir invisible e insignificante con su indiferencia. Te merece quien con su atención te hace sentir importante y presente.

El amor se debe demostrar, pero nunca jamás se debe mendigar. El hecho de tener que hacerlo es el más fiel de reflejo de la injusticia emocional, del desequilibrio que vive el sentimiento que cimienta una relación.

Te merece aquel que dice menos pero hace más. No te merece quien solo te busca cuando te necesita sino quien está a tu lado cuando le necesitas y no solo cuando su interés se lo permite. Te merece quien sin esperar nada te lleva dentro, te siente y te hace sentir importante en su vida.

Al final es simple, la persona que te merece es aquella que teniendo la libertad de elegir, se acerca a ti, te aprecia y te dedica tiempo y pensamientos.

Ilustración de Natilles de una chica con mariposas

No existe la falta de tiempo, existe la falta de interés

Dicen que no existe la falta de tiempo, que existe la falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad.

También dicen que quien mucho se espera, se decepciona y sufre. Así que tenemos que revisar nuestras expectativas y meternos en la cabeza aquello de “no esperes nada de nadie, espéralo todo de ti”.

Porque las esperanzas y las expectativas son muchas veces (sino todas), la base de los fiascos emocionales y, por lo tanto, de percibir que como falta de interés las actitudes de los demás.







Cuando percibimos lo que los demás hacen o dicen como un fraude, realmente llegamos a sentir dolor. Un dolor emocional que a nivel cerebral se comporta de la misma forma que el dolor físico.

falta de tiempo 2

En este sentido cabe hacer un apunte importante y es que debemos darle al malestar psicológico la importancia que tiene. No se nos ocurriría ignorar fuertes punzadas en el estómago o un tremendo dolor de cabeza constante.







Así que, ¿por qué deberíamos ignorar el dolor emocional? No podemos dejar que el tiempo lo cure sin más, tenemos que trabajar sobre él y extraer las enseñanzas que nos brinda del mismo modo que dejaríamos de tomar chocolate si descubrimos que es el causante de nuestro malestar estomacal.

Esto es muy importante porque socialmente se tiene la falsa creencia de que el malestar psicológico es signo de debilidad y de que, al mismo tiempo, el tiempo curará las heridas sin necesidad de “desinfectarlas” ni de poner vendas o parches para evitar que sangre.

Chica esperando

Valórate, quiérete bien

Dedícale tiempo a la gente que se lo merece y que te hace sentir bien. No mendigues la atención, la amistad ni el amor de nadie. Quien te quiere, te lo demuestra tarde o temprano. Por eso, si vives en una situación de injusticia emocional tan alarmante, recuerda:

A quien no te llame y no conteste tus llamadas, no le llames. No busques a quien no te extrañe. No extrañes a quien no te busca. No escribas, no te sometas al castigo de la indiferencia que demuestran mensajes ignorados o silencios infundados.

No esperes a quien no te espera, valórate y deja de mendigar y de rogar amor. Porque, como hemos dicho, el amor se debe demostrar y sentir, pero jamás implorar. Tu cariño debe ser para quienes te quieren y te comprenden sin juzgarte.

Y sobre todo no te olvides del valor de tu sonrisa ante el espejo, quiérete y valórate por todo lo que eres y no por lo que alguien que no te merece te hace entender. Ámate bien y date cuenta de que el hecho de que alguien te descuide no quiere decir que tú no debas hacer lo imposible por rodearte de personas que te quieran en su vida.

By: Raquel Aldana

He cambiado, ahora doy a cada persona el valor que merece

13.06.2016 16:04

He cambiado, ahora doy a cada persona el valor que merece

 

He cambiado, ahora doy a cada persona el valor que merece

Casi siempre y por fortuna, las experiencias que vivimos nos cambian, nos ayudan a restablecer nuestras prioridades y nuestros conceptos, así como a “darnos cuenta”, a no dejar que nos pisen, que se aprovechen de nuestras ideas o que nos hagan sentir pequeños. En definitiva, nos ofrecen la posibilidad de otorgar a cada persona el valor que se merece.

Priorizar y darle a cada persona la posición que le corresponde en nuestra vida significa construir, hacer sólidos los cimientos de nuestra autoestima, fortalecer el concepto que tenemos de nosotros mismos y conseguir discernir qué es positivo y qué es negativo para nosotros.

Para hacer esto debemos asumir que no todo el mundo debe tener  voz y voto en nuestra vida. La confianza y la prioridad son dos privilegios que “se ganan” y “se construyen”, por lo que es de ley que nos reservemos el privilegio de aceptar que alguien tenga peso en nuestro día a día.
mujer rodeada de lirios blancos

Madurar es sinónimo crecer y priorizar

Con el paso del tiempo nos hacemos expertos en “darnos cuenta” de lo que en realidad nos interesa.Hablamos de vínculos sanos e insanos, de personas que nos enriquecen y personas que nos dañan, de costumbres y de expectativas, etc.

Nos obsesionamos por agradar a todo el mundo y porque todo el mundo nos agrade, lo cual nos acaba generando la sensación de que estamos rodeados por cantidad más que por calidad. Habitualmente esto cambia con el tiempo y bien sea por los años o por los daños, comenzamos a darle prioridad a quienes consideramos importantes en nuestra vida.

No se trata de perdonar errores o de no hacerlo, tampoco se trata de intentar estar libres de decepciones o de buscar brazos que nos protejan de los rechazos, del abandono o de los bandazos que damos en nuestro viaje.

No es cuestión de tener amigos eternos o parejas para toda la vida. No es cuestión de querer alcanzar la perfección en una persona. Se trata más bien de reconciliar nuestras prioridades haciéndonos conscientes de nuestros afectos y enriqueciendo nuestro bagaje relacional.
Mujer mirando a través de un cristal con gotas de lluvia

No vivas de las apariencias, siempre cambian

La necesidad de aparentar se hace patente en la consideración que hacemos de nuestras relaciones a través de las redes sociales. También por no alejarnos de aquello que no nos agrada o que prioriza otro bienestar que no es el nuestro.

En este sentido, para dejar ir y HACER MARCHAR a aquellas personas que no nos hace bien primero tenemos que dejar de albergar la idea de que el dolor emocional es una parte inherente a nuestras relaciones.






Las personas que tienen valor en nuestra vida las elegimos nosotros, así como la prioridad que les damos. Las etapas por las que pasamos determinan de manera peligrosa las máscaras que nos ponemos y las máscaras que los demás se ponen. Por eso, para desenmascarar egoísmos y falsas compañías, debemos primero enjuagar nuestros ojos y darnos cuenta del suicido que supone pretender ser como los demás esperan y ansían que seamos.

manos alcanzando mariposas

La importancia de conocerse y dar valor a nuestras inquietudes

Cada uno somos como somos y el abanico de cualidades que nos caracterizan debe pertenecernos, no responder a las imposiciones, prioridades e intereses que los demás manifiestan sobre nosotros. Es difícil hacer este autoexamen, pero no debe asustarnos.

Para conseguir este tipo de libertad tenemos que examinar nuestro pasado y nuestro presente emocional, valorar qué tipo de prioridades vamos acumulando y a qué (y a quienes) corresponden. Esto es importante a la hora de limpiar la suciedad que habita en nuestra vida.

Habitualmente no le damos importancia a esto y dejamos que se acumule el dolor de “aquellas concesiones” que ofrecimos a costa de nuestra identidad. No reflexionamos sobre eso y eso, sin duda, nos hace sentirnos en la necesidad de escapar de nosotros mismos.
pajaros-en-el-cielo

Pero esto es un sinsentido, pues es como si un alérgico metiese debajo de la alfombra todo el polvo de la casa pensando que así no le afectará a su salud y que no le dificultará algo tan vital como la respiración. Visto así no cabe duda de que aquellas cuestiones y personas que resultan negativas para nosotros se acaban adueñando de nuestro presente.

Esto resta espacio a lo positivo y duele. Duele mucho. Por eso, cuando has aprendido lo suficiente del dolor de otorgar prioridades inadecuadas, miras a tu interior, te sanas y subes un escalón más. Un escalón desde el que gritas: ¡¡Basta!! No daré a los demás el valor que no se merecen.

By: Raquel Aldana

En mi vida quiero personas que sumen, no que resten

13.06.2016 16:00

En mi vida quiero personas que sumen, no que resten

En mi vida quiero personas que sumen, no que resten

No dejes que se pierda tu esencia. Intenta no perderte entre las personas, pues cada vez desconocemos más a los que nos rodean. No te desveles ni te deshagas de tu esencia aunque lo que estás viviendo te atormente. No cambies ni te transformes sino es porque has asumido una buena lección.

Tu corazón es hermoso así, no permitas que las personas resten o dividan tu vida. Ama tu interior y mejórate cada día, pero no consientas perder tu esencia. Si ella desparece, serás solo alguien más y aquellos que te quieren y te valoran no podrán distinguirte.

Recuerda que aquello que te hace llorar te hace tan especial como lo que te hace reír. Darte cuenta de esto constituye una liberación en sí misma. Cubre tu esencia, no dejes que las circunstancias la despedacen, protégela del frío.

 

 

 

 

 

Niña triste en la playa

El dolor que causa aquello que nos anula a veces es insoportable

Nadie quiere tener a su lado personas que le anulen o que boicoteen su crecimiento personal. Todos queremos a nuestro lado personas que nos ayuden a sumar experiencias y buenos sentimientos.

Sin embargo, generalmente no todo es blanco o negro. Habrá momentos en los que alguien descontará en algún grado de nuestro bienestar pero otros en los que sume tanto que compense todo lo anterior.







Es como el yin y el yang, la tristeza y la alegría, la noche y el día. Los aciertos requieren de los errores de la misma forma que sumar no tendría sentido si nunca hubiese nada que restar. Y es así como somos las personas, a veces blanco, a veces negro y, en otras ocasiones, de colores.

Niño caminando con su gato y un globo cerca de la luna

Nadie es totalmente bueno o totalmente malo

Aún sabiendo que no podemos ser todo o nada, no podemos dejar al descubierto nuestro bienestar, tenemos que protegerlo de daños que pueden ser evitables y previsibles.

Para eso debemos solemos una especie de balanza emocional. A un lado ponemos todo aquello generado por los demás que es negativo y que sobra. Al otro lado colocamos lo bueno y lo positivo que podemos encontrar en nuestro camino.

Como es obvio, deberemos sopesar emocionalmente a cada persona por separado teniendo siempre en cuenta la situación física y emocional de las personas afectadas, así como, por supuesto, el contexto.

Queda a la vista que no es nada fácil utilizar nuestra balanza, pues hay cientos de factores que no podemos controlar y que son totalmente subjetivos. Así es que… ¿por qué juzgamos como bueno o malo tan a la ligera?

Hadas dándose la mano

“No hay nada mejor que reencontrarse con uno mismo y perdonar a la otra persona tenga razón o no, porque la gente, cuando hace cosas dolorosas, normalmente las hace porque en ese momento no podía hacerlo mejor, porque tenía miedo o por lo que fuera. Entonces, perdonar es algo maravilloso”
-Marwan-

Sé una persona justa, no pierdas tu esencia

A veces estar inmersos en un profundo dolor nos precipita al barranco de los prejuicios y de los tópicos. Cuando sucede esto, solemos cegarnos por el dolor de nuestras heridas y no por lo bondad que en otras circunstancias nos caracteriza.

A través del perdón y de la comprensión podemos conseguir que cualquier persona sume aun partiendo de sus malas acciones o palabras. Somos nosotros los que damos validez a los demás, por lo tanto somos nosotros quienes elegimos de qué manera queremos aprender.

Tomar conciencia de que muchas veces juzgamos demasiado alegremente nos ayudará a eliminar de nuestra vida lo realmente dañino y negativo. Pensándolo así, a la larga nunca nos arrepentiremos de ser personas coherentes y justas.

No etiquetes ni juzgues a los demás, perdona y toma sus malas acciones como una oportunidad para seguir creciendo y aprendiendo. Tu esencia será la mejor protección y, por si fuera poco, siempre la tendrás a tu alcance.

 

 

 

 

 

By: Raquel Aldana

 

 

Voy a intentar que no me importe quien no me aporta

13.06.2016 15:52

Voy a intentar que no me importe quien no me aporta

Voy a intentar que no me importe quien no me aporta

Hay personas que lejos de sumar, restan. A todas aquellas personas no deberíamos otorgarles crédito ni darles voz en las decisiones de nuestra vida y en el manejo de nuestras emociones, de nuestra salud y de nuestros deseos.

Por eso es importante que hagamos caso de una frase hecha que gran parte de nosotros conocemos y que encierra en sí misma una gran premisa: Que te importe quien te aporte y quien no aporte que se aparte”.

O sea, debemos echar de nuestras vidas a aquellas personas que no nos aporten sinceridad, bienestar y confianza. O, más bien, debemos procurar que no nos atormente sus opiniones, su presencia o su ausencia.

 

 

 

 

 

Personas mirando al horizonte

Gran parte de nosotros lo constituye aquello de lo que nos rodeamos





Realmente quien da sentido a nuestros sueños y a nuestra vida son aquellas personas de las que nos rodeamos. Por eso necesitamos que estas representen en ella un papel que nos permita crecer y sentirnos bien en cada paso.

Lo bueno es otorgar importancia a quienes nos hablan con la sinceridad que brota del cariño sincero y de los buenos deseos que nos profesan aquellos que nos aportan, que nos suman y nos quieren.

 

 

 

 

 

Por eso, dado que nos componemos en parte de lo que los demás nos aportan, tenemos que buscar aquello que nos sirva para sentirnos bien y evolucionar al máximo. Asimismo, nuestros comportamientos serán de igual modo enriquecedores para los demás.

personas-abrazadas

Las personas que cuentan son las que suman, no las que restan





Tenemos que protegernos de aquellos comportamientos dirigidos a anular una parte de nosotros y a boicotear nuestro crecimiento personal. Para eso debemos empezar a cuestionarnos si las personas que tenemos a nuestro lado nos están ayudando a sumar experiencias y a crear buenos sentimientos.

Quien nos da la libertad somos nosotros en consonancia con aquellas personas que nos ofrecen alas para volar, raíces para volver y motivos para quedarnos. Por eso, cuando estas tres premisas no se cumplen, tenemos que empezar a esforzarnos por cambiar aquello que no funciona.

Esto no es fácil pero el esfuerzo se verá recompensado en cuanto comencemos a liberarnos no tanto de aquellas personas que no nos aportan sino de los comportamientos, las palabras y las opiniones que nos hacen daño.

 

 

 

 

 

Mariposa en la boca

El amor propio, la clave para elegir bien a quienes damos importancia





A veces comprendemos tarde que es a nosotros a quien debemos querer primero y que solo a través de ese amor propio conseguiremos que no nos dañen ni hieran de manera gratuita.

Obviamente muchas veces las heridas se abren de manera accidental, sin ningún tipo de intención ni de maldad. Sin embargo, hay otras personas que lejos de aportar nos quitan posibilidades y opciones en la vida bien por sus exigencias, por sus ataduras o por su pasotismo.

 
Por eso hay que saber ponerle freno a aquellas demandas que coartan nuestra libertad y nuestras aspiraciones, algo que solo conseguiremos trabajamos desde nuestro interior la autoestima y el amor propio que nos merecemos.

 

 

 

 

 

Pájaros volando alrededor de una flor

Solo de esta manera construiremos relaciones saludables y no dejaremos que la dinámica de las mismas se torne irrespetuosa y nos consuma.

Asimismo, gracias a que los intercambios positivos nacerán de nuestro interior, fortaleceremos nuestros vínculos y seremos más capaces de resolver aquellos conflictos y frustraciones que puedan ir surgiendo y alimentando nuestras sensaciones.

Así que quizás para conseguir que no nos importe quien no nos aporta, entonces tenemos que saber hacer valer nuestra esencia, cultivar nuestro amor propio y manejar nuestra vida con determinaciónsin dejar que aquellos que no deben metan mano donde nadie les llama.

Es solo en esta dirección en la que lograremos crecer de la mano de personas que nos aceptan tal y como somos, que nos tratan con respeto y que dibujan miradas de complicidad iluminadas por la sinceridad de un interés genuino por nuestro bienestar.

By: Raquel Aldana

 

Nadie vale más que tú

13.06.2016 15:47

Nadie vale más que tú

 

Nadie vale más que tú, seas como seas, no dejes que nadie te haga dudar de tus capacidades. Ni tu color de piel, tu sexo o tu dinero definen tu potencial o tu capacidad de lucha ante un mundo dónde la discriminación es lo más habitual.

Un mundo donde los que son considerados diferentes tienen que luchar mucho más para obtener lo mismo que las personas que sí son consideradas como parte de la “normalidad”. Esa “normalidad” siempre la establece la cultura en la que estás inmerso basándose en lo más común, pero que sea lo más común no implica que sea lo más correcto o lo mejor.

“Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo, es por un malentendido”
-Jean-Paul Sartre-

Soy persona, no una etiqueta

 


En muchas ocasiones dejamos de ser Ana, Carlos, María o Antonio para convertirnos en la loca, el africano, la pobre o el transexualDejamos de ser personas para ser etiquetas, como si lo que somos pudiera definirse en una sola palabra. Como si lo que somos fuera algo tan raro o especial que hubiera que resaltarlo ante todo.
Que no sea de tu misma raza, no significa que sea inferior, sino simplemente que soy de distinto color.El que no sea de tu mismo sexo o que mi sexo no se encuentre entre la clásica división de hombre-mujer, no implica que sea un desviado o un delincuente sexual, sino que mi identidad de género es distinta a la que por estadística suele corresponderle a mis genitales mi cuerpo. El que no disponga de grandes medios económicos no hace que sea una persona vaga o inculta, sino que mi vida es más complicada que la tuya.
dos-manos-de-color-acariciando-un-bebe

Pero ante todo, seas lo que seas o como seas, nadie puede decirte que no puedes hacer algo o que no vales por el mero hecho de ser distinto, de no ser como él. Las capacidades no las dicta el sexo, la raza o la riqueza.

El ser mujer no te invalida para ser científica o cobrar lo mismo que un hombre. El ser transexual, bisexual, gay o lesbiana no te invalida para estar con niños, no es una enfermedad, es una opción sexual y no es contagiosa. El ser un desempleado no significa que seas un mal trabajador, es que igual no te han dado la oportunidad de demostrar tu talento.

“La falsa imaginación te enseña que cosas tales como la luz y la sombra, el largo y el alto, lo blanco y lo negro son diferentes y tienen que ser discriminadas; pero ellas no son independientes una de la otra; ellas son aspectos diferentes de la misma cosa, ellos son conceptos de relación, no la realidad”.
-Buda-

 

 

 

 

 

 

 

 

Educar en la diversidad




Para que nadie vuelva a sentirse marginado, a tener que luchar más que el resto por no ser como la mayoría, sería conveniente educar a los niños en la diversidad. Mostrar que la variedad es buena y que da color al mundo.

Crecerán sabiendo que en todo momento tendrán las mismas oportunidades en la vida, independientemente de su sexo, raza o situación económica. Así nadie podrá decirles quien vale más, porque todos tendrán el mismo valor ante la sociedad.
article_14097835893

Todo esto sobre el papel parece muy bonito pero difícil de realizar. No es así, pequeños gestos pueden empezar a cambiar el mundo y más si se transmiten a las futuras generaciones. Desde el juego o la lectura se pueden enseñar múltiples valores que ayuden en la aceptación de la diversidad.

 

Somos los adultos los que sexualizamos los colores o las muñecas. Para un niño el rosa solo es un color, el que ese color sea “de niñas” es una descripción que nosotros les enseñamos. Para una niña, un coche de juguete es solo eso, un juguete, el que sea “típico de niños” es un significado que nosotros le atribuímos.

Para un niño el maquillaje son solo pinturas para la cara con las que deja volar su imaginación. Lasexualización de esas pinturas pertenece sólo al mundo adulto. Para una niña el luchar y querer ser futbolista no la hace convertirse en un marimacho, generalmente significa que disfruta corriendo detrás de un balón.

Educar respetando la libertad de elección de los niños, dejando que disfruten, no les hace daño, nos beneficia a todos. Y esto sobretodo nos enseña, les enseña que nadie vale más que tú porque nadie vale más que otro, simplemente somos personas distintas.

El miedo nos enseña a conocernos mejor

27.05.2016 17:19

"El miedo nos enseña a conocernos mejor"

El miedo nos enseña a conocernos mejor

El miedo es una emoción de protección y alerta frente al peligro. Cuando el peligro no es real, el miedo se convierte en patológico. Aún así, sigue siendo una emoción que nos enseña algo profundo de nosotros mismos y, si sabemos identificarlo, lo venceremos y habremos logrado conocer nos más profundamente.

Si piensas en todos los miedos que has atesorado, a los que te has enfrentando, seguro que has sacado una conclusión clara: no eran para tanto. Mucha de su solidez no era más que apariencia fantasma, la casita del cerdito que decidió hacerla de paja.

¿Qué es el miedo?




El miedo es una reacción de nuestro cuerpo y especialmente de nuestra mente ante una situación, animal o persona que interpretamos como peligrosa o desagradable. Es una emoción, en principio, de supervivencia, ya que nos protege del riesgo y el peligro, pero, ocurre en muchas ocasiones, que no existe tal peligro, aunque sentimos miedo igualmente.

El miedopuede llegar a ser una reacción limitante en nuestra vida diaria, ya que puede bloquearnoshasta el punto de no ser capaces de reaccionar. Por otro lado, es propenso a aumentar su tamaño cuando no lo exponemos a la realidad.

Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar
-Paulo Coelho-

 

 

 

 

Mujer encogida con miedo

¿Quiénes somos?




Desde que nacemos, estamos viviendo, observando y experimentando emociones, agradables y también desagradables, entre ellas, el miedo. En función de las experiencias vividas, el miedo se puede llegar a desarrollar como una reacción de protección para prevenir que no suceda la situación desagradable vivida con anterioridad.

Como una de nuestras emociones primarias, el miedo, guarda consigo una información valiosa de nosotros y de todas aquellas situaciones desagradables que vivimos y que pretende que no vuelvan a ocurrirnos de nuevo.

Todas nuestras emociones quedan guardadas en nuestra mente subconsciente, y por ello, no somos conscientes de la información que reservan, respecto a experiencias del pasado.

Afrontar y no evitar




En la medida que va apareciendo el miedo en nuestra vida, tendemos a evitar las situaciones que tememos, para no volver a pasarlo mal. Sin embargo, no es una buena decisión, ya que no aprendemos nada mientras lo estamos evitando. Y por el contrario, éste cada vez es más fuerte y resistente para eliminarlo.

Hombre frente al mar

Evitando el miedo solamente lo alimentamos. En nuestra mente nos vamos haciendo más y más pequeños frente a él, que cada vez parece contar con más armas y puntos por donde poder atacarnos. Esto no solo se nota en nuestro grado de temor sino también en el grado en el que condiciona nuestras vidas.

“El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente
-Alonso de Ercilla y Zúñiga-

Eliminar el miedo, conocernos








Para ganarle al miedo no hay otro camino que afrontarlo, superarlo y obtener así la satisfacción que esto puede aportarnos. Al mismo tiempo, para afrontarlo es bueno descubrir algo más de nosotros mismos, es decir, conocer a través del miedo, el origen del mismo, su significado y la interpretación que hacemos del peligro.
Niña aprendiendo a ignorar sus miedos

Para ello, descubriremos en nosotros habilidades y capacidades que no teníamos, y que ahora, hacen innecesario el miedo, ya que nos daremos cuenta de que ahora contamos con estrategias para hacer frente a la situación temida, probablemente originada en la infancia, cuando aún no disponíamos de estrategias para afrontar la vida.

Por otro lado, en determinados miedos resistentes y que nos sintamos incapaces de afrontar, sería conveniente consultar con un especialista. él buscará la estrategia más adecuada para que condicione nuestra vida o menos posible e incluso para que lleguemos a superarlo.

 
“Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos
-Marie Curie-

Estar atento a las emociones









Siempre es interesante estar atento a todas nuestras emociones y, con ello, hacernos conscientes de la información que de forma sub-consciente queda guardada de cada una de ellas.

Cualquier emoción nos ayuda a conocernos, ya que nos cuentan cómo nos vemos a nosotros mismos, qué nos gusta o nos desagrada, qué nos hace daño o nos alegra y qué situaciones nos recuerdan experiencias del pasado, sean éstas más o menos alegres.

Ser consciente de ellas, siempre será una información valiosa sobre nosotros mismos, para trabajar aspectos personales que pueden estar debilitados o ser poco realistas en relación al momentopresente que vivimos.

Crecer y sentirnos más seguros




En muchas ocasiones, debido a que no somos conscientes de nuestro propio crecimiento y maduración, sentimos emociones que corresponden a experiencias pasadas, normalmente del periodo de la infancia. Sin embargo, crecemos con ellas, y seguimos interpretando situaciones del presente con el mismo peligro que lo hacíamos cuando éramos pequeños. Este cuento de J. Bucay refleja de manera preciosa esta circunstancia.
Enlace al cuento de  J. Bukay: https://youtu.be/GrPabK-N6NE

Conocernos a través del miedo es ser conscientes de lo que nos bloquea y limita, re-interpretando las situaciones aparentemente peligrosas y trasformándolas en nuestra mente como situaciones que somos capaces de afrontar, ya que hemos crecido, y tenemos estrategias para afrontarlas con éxito.

Reconocer nuestras capacidades, nos permite sentirnos más seguros para afrontar cualquier miedo, desde el momento presente, borrando la huella que dejó en nosotros el pasado.

“El miedo es el principio de la sabiduría
-François Mauriac-

 

 

 

Si no te quieres es porque no te conoces

27.05.2016 17:11

"Si no te quieres es porque no te conoces"

Si no te quieres es porque no te conoces

La autoestima es una palabra de moda que a veces parece como un dispositivo mágico para entender todo lo que nos ocurre. Es como si todos los problemas se pudieran explicar con una frase hecha: falta de autoestima. Hay una especie de epidemia que se puede resumir diciendo que nos cuesta trabajo querernos a nosotros mismos. Quizás esto ocurre por una razón clara: si no te quieres es porque no te conoces.

La clave está en esa voz interna que comenta todas nuestras acciones, sentimientos y pensamientos. Es esa voz que nos califica, y aprueba o reprueba. A veces olvidamos que esa voz interior ha sido construida por nosotros mismos y que, por esa razón, podemos dirigirla y redirigirla cuando no sea constructiva.

“Todo lo que necesitas quizá no esté delante a ti o a tu alrededor, pero todo lo que necesitas está ciertamente dentro de ti.”
-Sri Chinmoy-







Aprendemos a vernos a nosotros mismos a través de los demás. Por eso, si nuestros padres nos veían como personas incompetentes, fácilmente incorporamos ese calificativo y sus sinónimos a la voz que nos habla y juzga desde dentro. Si nuestros maestros pensaban que casi todos eran más inteligentes que nosotros, también aparecerá algo de ello en ese diálogo interior y así sucesivamente.
El problema es que olvidamos algo que está más allá de cualquier voz: quienes han opinado y siguen opinando sobre nosotros, no tienen la verdad. Lo que expresan y han expresado sobre lo que somos, probablemente tiene mucho más que ver con ellos mismos que con nosotros. Todos llevamos nuestras gafas particulares y cada uno cree que lo que ve es lo que sucede.
hombre-en-una-botella-pensando-en-lo-que-quieres

Si no te quieres, reconócelo


 

La falta de amor propio no solamente se expresa como sentimiento de minusvalía o de incompetencia en las diferentes situaciones cotidianas. A veces se piensa que si alguien se expresa con desparpajo y hace notar su presencia con mucha fuerza, es porque tiene una autoestima muy elevada. Pero, por lo general, no es así.

La ausencia de autoestima se manifiesta como temor o miedo a arriesgarte. Quieres mantenerte dentro de los límites de lo ya conocido, porque en el fondo piensas que podrías no estar a la altura de las exigencias en algo nuevo. Ese temor se extiende a tus palabras y tus pensamientos. No te sientes capaz de expresar lo que realmente está en un interior porque temes la reacción de otros. Y, a la vez, tu voz interna te descalifica: “son tonterías”, te dices a ti mismo. Y callas.

Pero la falta de amor propio también se expresa de otras maneras. Por ejemplo, cuando te vuelves servil frente a una figura de autoridad o a una situación en la que quieres cobrar notoriedad. Te importa mucho lo que piense o diga el jefe, el maestro o el experto.

Por eso tratas de ajustar lo que dices y haces, para agradar a esa persona o a ese grupo. A veces también necesitas, desesperadamente que los demás te reconozcan. Por eso gritas y te haces propaganda, siempre en función de obtener algo de los demás.
mujer-de-espaldas-pensando-en-lo-que-quieres

Solo se quiere aquello que se conoce

 

 

Hay una pregunta obvia, que no todo el mundo se formula, ¿realmente me conozco a mí mismo? Y es que el autoconocimiento no es solamente saber que te gusta el color verde y que detestas las manzanas. O que quieres divorciarte y que te encanta el fútbol. El asunto va mucho más allá de los gustos y las preferencias.
Por supuesto, es muy importante reconocer qué es lo que te gusta saborear, cómo te gusta vestir, a qué tipo de reuniones te gusta ir, etc. Por ahí comienza todo. Puede parecer exagerado, pero en verdad hay muchas personas que ni siquiera saben si realmente les gusta lo que comen. Siguen una dieta o no piensan en el asunto y aún no han descubierto por qué. Lo mismo ocurre con esos pequeños aspectos cotidianos como el vestido, el medio de transporte que usas y un largo etcétera.

ilustracion-mujer-agachada-pensando-en-lo-que-quieres

Sin embargo, más allá de aprender a reconocer lo que nos gusta y lo que no en esos aspectos,debemos indagar sobre la percepción que tenemos de nosotros mismos. ¿Cómo te sientes en relación con tu propio cuerpo y por qué? ¿Cómo cuidas ese cuerpo? ¿Qué piensas sobre la forma como te relacionas con los demás? ¿Sabes cuál va a ser tu reacción frente a diferentes situaciones y por qué?

Quizás al final descubras una verdad que has querido ignorar: te juzgas en función de la mirada de otros y no a partir de parámetros realmente razonables. La mirada de los demás está presente en esa voz interna que constantemente te hace pensar en negativo frente a ti mismo. ¿Qué es mejor, una gallina o un pato?

El pato, dirán los patos. La gallina, dirán las gallinas. Ese es el punto. El pato debe aprender a ser pato y a sacar lo mejor de su condición. La gallina debe hacer lo mismo. Y ambos, desoír la opinión del zorro, que solo los ve como menú.

Querer decir tanto y saber que es mejor no decir nada

27.05.2016 17:05

"Querer decir tanto y saber que es mejor no decir nada"

Querer decir tanto y saber que es mejor no decir nada

Salvo del amor, de ningún tema se ha escrito tanto como de las palabras, porque las palabras y el silencio siempre buscan un equilibrio. Un proverbio chino dice “No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir mejora el silencio”.

Nos ha ocurrido a casi todos, que conocemos el momento preciso en el que una conversación debe acabar y sin embargo seguimos, y al final, todo termina mal. Queremos decir demasiadas cosas sin pensar en las consecuencias, sin ser conscientes de que a veces es mejor callar.

Si antes de hablar tuviéramos presente que cuando hablamos y emitimos juicios y opiniones revelamos lo más profundo de nuestra personalidad y nos juzgamos a nosotros mismos, probablemente no le permitiríamos a nuestra lengua ir más deprisa que nuestro pensamiento.

“Se tarda dos años en aprender a hablar y toda una vida en aprender a callar”
-Ernest Hemmingway-

Decir demasiado








Entre amigos, entre familiares y entre personas a las que amamos es frecuente que no se cuiden las formas al hablar y dejar salir lo que pensamos. Por eso, aunque resulte banal se dice que “donde hay confianza, da asco”. Y así es.
dolor y ojo con lágrima

Las palabras que pronunciamos a las personas más cercanas a veces son más afiladas que cualquier cuchillo, crean muros muy difíciles de derribar y hieren a las personas que realmente queremos y estimamos.

Aunque en ocasiones nos puede el impulso de hablar, es importante sopesar las palabras, decirnos a nosotros mismos lo que queremos decirle a otra persona, sopesar las consecuencias de nuestras opiniones y recurrir siempre a la cortesía y a la amabilidad.

“Las heridas de la lengua, son más profundas e incurables que las del sable”
-Proverbio árabe-

El arte de decir con sabiduría y respeto








No se trata de callar siempre y ocultar lo que pensamos, porque no podemos olvidar que lo que no se habla de forma concreta es como si no existiera. Las palabras de aliento, las que salen de nuestro corazón para llegar al de otra persona, esas son las que tienen una gran importancia.

Hablar lo necesario, saber escuchar, no hablar por hablar, porque hablar demasiado, sin pensar lo que se dice y sin control, nos puede llevar a decir necedades o palabras que pueden hacer daño a otra persona.

La importancia de la honestidad

Científicos de la Universidad de Harvard realizaron un estudio de la actividad cerebral durante una serie de pruebas en las que se analizaba la honestidad de un grupo de personas. Descubrieron que lahonestidad depende más de la ausencia de tentaciones que de la resistencia activa a estas.

En términos neuronales, el resultado obtenido significa que la actividad cerebral de las personas que son honestas no varía ante la tentación (ganar dinero haciendo trampas), mientras que la actividad cerebral de las personas deshonestas se transforma ante la tentación, incluso aunque no cedan a ella.
Niño llorando con la mano en la boca

El estudio fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y ha sido dirigido por Joshua Greene, un profesor de psicología de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard.

 

Greene explica que, según estos resultados, ser honesto no depende de un esfuerzo de la voluntadsino más bien de estar predispuesto a la honestidad de una manera espontánea. Según el investigador, esto puede no ser cierto en todas las situaciones, pero sí en la situación estudiada.

Los motivos por los que mentimos o decimos la verdad




Por otro lado, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Quebec en Montreal, realizaron un experimento para conocer los motivos por los cuales la gente miente o dice la verdad ante una situación determinada.

Hasta ese momento se pensaba que siempre decíamos la verdad si nos conviene materialmente y mentiremos en caso contrario. Pero ahora, con la investigación realizada, se ha puesto de manifiesto que las personas dicen la verdad, aunque les suponga un coste material. La pregunta es ¿por qué?

En este sentido se manejan diferentes hipótesis, porque, por un lado, se entiende que la gente es sincera porque lo ha interiorizado y lo contrario les hace sentir emociones negativas, como la culpa o la vergüenza, lo que conocemos como aversión pura a la mentira. Esta aversión tiene que ver con la aversión a crear una disonancia entre la imagen que tienen una persona de sí misma y cómo realmente se comporta.

Otras motivaciones para ser sinceros tienen que ver con el altruismo, la conformidad con lo que pensamos que el otro espera que digamos, es decir, el deseo de no defraudar las expectativas de la otra persona.

¿Por qué las emociones nos influyen más que la razón?

27.05.2016 16:56

¿Por qué las emociones nos influyen más que la razón?

¿Por qué las emociones nos influyen más que la razón?

Los seres humanos somos una amalgama de percepciones, emociones, sentimientos y pensamientos. Todos estos elementos conforman una unidad y esa unidad da como resultado una forma de ser y de actuar en el mundo.

Nuestra mente es extraordinariamente poderosa y hábil para dirigir nuestra conducta, tanto para hacer el bien como para hacer el mal. Gracias a ella realizamos todos los procesos de pensamiento racional, pero también en ella se dejan sentir unas fuerzas extraordinariamente poderosas: las emociones.

Así, podemos decir que somos razón y emoción. Fuerzas que en ocasiones apuntan hacia el mismo lugar, pero que en otras se enfrentan y nos obligan a tomar una decisión. Tenemos la opción de seguir a nuestro “corazón” o de hacer caso a la lista de pros y contras.

“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás.”
-Daniel Goleman-







La mayoría de estudios que han estudiado este proceso de decisión aseguran que, por lo general, ganan las emociones. Esto es así, básicamente, porque la razón ocupa un nivel superior en la escala de elaboración de las experiencias subjetivas. Así, se necesita más experiencia, más tiempo y un grado mayor de habilidad para construir razones que para dejar nacer emociones.
diente de león con flor azul

Las emociones: tan etéreas como el aire y tan peligrosas como el azufre





“Emoción”, etimológicamente significa: “movimiento o impulso”; “aquello que me mueve hacia”. Las emociones son experiencias subjetivas que inducen a actuar. Nacen básicamente de las percepciones frente al mundo, antes que de un razonamiento como tal. Simplemente, algo que se percibe como beneficioso, desata emociones de agrado. Igual al contrario.

 

Muchas de las conductas humanas dependen de las emociones. Estas, por lo tanto, pueden ser trascendentales o al menos tener un gran peso en las decisiones que tomamos. Es más, por lo general, son determinantes.
pareja besándose

El miedo, por ejemplo, es una emoción muy poderosa, según el psicólogo especializado Rob Yeung. De ahí que la utilicen con frecuencia los medios de comunicación y sea una eficaz estrategia en política. De igual modo, la vergüenza y el orgullo son emociones que hacen muy manipulable al ser humano.

Explorando el origen de las emociones…




En teoría, las emociones no son determinantes, pero sí pueden ser muy decisivas. Son intrínsecas al ser humano y van inmersas en sus juicios y deliberaciones en la vida. No se trata de negarlas, sino de identificarlas y aprender a canalizarlas para nuestro propio bien.

Hay muchos ejemplos cotidianos que nos muestran cómo las emociones dominan buena parte de la conducta humana. Por ejemplo, cuando alguien piensa que debe ser más paciente, pero llegado el caso de tener que esperar en una fila, o tolerar una tardanza, se desespera y se olvida de su propósito.

Las emociones, por lo general, obedecen a causas que desconocemos. No sabemos exactamente por qué llegamos a sentir una intensa ira cuando nos sirven un café frío, si nuestra mente nos dice que realmente no es algo demasiado importante. También solemos ignorar por qué nos da tanto miedo hablar en público, por ejemplo, si finalmente es una situación que se puede controlar.
ilustracion de un león

La verdad es que el poder de las emociones precisamente viene dado por lo indefinido de su origen y de su desarrollo. Forman parte de una zona de nosotros mismos que resulta difusa y a veces incomprensible. Sin embargo, de fondo, en cada emoción lo que toma forma son nuestros instintos… de conservación, de preservación de la especie, de defensa, de ataque, etc.

¿Hay divorcio entre la razón y la emoción?




La verdad es que no hay una frontera tajante que separe la emoción de la razón. En realidad, se trata de dimensiones del ser humano que están siempre actuando conjuntamente. Las emociones dan lugar a determinados pensamientos y los pensamientos, a su vez, hacen nacer las emociones.

Toda emoción es pensada en alguna medida. Cuando esa medida es baja, da lugar a emociones confusas y erráticas. Cuando la medida del razonamiento es alta, permite tener una experiencia de la realidad más profunda y equilibrada. La emoción poco tamizada a través de la razón da lugar a una percepción distorsionada de la realidad.

cabeza femenina perfilada en mariposas representando las emociones

Quienes se dicen “altamente racionales” no escapan a esa lógica. Si se mira con detenimiento, esa negativa a permitir que las emociones se cuelen en la vida probablemente obedece a un profundo temor de “perder el control” que supuestamente se tiene.

De igual manera, imaginar acciones puramente emocionales, sin un ápice de razón, es más o menos absurdo. El ser humano no puede renunciar a la corteza cerebral, a menos que sufra una lesión o inhiba las funciones cerebrales mediante algún químico.

Lograr el equilibrio entre razón y corazón




Las emociones no son caballos briosos y desbocados a los que debamos “ponerles la rienda”. Nos constituyen como seres humanos y forman parte de un valioso bagaje subjetivo que contribuye a otorgarle un significado propio al mundo. Ni tienen por qué ser “erradicadas”, ni tienen por qué ser negadas o desvalorizadas.

Todo lo contrario: ser capaz de sentir es ser capaz de ser humano. Solo sobre la base de las emociones se edifica el amor, el sacrificio, los grandes sueños y las grandes hazañas. Sin embargo, esto no quiere decir que podamos o debamos dejar esas emociones “en bruto” y conformarnos con experimentarlas sin reflexionar sobre de ellas.

chica en un columpio colgado de las nubes

Un punto de equilibrio se alcanza cuando somos capaces de estar atentos a lo que sentimos, no con el objetivo de defendernos de ello, sino con el propósito de canalizar esas mismas emociones de modo que sean provechosas. Eso quiere decir que si siento miedo, la mejor opción es reconocerlo, explorarlo y, por qué no, convertirlo en una fuerza a mi favor. Si tengo miedo de hablar en público, quizás pueda diseñar ayudas tecnológicas excelentes para que me ayuden a enfrentarlo.

Las emociones nos influyen más que la razón porque están en una zona de nuestro cerebro más primitiva y, por tanto, más profunda. Se hallan en la base de todo lo que somos. La razón es como un cincel con el que se pueden pulir esas emociones para pacificarlas y permitir que nos ayuden a llevar una vida mejor.

5 señales de que eres un “adulto índigo”

27.05.2016 16:31

5 señales de que eres un “adulto índigo”

5 señales de que eres un “adulto índigo”

 

Durante los últimos 10 años, el término “niño índigo” se utiliza para referirse a niños que representarían un estado superior de la evolución humana en el contexto de la corriente de la Nueva Era o New Age. Los que defienden esta hipótesis señalan dicha evolución como un progreso espiritual ético y mental. Una especie de “raza” cuya misión es luchar contra el sistema establecido.

“Al finalizar la Segunda Guerra Mundial empezaron a nacer índigos , aumentando su número en los años 70 y 80”, nos explica la psicóloga Esther Morales León. Muchos de estos jóvenes, a estas alturas, ya han alcanzando la madurezAhora se trata de adultos que desconocen si pertenecen a este grupo y, debido a ello, sienten dificultades a la hora de entenderse y saber gestionarse emocionalmente.

La doctora Morales León nos explica que la tarea de las “personas índigo” es aceptarse, valorarse y descubrir su particular misión en la vida, empleando para ello todos los talentos que tienen a su disposición de forma innata, así como su elevado nivel de conciencia. “Todo ello para ser un real aporta a la evolución planetaria”, expone la psicóloga. Hoy compartiremos contigo cuales son las principales características de los “adultos índigo”.

“El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.”
-Aristóteles-

Del sufrimiento han surgido las almas más fuertes

Se sienten diferentes a los demás




La personalidad de las “personas índigo” se construye sobre una alta sensibilidad, inteligencia ycreatividad. Son, por ello, unos apasionados creando elementos y experiencias, empleando para ello una gran empatía con su entorno. A pesar de ello, las personas índigo se sienten diferentes a los demás, dificultando su adaptación al modelo de vida social impuesto.

Les cuesta tolerar aquellas acciones realizadas a desgana o sin emplear todo el talento por parte de la persona en cuestión, generándoles bloqueos a la hora de gestionar la ira y el enfado. Prefieren escoger el trabajar solos y las posiciones de liderazgo, así como cooperar con grupos pero de forma individual por su parte.
 

Perciben fácilmente la mentira y falsedad




Es cierto que a nadie le gustan las mentiras, por pequeñas que sean. No nos hace sentir bien que decidan por nosotros lo que debemos o no debemos saber. En este caso, “las personas índigo”, al tener un alto desarrollo del sentido de justicia, no les gusta la mentira y la falsedad a la hora de relacionarse con su entorno y ellos mismos. Al percibir sensaciones que otros no ven, son más intuitivos y detectan fácilmente otras realidades ajenas a ellos, pudiendo detectar sin apenas esfuerzo las falacias.

Wendy Chapman, escritora norteamericana de varios libros relativos al tema, nos aporta otras características según resultados de sus investigaciones. “Son inteligentes, aunque tal vez no hayan tenido las mejores notas. Siempre necesitan saber por qué; especialmente, por qué se les está pidiendo que hagan algo. Les disgustaba y quizás incluso odiaban gran parte del trabajo repetitivos y obligatorio en la escuela.”

espiritualidad

Espirituales a la hora de mejorar su interior y el mundo




Desde pequeñas, las personas índigo gozan de un alto nivel de consciencia de sí mismos, logrando ser perceptivos e intuitivos. Disfrutan de una sabiduría interior innata sobre nuestro sistema vital, desarrollando el pensamiento abstracto desde edades tempranas. Además, poseen gran capacidad a la hora de realizar aquello que sueñan y se proponen. Debido a estos talentos, necesitan llevar a cabo acciones para cambiar y mejorar el mundo, pero pueden tener obstáculos a la hora de identificar su camino.

Buscar la felicidad interior de forma consciente, como prioridad diaria, es una de las señales básicas de las personas con una alta sensibilidad y capacidad para entender la vida, como es el caso de los índigo. Comprender el mundo a través de la espiritualidad, las sensaciones de quienes más queremos o consejos de autoayuda, como el te que presentamos a continuación para trabajar nuestro desarrollo interior, son elementales en su día a día:

Tienen experiencias psíquicas




Hay quienes sostienen que estos niños disfrutarían de habilidades paranormales como la telepatía o la capacidad de leer la mente, una mayor capacidad de empatía o una alta creatividad. Se les denomina “personas índigo” ya que se tiene la creencia de que estos niños podrían tener una aura de esa tonalidad.

Cuando hablamos de experiencias psíquicas hacemos referencia a premoniciones, experiencias fuera del cuerpo y/o escuchar voces. Muchos son los que creemos la capacidad de ciertas personas para poder conectar con otras dimensiones, percibir la energía de nuestro alrededor, visualizar mentalmente y soñar situaciones que ocurrirán en el futuro o tener amigos imaginarios.

Son personas altamente sensibles




Las personas índigo comparten una personalidad emocional extremadamente sensible, expresando sus sentimientos ante el menos motivo o pudiendo ser lo opuesto nos mostrando ninguna expresión de emoción. Son muy expresivos sexualmente o pueden rechazar la sexualidad por aburrimiento o con la intención de lograr una conexión espiritual más elevada. Buscan el significado de sus existencias, su misión vital y comprensión del mundo.

Es cierto que no todos los días nos sentimos de la misma forma y afortunadamente contamos con diversos mecanismos para expresar lo que nos sucede. Pero el problema reside en la magnitud de la variación de nuestros estados emocionales. Debido a esta sensibilidad tan desarrollada con las emociones propias y ajenas, las “personas índigo” fluctúan desde la tristeza a la desesperación total.

“El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad. La realidad del alma”. 
-Víctor Hugo-

 

 

 

 

 

By: Paula Díaz

<< 5 | 6 | 7 | 8 | 9 >>