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Enojo Crónico

30.09.2015 20:12

Enojo Crónico

 

Cuando te enojás activás el modo defensa, que no es otra cosa que una preparación biológica para una respuesta de emergencia. En esos momentos tu cuerpo está listo para lo que Cannon denominó “reacción de lucha o huida”. Gran parte de la sangre es retirada de otros sistemas para asistir a los grupos musculares estriados –o musculatura voluntaria– de modo que puedas reaccionar con mayor fuerza y velocidad. No es raro entonces que las personas en estado de ira profunda sientan ganas de golpear algo. De hecho, el cuerpo está preparado para hacer exactamente eso. Pero como vimos, en la vida promedio de un ser humano civilizado del siglo XXI pocas veces enfrentamos peligros reales, puesto que la mayoría de ellos son simbólicos. Es decir, raramente nos enfrentamos a cosas que amenacen nuestra vida; por el contrario, lidiamos habitualmente con frustraciones cotidianas como retrasos, malos entendidos, olvidos y demás, que no requieren de nuestra fuerza muscular precisamente. Es paradójico el hecho de que la mayoría de las veces, cuando necesitamos disponer de la mayor inteligencia posible para resolver un problema, nos convertimos en una especie de primate iracundo. ¡Vaya adaptación!

El problema está en que cuando nos mantenemos en estado de ira la pa-samos mal, porque no dormimos bien, no hacemos bien la digestión, se nos desactiva el sistema inmunológico, tenemos un pobre desempeño en lo que sea que hagamos y además dañamos a la corta o a la larga nuestros sis-temas cardiovasculares. Es como un auto que mantuvieran en 6000 o 7000 revoluciones. Al principio puede que no presente indicios de daño alguno más que una elevada temperatura, pero luego de un tiempo seguramente los tornillos empezarán a aflojar por algún lado. Desde principios de los años sesenta no han dejado de publicarse estudios en los que se demuestra la existencia de una relación directa entre la ira y los trastornos cardíacos.

Insisto: una de las falacias más corrientes es pensar que los acontecimientos externos disparan nuestra ira, cuando en realidad la lectura que hacemos de ellos es la responsable. Es tu interpretación lo que te enoja. Un ejemplo: una fila en el banco que está durando demasiado tiempo. De cinco personas, seguramente tendrás cinco reacciones distintas. Alguno dirá “Este es un banco de porquería, no les importa el tiempo de la gente. Me dan ganas de matarlos a todos”, otro pensará “¡A qué me metí a hacer trámites esta mañana! Soy un idiota, siempre elijo mal”. De estos autodiálogos se sucederán emociones malsanas, desproporcionadas y nada útiles. Pero posiblemente otro se diga a sí mismo “Cosas que pasan,  no gano nada con enojarme”, y pueda seguir tranquilamente su día, pensando en otra cosa.

Sostiene Ellis que hay personas que tienen un sistema de creencias racional o autobeneficiador, puesto que pueden decodificar los problemas y dificultades en términos constructivos y obtener de ellos sentimientos sanos. Por ejemplo, si un amigo te dejó plantado para cenar, podés decirte a vos mismo: “No me gusta que me cancele sin previo aviso, ojalá me hubiese avisado. La próxima se lo aclaro de entrada”. De este autodiálogo se su-cederán sentimientos displacenteros pero sanos, como decepción y frustración. Sobre estos sentimientos podés mantener la calma, siguiendo con tu vida y con la amistad sin mayores dificultades. Además evitás quedarte resentido con tu amigo, “con la sangre en el ojo”, y podés seguir construyendo la relación, capitalizando positivamente la experiencia.

Por otro lado, hay quienes tienen un sistema de creencias irracional, que los lleva a interpretar los acontecimientos en términos trágicos y exacerbados. Sus autodiálogos son del tipo: “No soporto que me traten así”, “Es terrible que siempre me haga esto” o “Es un irrespetuoso y desconsiderado, quién se cree que es”. Al confundir a la persona con sus acciones, generalizamos y damos por sentado que quien hizo algo malo es mala persona. Este tipo de creencia irracional provoca profundos sentimientos de ira, ansiedad y angustia. Y eso no es todo: si la persona persiste en ese autodiálogo, seguirá enojándose puesto que su amígdala seguirá segregando las sustancias del enojo. Es decir, continuará con un resentimiento y un rencor sobre los cuales no podrá construir sanamente una relación.

Autodiálogos del tipo “Tienen que tratarme bien” (imperativo respecto de los demás), “Tiene que irme bien, debo ganar; de lo contrario seré un fracasado”, “No debo enojarme” (imperativos respecto de uno mismo) o “¿Por qué mierda me pasa esto a mí?”, “No puedo creer que me esté sucediendo esto” (creencias dogmáticas respecto de cómo debería ser el mundo) serán sin lugar a dudas el origen de numerosos enojos. Los autodiálogos que se desprenden de un pensamiento rígido, imperativo y dogmático dan cuenta de un sistema de creencias tergiversado, de un mapa alejado del territorio, y que puede generar mucho malestar. De modo que en lugar de pretender que todo el mundo cambie, más vale un pequeño cambio en el mapa para garantizar un gran cambio emocional.

También hay quienes tienen creencias irracionales respecto de cosas propias de la vida cotidiana, que sin darse cuenta clasifican de “malas” cuando podrían ser aceptadas sin mayores rabietas. Es decir, están percibiendo situaciones diarias como inaceptables, con lo cual certifican un enojo a cada momento. Por ejemplo, estas personas pueden molestarse por el sonido del despertador, porque no encuentran una pantufla, porque el agua de la ducha está demasiado caliente o fría, por el nudo de la corbata, por la falta de azúcar o café, por el tráfico o la falta de estacionamiento, el poco combustible en el auto, la gente que camina lento en la calle, el encendedor que no funciona para encender un cigarrillo, el kiosquero lento o despeinado, el trabajo excesivo, el celular sin señal, la  demora en una transacción bancaria, la pareja demasiado emocional o distante… En fin, tienen un master en “Encontrar Algo Negativo en Cada Cosa”. Siempre hallarán la forma de ponerse mal por los parientes, sus hijos, sus amigos, el país, el clima, el paso del tiempo, su trabajo… y la lista sigue. En una persona quejumbrosa, a la que casi todo le molesta, es fácil advertir que lo que está trastocado es su modo de evaluar sus circunstancias: ¡se está enojando por las mismas situaciones todos los días! Es oportuno recordar que la vida de un adulto promedio está minada de frustraciones y dificultades, de modo que enojarse por cada una de ellas no resulta nada razonable. En este sentido hay investigaciones que dan cuenta de que la felicidad y el bienestar tienen sus raíces en la manera en que nos tomamos nuestra vida cotidiana más que en circunstancias de alto confort Otra falacia respecto de la ira es pensar que descargar el enfado desenfrenadamente puede hacerte algún bien. Si bien puede que sientas un alivio en el momento, esta medida no resuelve el problema sino que en la gran mayoría de los casos lo empeora, a la vez que se establece un hábito de “arrebato de enojo”. ¡Dar rienda suelta al enojo lo aumenta! En efecto, la expresión abierta de hostilidad resulta ser la verdadera culpable de la relación existente entre el infarto de miocardio y la personalidad de tipo A. La desgracia de la ira es que la mayoría de las veces nos descargamos con los que tenemos cerca, que suelen ser nuestros seres más queridos.

Tampoco sugiero que te “tragues” la bronca. El modo sano de expresar el enojo es aprendiendo a ser asertivo. La asertividad es una forma de comunicarnos mediante la cual no agredimos ni nos sometemos a la voluntad de otros. Se trata de un punto medio entre ser agresivo y pasivo. El agresivo se conduce agrediendo a otros; el pasivo se “traga” el enojo, y posiblemente luego explota en ira. En ambos casos existe un perjuicio, en cambio en la asertividad establecés un límite sanamente. Defendés tus ideas y sentimientos sin imponerte ni resignar tus convicciones. Para entrenar la asertividad suelo pedirles a mis consultantes que ensayen frente a un espejo la puesta del límite. Luego de un tiempo de práctica se automatiza en ellos esta forma de pensar, lo que genera seguridad, evitando que se inhiban o desborden.

Para dejar de enojarte o de sentir rabia debés estar dispuesto a escuchar tu autodiálogo e identificar las creencias irracionales -ya sean dogmáticas, exageradas o generalizadoras- entendiendo que un autodiálogo más comprensivo e indulgente para con los demás y para con vos mismo es generador de emociones sanas. Se trata de hacer foco en las soluciones, en lo positivo, para poco a poco generar el hábito de pensar sanamente.

Extracto del libro “Modo Creativo” – Lic. Lucas J.J Malaisi

 

Cómo poner límites sanamente y sin romper la armonía familiar

28.09.2015 19:58

El límite es definido como “Línea real o imaginaria que separa dos territorios”. Aunque parezca raro, los límites generan libertad, pues al precisar lo prohibido establecen también todo aquello permitido. Son absolutamente necesarios ya que organizan y crean una realidad, generan valores, transmiten maneras de ver la vida y de vivirla. Son paradigmas, anclajes a la realidad que nos proveen cierta estabilidad y, a partir de ello, generan sensación de tranquilidad y bienestar.

El establecimiento de límites consta en la mayoría de los casos– de dos etapas:

 etapa: la transmisión del límite

Para transmitir límites no basta con verbalizarlos. Los límites necesitan, además, de algunas características clave. Han de ser: predecibles, unánimes, claros, firmes, coherentes, flexibles y aplicados con paciencia.

El límite ha de ser predecible. Es importantísimo establecer rutinas y un orden familiar para que el niño sepa qué pasará si transgrede el límite, y así se acostumbre a hacer sus tareas. Cuando se establecen rutinas el reloj biológico se acostumbra y el niño deja de enojarse a la hora de cumplir con sus deberes. Pero si estamos haciendo desarreglos en su rutina él sentirá un “nuevo comienzo” a cada rato, lo que lo pondrá de mal humor. El niño debe ser un “relojito suizo”, con horarios bien cuidados y precisos para cada actividad: despertar, desayunar, ir a la escuela, almorzar, descansar, merendar, hacer la tarea, jugar…

Para poder poner límites con facilidad y sin costo emocional (sin enojos) es necesario un acuerdo entre todos los educadores, logrando un mensaje unánime. Los adultos (todos los que intervienen en la educación del niño: padres, abuelos, niñera, tío, etc.) deben generar acuerdos en cuanto a los límites y penitencias, es decir, deben decir lo mismo y jamás desautorizarse mutuamente frente al niño. Los niños suelen ser un espejo de la situación familiar, de modo que la unanimidad entre adultos (pareja y demás tutores) es clave para que estén calmos y respeten límites.

Debe haber claridad en el mensaje: los tutores deben ser precisos con lo que piden. El niño no nació sabiendo, de modo que cuando le pedimos que esté tranquilo, tendremos que explicarle qué es estar tranquilo y cómo puede lograrlo. Si le pedimos que estudie, tendremos que especificar horarios, lugar, elementos de estudio y demás. Para que el límite pueda ser claro, los padres, tutores y docentes deben tener ellos las cosas en claro a priori. Por eso es bueno, cada tanto, meditar y sentarse a hablar respecto de creencias, valores, hábitos… En fin, de lo que está bien y lo que está mal, para transmitirlo eficazmente. Cuando existe un acuerdo manifiesto y profunda claridad por parte de los educadores sobre aquello que está permitido y lo que no, esto es transmitido sin problemas al niño, quien lo recibe sin mensajes dobles ni confusos. Pero si en lugar de ello existen dudas, titubeos, desacuerdos constantes o miedo a perder el amor del niño, éste prontamente aprenderá a tomar ventaja de ello (pues los chicos son particularmente sensibles a la hora de detectar dudas o falta de seguridades y certezas por parte de los padres), y así el límite difícilmente llegará a establecerse.

El límite debe ponerse de manera firme: sin gritos ni enojos pero con vehemencia en el tono de voz y con actitud seria. El 93% del mensaje es corporal, y sólo el 7% es simbólico (verbal). Por lo tanto no basta con decir el límite, hay quetransmitirlo. Los padres inseguros les enseñan a sus hijos, sin darse cuenta, que todos los límites son negociables. A diferencia del límite débil que está a punto de ser volteado y sólo requiere de unos pocos empujones e insistencias para que el niño gane, la firmeza enseña que el límite no es negociable. Claridad y firmeza se manifiestan en la vehemencia del tono de voz, en una mirada, un gesto… Esto es más que suficiente, y hace innecesarias las interminables explicaciones persuasivas, el grito e incluso el golpe.

Los padres deben tener una conducta coherente con lo que piden: se trata de ser ellos mismos lo que quieren ver en el niño, pues éste aprende mucho más de lo que ve que de lo que se le dice. Es necesario enseñar con el ejemplo. Los niños son “esponjas conductuales” que absorben todas las conductas: las buenas y las malas.

Además, recordá que la paciencia da tiempo a que se incorporen y respeten progresivamente los límites. En este proceso, a medida que descubren el mundo y sus reglas, los niños necesariamente cometen errores, pues no nacieron sabiendo. La asimilación del límite muy pocas veces se da instantáneamente, por lo cual es muy importante ser pacientes y calmos. Los niños necesitan padres seguros y tranquilos. Muchos, al poner el límite, lo hacen retando al niño de antemano, a los gritos, enojados, como anticipándose a que no van a ser respetados, impartiendo el castigo antes de que el niño transgreda el límite. ¡No! Sé tranquilo y sereno –tanto como firme y seguro– al hablar sobre el límite. Ya veremos qué hacer cuando el niño transgrede.

Por otro lado, los límites deben ser flexibles según el paso del tiempo: no es lo mismo un límite para un niño de 3 años que el que le pondremos a uno de 7, de 10 o de mayor edad. Los límites deben ser modificados a medida que el niño crece y gana autonomía. Pero si los límites carecen por completo de firmeza y son modificados a cada rato, le estarás enseñando al niño que, insistiéndote, todos los límites son negociables y por lo tanto puede hacer lo que le plazca.

Luego de la transmisión del límite, algunos niños necesitan verificar que efectivamente éste existe, y lo harán transgrediéndolo para ver qué sucede. Aunque te parezca raro, para terminar de poner el límite es necesario que el chico lo transgreda y vivencie las consecuencias. Sólo así aprenderá que ahí hay un límite.

2° etapa: transgresión-penitencia

En esta etapa, aunque no siempre lo haga, el niño tiende a trasgredir para verificar que había un límite, y a los tutores corresponde efectivizar las consecuencias mediante la aplicación de la penitencia. Ésta debe ser simplemente una “quita de privilegios”, en general cosas leves, ya que lo que cuenta es su valor simbólico (quedarse sin postre, sin TV, sin juguetes y cosas así) nunca un golpe, grito, insulto, sarcasmo ni demás actitudes hirientes. Además debe guardar relación con la madurez del niño (no aplicar penitencias cuando no pueden comprenderlas).

Por otro lado, quiero dejar bien en claro que sólo habrá transgresión si hubo previamente trasmisión del límite. Si, por ejemplo, nunca le explicaste que no debe sumergir tu teléfono movil en la bañera y el niño lo hace, no podrás ponerlo en penitencia ni retarlo puesto que él no sabía que no debía hacerlo; no transgredió ningún límite, sólo cometió un error.

Como dije, los niños no nacen sabiendo y necesariamente tienen que equivocarse para aprender. Por ello, como adulto es tu responsabilidad anticiparte a posibles accidentes y errores preparando el ambiente, quitando todo lo que pueda ser objeto de una curiosidad voraz. El error es una instancia necesaria en el aprendizaje, y si retamos a los niños cuando se equivocan les generamos un vínculo traumático con el error. De este modo, más tarde en su vida el niño buscará no equivocarse, iniciándose así en el camino de la inacción, puesto que los únicos que no se equivocan son los que no hacen nada. Los que hacemos nos equivocamos. ¡Jamás retes a los chicos por sus errores! Si los retás cuando se equivocan, les estarás enseñando a no aceptarse.

Ahora bien, si ya le explicaste y advertiste las consecuencias de no respetar el límite y él a sabiendas de ello lo transgrede, has de aplicar la penitencia. Como dije, se trata de una quita de privilegios, por ejemplo “Te quedas sin postre”, “Un día sin tv”, “Sin teléfono móvil”, “Sin amigos esta tarde”… La penitencia sana y efectiva también tiene sus características. Veamos.

En primer lugar, ha de ser breve, es decir, que dure poco tiempo. No sirve si desde tu enojo le decís, por ejemplo: “¡Te voy a quitar todos los juegos por una semana entera!”. Todos –y principalmente el niño– sabemos que esto no va a ocurrir. No vas a poder aplicar esa penitencia, entonces tu palabra pierde credibilidad. Para que tanto el niño como el adulto puedan tolerar la penitencia sin levantarla, ésta tiene que ser breve ¡y cumplirse a rajatabla! En general, después de dos días sin que pueda hacer sus actividades de esparcimiento y de estar encima tuyo, quizá vos ya quieras levantar su penitencia, y eso no ayuda. Siempre has de hacer cumplir de principio a fin las penitencias que advertís cuando explicás los límites. Entonces verás que el niño te creerá y obedecerá, y no necesitarás echar mano a perniciosas intervenciones como son el grito, el chirlo o repetir hasta el infinito lo que esperás que haga.

También la penitencia tiene que ser clara, es decir con horarios y lugares específicos. El niño debe saber bien qué ocasionó su penitencia, como así también cuándo comienza y termina y qué implica. La severidad debe guardar relación con la transgresión del chico y no con el estado emocional de los tutores.

La penitencia debe ser explicable. Una penitencia sin explicación de un adulto no tiene sentido, es necesario explicarla, pero hay que evitar que el niño manipule a su favor esta característica. Muchos padres explican las penitencias innumerables veces y quedan enredados en ellas. Cuando el chico pregunta incansablemente “¿Por qué no me dejás jugar? ¡¿Por qué?!” en general no es que no haya entendido; lo que está haciendo es insistir utilizando estrategias racionales. Es una especie de “pulseada” a medida que va investigando cuál es el argumento que descoloca a sus tutores. Sugiero explicarle unas tres veces; más de eso es darle atención al aspecto negativo del niño (la queja). Además, es preciso aclarar que no siempre toda información le es pertinente ni asequible a su entendimiento (situación económica detallada, cuestiones de pareja, sociales, etc.). “No te quedes regando el cactus” es mi consejo.

Por último, la penitencia debe ser firme, es decir, no puede ser removida hasta que se haya cumplido. Este ítem será fácil de cumplir si la penitencia es breve. Si es demasiado larga, quizá en algún momento el adulto flaquee y levante la penitencia.

En medio de la penitencia seguramente aparecerán los “¡Ábrete, Sésamo!”. Son frases pensadas y estudiadas por los chicos para desarmar a los padres. Por ejemplo: “Mamita linda, querida, ya entendí, te juro que no lo hago más… Te amo”. Muchas madres o padres se enternecen con estas frases y dicen “Es un divino, cómo lo voy a castigar”, entonces levantan la penitencia. Estate atento, ¡los chicos son unos genios y algunos aprenden a “manejar” a sus padres muy bien! Otras veces utilizan “ábrete sésamos” negativos: “No te quiero”, “Sos la peor mamá del mundo”, “Me voy a ir de casa”, “Te voy a denunciar al 102 por maltrato”… En casos más extremos utilizan el espasmo sollozo, vómitos auto-inducidos, cabezazos contra la pared… En estos casos excepcionales has de consultar al pediatra para descartar cualquier patología orgánica.

Extracto del libro: DESCUBRIENDO MIS EMOCIONES Y HABILIDADES 2ᵈᵃ Edición

 

LA INTROSPECCIÓN Y LA OBSERVACIÓN

24.09.2015 14:28
 
Durante los últimos días muchos me han preguntado si puedo darles mas información sobre estos dos grandes temas.; les dejo estas explicaciones detalladas, si necesitan ayuda no duden en contactarnos.
 
 
LA INTROSPECCIÓN
 
La introspección es un método por el cual el ser humano puede analizarse a sí mismo, ver su interior, y hacer una especie de examen de conciencia, con lo cual puede conocerse en mayor medida; no obstante, es un método subjetivo, ya que el sujeto se observa a sí mismo según su criterio, que puede coincidir con la realidad o no, pero sería realmente imposible que alguien sea objetivo respecto de cuestiones tan poco objetivas, y más aún si se trata de sí mismo.
 
El término introspección está constituido por dos vocablos provenientes del latín: “intro” y “spectare”, el primero de ellos significa “adentro”, mientras que el segundo quiere “mirar”u observar; por lo tanto, este concepto puede entenderse desde su etimología como la capacidad de mirar hacia adentro. Cabe destacar que sólo el ser humano, y ningún otro ser vivo, es capaz de realizar la introspección.
 
Éste no es un método sencillo, sino que tiene cierta dificultad si se quiere llegar a buenos resultados; por otra parte, el que escucha acerca de las conclusiones sacadas de la introspección de una persona está sujeto a las dudas propias (en referencia a la veracidad o al nivel de la misma) que presenta la subjetividad de la introspección. Por lo que para que los resultados sean positivos este debe ser conducido por un terapeuta al principio del proceso, para que después se pueda hacer de manera individual.
 
La introspección posee tanto aspectos positivos como negativos, como toda técnica. Es un muy buen medio por el cual una persona puede perfeccionarse, y así progresar respecto de sus virtudes; es también una buena manera de analizar los errores cometidos en el pasado, para no volver a caer en ellos; ayuda además, a la maduración y a la comprensión de las cualidades y defectos propios. Entre los aspectos negativos está el riesgo de realizar una mala introspección y ver sólo los propios aspectos positivos o sólo los negativos, lo cual generaría una visión parcial y errónea de la realidad interior propia de la persona; introducirse en exceso en uno mismo y aislarse de la sociedad tampoco es bueno; y debemos recordar que los niños son incapaces de poder utilizar este método adecuadamente, puesto que aún no han desarrollado la reflexión y autoevaluación de sí mismos y de sus actos, de manera profunda.
 
El proceso guiado por un terapeuta evita que se caiga en los errores comunes y los hará llegar a manejarla de manera independiente.
 
OBSERVACIÓN
 
     La observación es una parte fundamental de la práctica científica. En las ciencias empíricas la investigación empieza y acaba en la observación: el científico comienza su investigación con la medida o descripción de algún fenómeno percibido, y la termina con la comprobación
 
de que la realidad se comporta tal y como suponen sus hipótesis. La observación es la recolección de datos de las realidades empíricas, y puede ser:
 
*Ocasional, como cuando se produce fuera de un programa o estrategia y es, por tanto, casual, o sistemática, que es la más frecuente, se da bajo normas concretas sobre un campo debidamente delimitado y con una finalidad concreta. La observación sistemática debe hacerse en términos cuantitativos y puede ser de campo o de laboratorio.
 
*Como método de verificación, la observación sistemática consiste en recoger datos de unas conductas determinadas de antemano, en situaciones también determinas y con la intención de comprobar la verdad de una hipótesis; aquí la observación se suele realizar:
 
*En situaciones naturales: observaciones de campo que suelen utilizar como técnica de registro el formato de campo o cuaderno; o en la práctica clínica: orientada a recabar datos sobre un enfermo con los tipos de registro que llamamos escalas evaluativas o protocolos de anotaciones. 
 
 
Los registros de observación sistemática deben reunir varias condiciones para tener carácter científico, entre las que destacan la validez (deben ser útiles para predecir futuros comportamientos, las puntuaciones registradas deben medir aquello que se ha determinado medir) y la fiabilidad (o grado de acuerdo con otras observaciones del mismo observador o con otras observaciones de otros observadores).

Autoconocimiento Personal Y Emocional

23.09.2015 16:26

¿Cómo tener una mejor vida?

 
Muchos dirían que para vivir mejor es necesario una casa más grande, más dinero y quizás una pareja…
… sin embargo, esto no es necesariamente cierto.
Si bien estoy de acuerdo en que el dinero, la abundancia, y el apoyo social y emocional contribuyen con un mejor bienestar (y quien no lo esté, quizás se ha dejado llevar por la sociedad, por los medios o por las religiones), es importante notar que la calidad de vida es algo que viene desde adentro.
Existen muchas personas pobres que viven bien, y muchos ricos que viven mal (obviamente, en ninguno de los dos casos hablamos de la mayoría, ni remotamente). De igual manera existen muchísimos ricos que viven bien y muchísimos pobres que viven mal.
Por lo que el estátus financiero parece no ser la respuesta.
Curiosamente, el éxito tal parece que tampoco lo es, pues luego de que alguien logra el éxito en algún aspecto de su vida, dicho aspecto pasa a formar parte de la normalidad y cotidianidad diaria.
Lo que se genera es quizás un periodo de alta emoción y alegría, contribuyendo con una sana felicidad, pero no hablamos de un bienestar permanente.
Existen altibajos en la vida que son casi imposibles de evitar (como tendencias de mercado, temporadas de crisis financiera, tiempos de cosecha… etc), y ello no debería afectar el bienestar personal en ninguna medida.¿Cuál es la respuesta entonces?
Cada vez más y más estudios comprueban que las personas que mejor viven, son aquellas que tienen una psicología más saludable y controlada (por sí mismos, obviamente).
En otras palabras, el bienestar de vida proviene de nuestro interior y la única manera de potenciarlo, es mediante el uso de herramientas para nuestro Desarrollo Personal.
Pero, ¿Cuál herramienta puedes usar desde hoy?
 

El Autoconocimiento

El autoconocimiento te puede llevar a vivir mejor por varias razones:
Cuando te conoces a ti mismo…
 
Puedes tomar mejores decisiones que te hagan más feliz y menos esclavo de la sociedad.
Aumentas tu nivel de conciencia y te das cuenta de aspectos de tu vida susceptibles a mejorar.
Detectas tus fortalezas y cualidades, con lo cual mejora tu autoimagen y aumenta tu autoestima.
Adquieres un mayor autocontrol, tanto personal como emocional.
… entre otros puntos importantes.
 
En resumen, si te conoces, te controlas y te llevas directamente hacia tus sueños.
¿Cómo aprovechar el autoconocimiento en los aspectos personal y emocional?
Vamos a verlo a continuación:
 

Autoconocimiento Personal

El autoconocimiento personal, es básicamente conocerte a ti mismo como persona (un poco obvio, lo sé, pero siempre es bueno aclarar).
Es decir, conocerte como individuo único, y como parte de una sociedad. Conocer tus roles, responsabilidades, derechos y deberes.
También conocerte como ser humano, con cualidades, defectos e instintos (y saber actuar al respecto).
 

Autoconocimiento Emocional

Por otra parte, tenemos tu lado emocional. Todos los seres humanos somos emocionales. Es imposible para nosotros liberarnos de ese aspecto sentimental de nosotros mismos.
Es por esto que, en vez de librarnos de ello, lo que haremos será convertirnos en sus aliados.
Nuestras emociones pueden jugar a nuestro favor, o en nuestra contra. Si conoces tus emociones, puedes decidir sobre ellas y actuar para mejorarlas.
Si desconoces las razones por las cuales tienes ciertas emociones (positivas o negativas) tienes menos capacidad de aprovechar un gran potencial que podrías estar usando para dirigirte hacia tus más grandes sueños.
 

Aprovechando El Autoconocimiento En Tu Vida

El autoconocimiento debe llevarte al autocontrol, y el autocontrol debe ser lo suficientemente positivo como para que estés satisfecho con tu capacidad para lograr tus propósitos.
Una buena manera de desarrollar el autoconocimiento en ambos niveles, es empezar por un profundo autoanálisis.
Realízate preguntas a ti mismo, estúdiate como si fueras un curso de universidad… ¿Sabes cuánto ganas? ¿Cuánto gastas? ¿Qué comes? ¿Qué tanto ejercicio haces? ¿Con quién hablas? ¿Qué piensas la mayoría del tiempo? ¿Eres positivo, optimista, negativo o pesimista? ¿Te enfureces con facilidad? ¿Te sientes emocionado con facilidad?… etc.
Luego de realizarte éstas y otras preguntas, simplemente decide qué aspectos de tu vida te gustaría cambiar, y empieza a trabajar en ello.
 
¿Debes mejorar tu aspecto? Consulta a un doctor, y luego empieza a hacer ejercicio y a comer más saludable.
¿Debes mejorar tu situación financiera? Estudia en Internet o en cursos presenciales, gestión financiera, ingresos pasivos, inversión, creación de empresas… etc.
 
Me explico????
 
Lo importante es que te analices, tomes decisiones, y luego actúes sobre tus análisis. Te garantizo que con esto tu vida nunca volverá a ser igual, y por el contrario, estarás en una mejor situación cada vez más; si necesitas ayuda contáctenos...

Un viaje hacia la introspección

21.09.2015 12:56

Un viaje hacia la introspección

 

 

Vivimos en un mundo acelerado que nos deja una sensación de rapidez y desasosiego que casi nos obliga a centrar nuestra atención hacia el exterior sin reservar unos instantes para mirar hacia nuestros adentros. ¿Qué nos revela la introspección?

Quien mira hacia fuera, sueña; quien mira hacia dentro, despierta” Carl Gustav Jung.

El lenguaje de la introspección

 

 

El término deintrospección ha sido objeto de múltiples interrogantes y controversias en los campos de la filosofía y la psicología. Ya en la Grecia Clásica, Platón se preguntaba: "¿Por qué no con calma y paciencia revisar nuestros propios pensamientos, y examinar a fondo y ver lo que estos aspectos en nosotros realmente son?", siendo comparada la introspección en ocasiones con la percepción y la memoria. Pero, ¿Qué significa realmente este término?

La introspección es un proceso mental por el que la persona mira hacia su interior y es capaz de analizar sus experiencias propias, es decir, realiza una autoobservación sobre sus procesos de conciencia (objetos privados, hechos mentales o cosas fenoménicas), con lo cual, puede conocerse en mayor medida. Sería por lo tanto, la capacidad reflexiva que posee la mente para referirse o hacerse consciente de sus propios estados.

Características de la introspección

 

 

Este método tiene la peculiar característica de ser subjetivo, ya que es el propio individuo el que se observa a sí mismo, desde su criterio y por ende, desde la construcción de su realidad. Pero sería realmente imposible en este contexto acercarnos a la objetividad, tratándose de un tema que tiene que ver con el sí mismo.También posee cierto rasgo de desdoblamiento, ya que nos tomamos a nosotros mismos como sujetos de análisis, además del papel del observador o investigador.

El proceso de introspección es complejo y requiere de entrenamiento si se quieren obtener buenos resultados, además de tener una buena actitud de aceptación y sinceridad, y no dejarse llevar por la telaraña del autoengaño.

Practicar la introspección

 

 

La práctica de la introspección comienza por el acto de prestarse atención, de escucharse. Ante cualquier situación que se nos presente o donde nos encontremos inmersos, en lugar de precipitarnos, sería recomendable que nos detuviéramos un momento y examináramos nuestro interior, observándolo, conectando con lo que sentimos, ya que al verificar nuestra estado interno, podremos llevar la atención a la situación de una forma más adecuada que si nos dejáramos llevar por el impulso primerizo.

Este complejo proceso nos conduce a la reflexión profunda sobre lo que somos, sentimos y aprendemos, además de ofrecernos la posibilidad de avanzar en nuestro desarrollo espiritual, ya que la introspección nos ayudará a discernir qué es lo bueno para nosotros, proporcionándonos herramientas para transformar las situaciones a las que nos enfrentemos e ir avanzando en nuestro camino.

Cada día, es muy importante detenerse en el camino, da igual dónde nos encontremos o qué estemos haciendo, pero sí es importante conducir la atención hacia nosotros, hacia nuestro ser, nuestra esencia, conectando con el silencio y aprender a escucharnos; convirtiéndonos en observadores desapegados de las situaciones externas.

La introspección tiene por lo tanto aspectos positivos y negativos, sirviendo como medio para perfeccionarse y progresar en la vida. Es un método útil para acercarnos a nuestra realidad anímica que proporciona la base a nuestra estabilidad personal y nos permite la exploración más profunda de nuestro ser y la posibilidad de realizar cambios.

La introspección no sólo nos ayuda a conocernos mejor, sino a respetarnos, amarnos y aceptarnos tal como somos.

Así lo expresa Eckhart Tolle “Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.

Un viaje hacia la introspección

Referencia: https://lamenteesmaravillosa.com/un-viaje-hacia-la-introspeccion/

La introspección emocional

20.09.2015 05:19

La introspección emocional es el proceso mediante el cual la persona hace una observación de si misma, logrando hallar las respuestas que necesita saber sobre una situación concreta de su vida, siendo consciente de su estado emocional, sus deseos, etc. Tiene como fundamento la capacidad reflexiva que la mente posee de referirse o ser consciente de forma inmediata de su propios estados. para que se de la introspección son los siguientes:

  •   Que sea conocimiento referido a los estados mentales;
  •   Que los estados mentales conocidos sean los del propio individuo que realiza la introspección;
  •   Que dicho conocimiento no sea indirecto, sino inmediato.

El mentalismo clásico , tanto el de la filosofía moderna como el científico , ha utilizado la introspección como el método más adecuado para acceder al mundo psíquico. El psicoanálisis en la forma de introspección retrospectiva y la psicología experimental de Wunt la introspección de las vivencias actuales.

Concluyendo decimos que la introspección es realmente la puerta al progreso y transformación personal, es central en términos de nuestro desarrollo personal y espiritual. Es reflexionar profundamente sobre lo que soy, lo que siento, lo que he aprendido de mí , Saber qué es lo bueno para mí, ya que nos proporciona las herramientas para transformar cualquier situación que afrontemos y avanzar en nuestro camino de la vida. La introspección es la base de nuestra estabilidad personal, especialmente frente a las adversidades y también es la posibilidad de hacer cambios.

 

Referencia : https://mercaba.org/Rialp/I/introspeccion.htm

https://www.e-torredebabel.com/Psicologia/Vocabulario/Introspeccion.htm

 

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