Cuando Empezar de Cero Puede Salvar Tú Vida

29.11.2021 17:41

Cuando Empezar de Cero Puede Salvar Tú Vida

Los seres humanos nos empeñamos en querer acumular todo en la vida. Acumulamos sentimientos, acumulamos bienes materiales, rencores, trabajos, sueños, pensamientos y un sinfín de cosas, que pasado el tiempo, si las tuviéramos que cargar en la espalda estaríamos aplastados bajo tierra.

Comenzar de cero no es tirar y maltratar todo aquello que has vivido y creado en tu vida, sino aprender a desprenderse de las cosas en tu vida, con el fin de volver a hacerlas y crearlas con la experiencia del pasado. Y así fluir más en la vida y en el camino.
Volver a empezar un experimento, un amor, una canción, una relación de amistad, una obra maestra, un plato de cocina.
También son un sinfín de cosas que podemos rehacer y volver a crear para así cada vez hacerlas desde cero y mejor.
Pensar que tu vida ya está hecha, que ya no hay vuelta atrás, tal vez sea un pensamiento que te lapide en vida.

Hay una historia que dice así:

Había un joven en medio de un bosque caminando y buscando la salida de esa frondosa espesura y montaña. En el camino se encontró un río, el cual tenía que cruzar para poder seguir su ruta.

Buscó y pensó formas para cruzarlo, pero la única que resultaba viable era construir una balsa (pequeña bote) para así afrontar esos caudales y cruzar el rió en vida sin ahogarse.

El joven trabajó día y noche durante algunos días, y tras un laborioso y costoso trabajo, por fin consiguió su propósito. (Fabricar la barquita que le daría la posibilidad de cruzar al otro lado y así poder salir del bosque).

Bueno, el joven cruzó y al llegar al otro lado, se dijo a sí mismo.

-¡No debo abandonar mi balsa, mi trabajo, que me ha costado tanto hacerlo, porque además seguro luego aparecerá otro río y la necesitaré!

Bueno, convencido de que hacía bien, cargo con esa balsa pesada en sus espaldas por el bosque asegurándose y aferrándose a la decisión de que debía seguir así hasta el final.
Resulta que la balsa cada vez se hacía más pesada y que el bosque cada vez se hacía más frondoso y caminar así era muy difícil y complicado.

Y él murió en el camino…

El joven se debilito tanto con su convencimiento y torpeza, de que no debía dejar esa balsa, que al final una noche murió bajo la lluvia destrozado por el cansancio que ese bote de madera le había provocado en su largo y duro camino.

Su rigidez mental por no deshacerse de su barquita, y de su trabajo, y por el miedo de que un rio apareciera nuevamente, lo dejo sin vida y sin aliento apegado a su convencimiento y aferramiento.

Él mismo se lapidó con su apego y su forma de ver las cosas.

Sin darse cuenta de que si hubiera seguido el camino solo, sin ese peso, hubiera sido más flexible, menos pesado y más rápido.

“¡Y si un nuevo río hubiera aparecido en el camino! Su nueva experiencia lo hubiera llevado a construir una nueva y mejor balsa en muy poco tiempo…”

Hubiera salvado su vida soltando y desprendiéndose.

Hubiera salvado su vida empezando de cero.

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